Al descubierto

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Luego de la junta laboral la chica se dirigió a su oficina mientras sentía que se había quitado un gran peso de encima ya que la presentación del proyecto había sido un éxito. 

- ¿Cómo te fue en la junta Daia? ¿Al jefe le gusto nuestro proyecto?- Pregunto Petra agarrando a la chica de los hombros. 

- Si la junta fue todo un éxito, al jefe y los demás cargos les encantaron nuestras propuestas- Contesto la chica emocionada a lo que Petra la abraza de igual forma.

- Eso es genial, sabia que estábamos haciendo las cosas bien y todo gracias a ti- Añadió la pelirroja dándole una sonrisa 

- No exageres Petra yo solo los ayude casi al final

- Petra tiene razón novata, fuiste de gran ayuda si tengo que admitirlo- Sentencio Auruo levantando la mirada de su computador. 

-Si, muchas gracias Daia lo único que me cuestiono es porque motivo el jefe te designo a ti para la presentación, supuestamente lo haría Auruo pero cambio de opinión a ultimo minuto- Dijo Gunther pensativo. 

- Sera porque Auruo se muerde la lengua cada cinco minutos- Respondió Petra con voz cansina.  

- Oye Petra pero que exagerada eres, yo no me muerdo la len.... AHHH

- ¿Aun piensas que exagero?- Pregunto la pelirroja al chico que se retorcía de dolor mientras Gunther se carcajeaba. 

- La verdad no lo se, pero lo escuche hablando con Hange-San al respecto y dijo que era para ver que tan eficiente era o algo por el estilo

- Mmmm no lo se Daia me sigue pareciendo extraño- Sentencio Gunther 

El día en la empresa había transcurrido normalmente en donde junto con sus compañeros terminaron el trabajo que tenían pendiente. Daia estaba tan enfocada en lo suyo que no se dio cuenta que eran cerca de las ocho de la noche si no hubiese sido por Jean que la saco de sus pensamientos. 

- ¿Aun trabajas Daia?- Le dijo el castaño mientras la observaba recargado en el marco de la puerta. 

- Ay Jean me asustaste ¿Qué hora es?

- Van a ser las ocho de la noche, pensé que ya te habías ido pero vine a ver si seguías aquí y en efecto aun estas aquí. 

- ¿Enserio van a ser las ocho? perdí la noción del tiempo.

- Como siempre, vine a buscarte Sasha y Connie quieren ir al bar ¿Qué te parece si los acompañamos?

- Bueno, la verdad es que tengo muchas ganas de tomarme algo hoy fue un día muy largo- Dijo Daia mientras se levantaba de su asiento para apagar su computador. 

Ambos chicos salieron de la oficina para encaminarse hacia el elevador mientras hablaban animadamente sobre lo que harían esta noche en el bar, hasta que al entrar a este Jean se quedo petrificado de la nada.

- ¿Qué tienes Jean?- Pregunto la chica extrañada. A lo que decide enfocar su mirada hacia el punto donde el castaño estaba mirando y al igual que este se quedo sin habla, ya que era Levi el cual analizaba la cara de Daia con mirada asesina, esta por el susto se aferro al brazo de Jean mientras las puertas del elevador se cerraban. 

- Bu... buenas noches señor Ackerman- Dijo Jean sin mirar al pelinegro el cual ni siquiera se digno a devolver el saludo ya que estaba enfrascado mirando a Daia.

Se hizo un incomodo silencio dentro de aquel elevador, en donde la chica trato de disimular sus nervios mientras aun se aferraba fuertemente al brazo de su amigo que al igual que ella se encontraba igual de tenso. Al detenerse en el piso uno el elevador abrió sus puertas a lo que tanto Jean como Daia trataron de salir a toda prisa, hasta que la chica sintió un agarre en su brazo que la hizo detener de golpe.

