—Ya vienen —anunció Yoongi y apagó las luces.
Los demás fueron a esconderse detrás de los muebles.
—Auch —exclamó Jimin—, me pisaste.
—Lo siento —se disculpó Jungkook.
—Silencio —dijo Namjoon—, nos van a escuchar.
Emma abrió la puerta y frunció el ceño al ver que todo estaba oscuro y en un inquietante silencio. Seokjin se detuvo detrás de ella y miró alrededor, con confusión.
—¿A dónde se fueron?
Ella iba a responderle, pero Jungkook, Jimin, Yoongi, Namjoon, Hoseok, Taehyung, Hyungsik y Shin Hye, salieron de su escondite detrás de los muebles. Encendieron las luces y corrieron a envolver a los recién llegados en abrazos y felicitaciones.
—¡Feliz cumpleaños!
En seguida comenzaron a cantar el cumpleaños feliz y encendieron las velas que había en un enorme pastel que estaba sobre la mesa. Ese día era el cumpleaños de Seokjin y al día siguiente, el de Emma. Les habían planeado esa fiesta sorpresa, para celebrar el cumpleaños de ambos. Habían pasado horas decorando la sala del apartamento de Jungkook y Emma, además de preparando la cena y consiguiendo el pastel.
—Muchas gracias a todos —dijo Seokjin, en cuanto se sentaron a cenar.
—También les agradezco, fue algo muy bonito de su parte —Emma sonrió, a pesar de que se sentía feliz, no podía ignorar que muy en el fondo de su corazón, había cierto rastro de tristeza y nostalgia porque ya no le quedaba nadie de su familia.
Se dispusieron a comer entre conversaciones animadas y risas. Más tarde, cuando se disponía a soplar las velas del pastel, Emma se quedó reflexionando un momento acerca de su vida en esos momentos. Parecía que no podía pedir nada más, todo estaba muy bien entre Jungkook y ella, tenía un grupo de amigos que se asemejaba más a una familia y, sobre todo, se sentía tranquila. Cerró los ojos y solo deseó que todo aquello durara, que su felicidad no se desvaneciera tan pronto y pudiera disfrutar de ella un poco más.
La celebración terminó ya de madrugada, todos regresaron a sus casas y Emma y Jungkook se dispusieron a descansar.
—¿Está todo bien? —preguntó él, mientras la envolvía en sus brazos.
Ella estiró la mano para acariciarle la mejilla.
—Lo está, es solo que... mi cumpleaños me hace sentir un poco de nostalgia.
—Sé que no es fácil y que piensas en tu padre y en tu abuela que ya no están, pero haré lo que pueda para que te sientas feliz en tu día especial.
Emma sonrió, sintiendo que su corazón se alegraba profundamente al saber que ya no estaba sola en el mundo.
—Que tú estés conmigo, es el mejor regalo.
Jungkook se movió un poco para poder besarla, mientras repasaba en su mente lo que había planeado para el día siguiente. Luego la arropó con las mantas y le dio otro beso de buenas noches.
—Descansa, cariño.
Se levantó muy temprano para recibir los arreglos de flores que había encargado e intentó no hacer ruido mientras acomodaba todo, pues no quería que ella despertara antes de que todo estuviera listo. Cuando volvió a entrar en la habitación, todavía seguía durmiendo, así que buscó la caja de terciopelo donde había guardado el anillo y volvió a salir.
Cuando Emma despertó, solo escuchó el suave ruido de alguna melodía que provenía de la sala. Se levantó despacio y se puso una bata de seda, luego se acercó a la ventana. A pesar de haber nacido durante el invierno, era su estación menos favorita del año, el cielo gris la hacía sentirse triste y ya no quería volver a sentirse así. Salió de la habitación y se encontró con que toda la sala estaba llena de muchos ramos de rosas rojas, además de globos de colores en el suelo y sobre los muebles. Sonrió y casi en seguida, sintió los brazos de Jungkook envolverse a su alrededor.
—Feliz cumpleaños, amor —dijo y le dio un beso en la mejilla.
—Muchas gracias, mi vida —respondió ella y se giró despacio para poder mirarlo—, pero no era necesario todo esto.
Él sonrió también.
—Además de tu cumpleaños, hay otro motivo por el que hice esto.
Ella le dio un beso corto en los labios.
—¿Y se puede saber cuál es?
Jungkook asintió, se acercó a la mesa de centro, tomó la pequeña caja y volvió a donde estaba para ponerse de rodillas en frente de Emma. Ella lo miró con sorpresa, mientras él abría la caja y sacaba el brillante anillo con el que, muchos años atrás, su padre le había pedido matrimonio a su madre.
—Antes de conocerte, había llegado a pensar en que no encontraría a nadie con quien quisiera compartir mi vida. Me sentía solo e incomprendido, hasta que apareciste tú. Aunque no han pasado más que algunos meses desde que nos encontramos, este tiempo ha sido más que suficiente para saber que realmente quiero pasar cada día de los que me queden, junto a ti. ¿Quieres casarte conmigo?
Emma ya tenía los ojos llenos de lágrimas, que no tardaron en correr por sus mejillas. Que él la hubiera escogido como su compañera de vida, la hacía sentirse feliz y afortunada. Todo eso que no creía que pudiera sucederle a ella, y que solo anhelaba en silencio, había llegado con él y ya no le faltaba nada. Se dejó caer de rodillas en el suelo frente a él y lo abrazó.
—La respuesta siempre es sí, si eres tú quien pregunta.
Jungkook sonrió, se sentía nervioso porque pensaba que tal vez ella no se sentiría lista para algo así, le preocupaba que le dijera que no, pero había aceptado y él no podía ser más feliz por eso.
—Gracias.
Se alejó un poco de ella y tomó su mano para ponerle el anillo. Ella puso las manos en sus mejillas y unió sus labios en un beso con el que quería dejarle muy en claro que estaba lista para jurarle amor eterno, porque sabía que cada pequeña parte de su ser, lo amaba inmensamente, tanto, como nunca había creído que fuera capaz de amar a alguien. Parecía increíble estar viviendo algo así, después de haber creído durante casi toda su vida, que no había nadie hecho para ella, nadie que pudiera comprenderla y amarla.
—Te amo —dijo Jungkook, en un susurro, separándose solo un poco de sus labios, y pensando en que nunca se cansaría de repetirle esas palabras.
—Te amo —respondió Emma, y volvió a abrazarlo.
Todo el dolor de su pasado parecía haber quedado atrás, se había convertido en la persona fuerte y feliz con la que antes solo soñaba ser, pero todo eso había sido gracias a Jungkook. Sabía mejor que nadie que el verdadero amor cambia profundamente a las personas, que las convierte en mejores versiones de sí mismas. Ya no importaba cuánto tiempo de vida le quedara, al menos sabía que no se iría sin haber conocido el amor, sin haber podido amar con una intensidad con la que pocas personas eran capaces de amar.
FIN
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𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤
FanfictionCuando su padre fue asesinado por el amante de su madre justo en frente de sus ojos, Emma juró que se vengaría y que la suya sería una venganza implacable, que desconocería de límites. Tras la muerte de su hermano mayor, Jungkook debe tomar su luga...