Ruby bajó las escaleras corriendo cuando escuchó que su abuela le decía que habían llegado a entregarle algo. Estaba casi segura de que Jungkook le había enviado flores o algún detalle, y quería evitar que Abigail leyera la tarjeta o se diera cuenta de algo. Llegó a la puerta y firmó el recibido, después le entregaron una pequeña caja con un lazo dorado. Frunció el ceño y la abrió, encontrando en su interior un anillo brillante y un trozo de papel doblado. No tardó mucho en reconocer que se trataba del anillo de bodas que su padre le había dado a Natasha. Desdobló el papel con cuidado y vio que tenía escrita una dirección y una hora. Sin duda alguna, Natasha quería que se vieran.
No se había sentido nada bien desde aquel encuentro con ella, tenía el presentimiento de que le haría daño o peor aún, que intentaría matar a Jungkook de nuevo al descubrir que era importante para ella. Su mente comenzó a buscar muchas razones por las que Natasha podría querer reunirse con ella, de repente se sintió angustiada y todo comenzó a dar vueltas a su alrededor. Como pudo caminó hasta el sofá, se sentó allí y poco después, se desmayó.
—¡Ruby! —escuchó la voz de su abuela, pero era como si la llamara desde varios kilómetros de distancia— ¡Despierta! Dios mío, ¿pero qué le sucede a esta muchachita?
Cuando pudo abrir los ojos, se encontró con el rostro preocupado de Abigail, le dio un vaso con agua y una pastilla, y después se dispuso a averiguar si tenía fiebre, poniendo el dorso de su mano en las mejillas y la frente de Ruby.
—Abuela... —murmuró ella, sin entender porqué de repente se sentía tan mal.
—Ella te descubrió, ¿no es así? —preguntó Abigail, con seriedad.
Ruby asintió, preparándose para darle alguna explicación, antes de que la acribillara con mil preguntas.
—No sé cómo lo hizo, pero lo cierto es que sabe que estoy viva y se acercó a mí ayer. Me dijo cosas muy raras y... aseguró que esta vez no intentará matarme.
—Esto es algo realmente malo —Abigail se levantó del sofá y caminó hasta la pequeña mesa donde tenía su altar. Se persignó y miró a Ruby con una mezcla entre miedo y preocupación—. Esa mujer es capaz de cualquier cosa y solo Dios sabe qué estará planeando.
—Necesitamos averiguar qué planea. Es mejor que vaya a la dirección que me dio y le pregunte qué demonios quiere.
—¿No te asusta que sea una trampa para matarte?
Ruby se quedó en silencio, pensando en que era lo más probable, pero no le asustaba esa posibilidad. Más que temer por su vida, le asustaba que algo le sucediera Jungkook, él valía mucho más para ella que cualquier otra cosa en el mundo. Después de un rato recordó a Shin Hye, con quien no había hablado en unos días y pensó en que ella podía saber algo de eso. Buscó su celular y le envió un mensaje para preguntarle si tenía tiempo de reunirse con ella. Un rato más tarde, se encontraron en un café.
—Hola Ruby —Shin Hye esbozó una sonrisa amable.
—Hola —Ruby le devolvió el gesto y se sentó frente a ella.
—Supongo que vienes a hablar de la señora Natasha.
—Sí... ayer la vi y ella ya sabe quién soy en realidad.
Shin Hye suspiró y juntó las manos sobre la mesa.
—Si te preocupa que intente hacerte daño, esta vez no será así.
Ruby la miró a los ojos.
—¿Por qué estás tan segura?
—Eres la única esperanza que le queda para seguir con vida. Tiene una insuficiencia cardiaca grave que no responde a ninguno de los tratamientos que se ha hecho, es cuestión de poco tiempo para que su corazón deje de funcionar completamente y necesita un trasplante con mucha urgencia. Sus intentos de conseguir un órgano sano no han resultado para nada bien, así que cree que si tú le donas el tuyo, podrá seguir viviendo.
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𝐈𝐦𝐩𝐥𝐚𝐜𝐚𝐛𝐥𝐞 || 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤
FanfictionCuando su padre fue asesinado por el amante de su madre justo en frente de sus ojos, Emma juró que se vengaría y que la suya sería una venganza implacable, que desconocería de límites. Tras la muerte de su hermano mayor, Jungkook debe tomar su luga...