- Necesito hablar contigo mocosa- Dijo fríamente el hombre mientras volvía a ingresarla al elevador, antes de que este volviese a cerrar sus puertas Jean puso sus brazos para evitarlo. 

- ¿Qué necesita hablar con Daia señor Ackerman?- Pregunto el castaño con voz afligida. 

- Eso no es de tu incumbencia Kirschtein, si valoras tu empleo lárgate de una maldita vez- Respondió Levi con voz molesta a lo cual Jean iba a reclamar pero la chica lo detuvo. 

- Tranquilo Jean solo espérame en la recepción 

- Pero Daia...

- Volveré en unos minutos solo espérame

- Esta bien... estaré por ahí- Dijo Jean para luego retirar sus brazos y ver como las puertas se cerraban lentamente.  

Levi aun sosteniendo el brazo de la chica presiono el botón del piso numero 10, lo cual significaba que irían a su oficina, a lo que Daia sentía sus piernas temblar era evidente que la había reconocido y se veía bastante molesto, este será mi fin se repetía una y otra vez en su cabeza. 

Al llegar al decimo piso ambos se dirigieron a la oficina del pelinegro, en donde al ingresar por fin la soltó de su brazo para luego cerrar la puerta tras ellos. 

- Así que soy un enano amargado ¿eh?- Soltó con evidente molestia mirando a la chica. 

- Ah...yo no se d..de que me habla señor- Tartamudeo Daia mientras miraba sus dedos se sentía tan nerviosa que no era capaz de ni siquiera mirarlo.

- Deja de fingir que no sabes de lo que estoy hablando, por eso usabas esa estúpida mascarilla todo este tiempo ¿no?, no querías que reconociera a la ebria que vomito mi traje y de paso me insulto ese día en la boda- Le dijo mientras levantaba la barbilla de la chica para que lo mirase a los ojos, estaban tan cerca que la chica podía sentir la respiración de Levi en su rostro

- Le ruego que me disculpe señor... este... yo no sabia que usted era el jefe de esta empresa y aun no era contratada, por favor no me despida- Hablo Daia atropellando las palabras mientras sentía sus ojos cristalinos. 

- Tsk.... solo hare una excepción contigo ya que eres una de las mejores empleadas que tiene esta empresa, en solo semanas haz hecho mas que cualquiera de los ineptos en esta empresa hacen en meses- Sentencio para luego alejarse de la chica y dirigirse al gran ventanal de su oficina para apreciar la vista. 

- Yo le agradezco mucho señor.... le prometo que algo así no se repetirá nunca mas, fue un gran error el que cometí- Respondió Daia aliviada mirando la espalda de su jefe. 

- No creas que te la llevaras tan fácil mocosa- Sentencio el pelinegro para girarse y mirar a la chica que lo veía confundida.

- ¿Ah que se refiere señor?

- Desde el día de hoy tu trabajaras el doble para esta empresa, lo que quiere decir que a parte de trabajar para publicidad te encargaras de ser mi asistente. 

- Este....

- Pero si me llego a enterar que andas divulgando lo que ocurrió en aquella boda no dudes que te despediré ¿lo entiendes?- Le dijo mientras se acercaba a Daia hasta estar a solo unos centímetros. 

- S..Si señor trabajare muy duro para remediar mi error, usted puede estar tranquilo- Contesto la chica mirando sus pies a lo que nuevamente sintió como su jefe la tomaba por la barbilla para que lo mirase a los ojos.

-  Debes mirar a los ojos de las personas cuando te hablan.

- Si señor... discúlpeme por eso- Respondió la chica a lo que sentía que se sonrojaba 

- Puedes marcharte- Dijo mientras se alejaba de ella 

- Buenas noches señor Ackerman- Sentencio la chica para luego salir de aquella oficina y encaminarse nuevamente al elevador. Sentía que su corazón latía a mil por hora, definitivamente su paz había acabado. 

Bad Romance / Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora