𝑉𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑠𝑒́𝑖𝑠

134 11 21
                                    

—Quédate conmigo esta noche —Jungkook miró a Ruby a los ojos.

Ella asintió.

—Está bien, aunque seguramente mañana vamos a amanecer con un resfriado.

Jungkook sonrió y la tomó de la mano. Ya había dejado de llover, pero ambos tenían la ropa empapada todavía. Durante todo el camino al apartamento de Yi Hwan, Ruby pensaba en que era un alivio que su abuela se hubiera ido para Daegu con sus amigas al salir del hospital, así no tendría que decirle ninguna mentira sobre con quién iba a pasar la noche. Se sentía cansada de mentir, pero sabía que todo eso terminaría pronto y eso hacía que estuviera un poco más tranquila.

Después de dejar la moto en el estacionamiento subterráneo de edificio, subieron en el ascensor al último piso. Entraron en el apartamento y fueron a la habitación de Jungkook.

—¿Puedes prestarme algo para ponerme? —preguntó Ruby, mientras recorría el lugar con la mirada.

Jungkook asintió y abrió uno de los cajones del armario para sacar una camiseta.

—Debe haber un secador en el baño, para que te seques el cabello.

Ruby vio el Xbox junto al televisor.

—Deberíamos jugar.

Jungkook sonrió.

—Me parece bien, pero primero vamos a cambiarnos.

Ruby asintió, tomó la camiseta que él le entregó y entró en el baño. Se quitó la ropa mojada, viendo que afortunadamente la ropa interior estaba casi seca, tomó una toalla que había en el mueble del lavamanos y entró en la ducha para darse un baño rápido. Jungkook entró con cuidado cuando escuchó el sonido del agua, tomó la ropa y se la llevó para ponerla en la secadora junto con la suya. Después fue a bañarse y cambiarse, mientras esperaba a que la ropa estuviera lista.

Después de secarse el cabello y ponerse la ropa interior y la camiseta, Ruby salió del baño y se quedó mirando a Jungkook. Estaba sentado en la cama con las piernas cruzadas, solamente con los bóxer puestos. Quiso evitar mirarlo, apartar los ojos de su cuerpo, pero simplemente no podía y en lugar de eso, lo detalló como si quisiera grabar esa imagen de él para siempre en su memoria.

—¿No tenías nada más que ponerte? —preguntó.

Jungkook sonrió y se pasó la mano por el cabello.

—¿Te incomoda que esté así?

Ella negó con la cabeza, se sentó junto a él y tomó el control del Xbox. Tal vez si se concentraba en jugar, dejaría de pensar cosas que no debía.

—Soy muy mala en esto, pero intentaré ganarte.

Jungkook la miró, alzando las cejas.

—¿Y si yo te gano, qué me das?

Ruby sonrió y se quedó pensando.

—¿Qué quieres que te dé?

Jungkook la miró a los ojos y estiró la mano para ponerla sobre la de ella.

—Si te gano, nos besamos por cinco minutos.

Ruby asintió.

—Está bien.

Y tal como había dicho, era muy mala jugando Halo, habían fijado el objetivo en veinte muertes, pero de esas veinte, solo había logrado encontrar a Jungkook dos veces y matarlo, mientras que en las dieciocho restantes, había sido él quien la encontraba y la mataba. Sintiéndose bastante frustrada, dejó el control sobre la mesa de noche y se cruzó de brazos, fingiendo indignación.

𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora