Libres

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Aviso contenido maduro:

-Levi....- Dijo Daia boquiabierta viendo al pelinegro plantado en su puerta.

En un rápido movimiento Levi tomó por la cintura a Daia atrayéndola hacia su cuerpo para luego besarla apasionadamente. En un principio la chica no supo cómo reaccionar quedando con los ojos abiertos de par en par, ya que no se esperaba aquella reacción, pero luego comenzó a dejarse llevar por aquel momento.  

Ambos se fundieron en aquel apasionado beso denotando lo cuanto se habían extrañado mutuamente en aquellos largos meses sin siquiera saber uno del otro. Levi como pudo cerró aquella puerta sin separarse de la chica que rápidamente entrelazo sus brazos alrededor de su cuello, por lo cual el pelinegro la levantó del suelo como si no pesara nada para llevarla hacia uno de aquellos sillones que yacían en su sala. 

Delicadamente depositó a la chica en aquel sillón, quedando sobre ella a lo que se dio un leve momento en donde ambos se miraron fijamente a los ojos, hasta que Daia dirigió su vista hacia una de sus manos donde yacía su argolla de matrimonio. El pelinegro al notarlo la tomó por el mentón para sonreírle levemente. 

- Ya no estare mas casado Daia, se acabó.... - Sentenció el pelinegro para luego retirar aquella argolla y lanzarla en alguna parte de la habitación para posteriormente comenzar a besarla nuevamente. 

Con las respiraciones agitadas y los labios algo irritados por aquella apasionada situación, Levi bajo sus manos hasta las caderas de Daia para aproximarla a su masculinidad, en tanto la chica comenzaba a desabotonar aquella camisa negra que traía.  

Levi podía sentir como las delicadas y suaves manos de la chica acariciaban su torso que ahora se encontraba completamente desnudo aumentando el deseo incontrolable que estaba sintiendo, a la vez que con una de sus manos acariciaba los muslos de la chica hasta que lentamente se acerco hacia su feminidad logrando que soltara un gemido, logrando que Daia arquera su pecho para estar más cerca de él, dándole la señal de seguir con aquello.

Daia comenzó a notar un bulto creciendo entre sus piernas, era claro que Levi ya estaba lo bastante excitado con todo aquello, entre tanto la libraba de toda prenda dejándola completamente expuesta ante sus ojos. 

- No sabes cuanto extrañaba esto Daia....- Le susurro en su oído con voz ronca.

De momento comenzó a sentir como el pelinegro jugueteaba con sus senos haciendo que su piel se erizara por completo al solo tacto, en tanto entrelazaba sus piernas alrededor de las caderas del mayor acercándolo involuntariamente hacia su entrada y acariciaba el cabello de este con una de sus manos.

Lentamente Levi fue bajando cada vez más hasta acercarse al vientre bajo de Daia, en tanto esta disfrutaba abiertamente de aquel placentero momento. 

- M..Más- Dijo la chica entrecortadamente. 

- ¿Quieres que siga?- Escucho como el pelinegro le preguntaba agitadamente, a lo que simplemente se limitó a asentir, por lo cual Levi se limito a sonreir de lado para continuar con lo suyo. 

De inmediato retiró las bragas de la chica para luego dirigir una de sus manos hacia su interior, notando que estaba completamente húmeda, para luego acariciar lentamente su clitoris con su lengua logrando que la chica soltase un leve gemido y arquease su espalda. Una vez que la llevase a la misma cima de placer decidió que era su turno de disfrutar ampliamente.

- Creo que es mi turno...- Le dijo mirándola a los ojos mientras se deshacía de aquel cinturón que aprisionaba aquella evidente erección. 

En un cerrar de ojos Daia pudo apreciar el miembro de aquel hombre que tenía enfrente, para luego acercarlo a su entrada logrando que sintiese un poco de dolor arañando la espalda de este, ya que hace meses no tenía tal actividad haciendo que su cuerpo se acostumbrara nuevamente a aquellas proporciones.

Sintió como se introducía cada vez más dentro de ella, hasta que aquella penetración llegó hasta lo profundo de su ser logrando que sus paredes vaginales lo recibieron con espasmos. En tanto escuchaba como Levi soltaba un audible quejido de placer en su oído mientras, Daia posaba su rostro en su torso escuchando los agitados latidos de Levi.

Lentamente el pelinegro comenzó a moverse para embestirla una y otra vez, haciendo que ambos se fundieran en un enorme placer que habían extrañado más que nunca. Involuntariamente Daia llevo una de sus manos hacia su boca, ya que sentía que de seguir así todo el edificio terminaria escuchandola.  

- No cubras tu boca.....- Le dijo agitadamente en tanto retiraba la mano de la chica de su boca para luego sujetarla por las muñecas dejándola completamente inmovilizada- Quiero escucharte- Sentenció firmemente en tanto comenzaba a penetrarla duramente logrando que audibles gemidos saliesen de su boca. 

Daia sentía que estaba en la cima del placer, hasta que rápidamente el mayor levanto sus piernas dejándolas sobre a sus hombros, logrando que las penetraciones fueran más profundas y que aquella sensación aumentase.

- Ma.. maldición Levi vas a acabar conmigo....- Le dijo la chica en tanto el pelinegro comenzaba a besarla para acallarla. 

Los cuerpos de ambos se encontraban completamente sudorosos por aquel encuentro, en tanto Levi la sujetaba fuertemente de las caderas que tal vez dejarían marcas en su piel, pero ahora eso no le importaba a ninguno de los dos. Momentáneamente vio como la chica echaba su cabeza hacia atrás indicando que estaba llegando a su clímax al igual que él, por lo cual comenzó a aumentar la velocidad de sus embestidas en tanto acariciaba su clítoris con una de sus manos libres.

Daia comenzó a sentir como el cuerpo de Levi se tensaba, en tanto sentía que en cualquier momento terminaría. En cosa de segundos la chica había acabado al igual que el pelinegro que rápidamente alcanzó a venirse fuera de su cuerpo quedando ambos exhaustos y con las respiraciones agitadas. 

- No sabes cuanto te extrañe Daia....yo..... siento por todo lo que tuviste que pasar....- Confesó el mayor tímidamente en tanto aproximaba el cuerpo de la chica hacia su pecho para que descansase un momento. 

- Te odie más que a nadie- Respondió Daia haciendo que Levi levantase su cabeza sorprendido ante aquella respuesta- Pero despues de todo... decias la verdad..... y creo que nunca deje de amarte realmente.

- Yo tampoco deje de hacerlo Daia... no sabes todo lo que tuve que soportar estos jodidos meses en esa maldita casa.... me estaba volviendo loco y más teniéndote lejos.

- Creo que.... ambos la pasamos bastante mal.

- Si... pero ya todo se acabo, ya nada me ata a esa maldita familia... - Sentenció Levi firmemente en tanto Daia escuchaba como los latidos del mayor aumentaban tras decir aquello- ¿Ya te dije que ese tono de cabello te sienta bastante?- Pregunto el pelinegro sacando una sonrisa por parte de la chica.

- Me parece que es la primera vez que me lo dices- Respondió Daia riendo en tanto Levi acariciaba delicadamente su cabello. 

- Nunca mas te dejare escapar ¿Oíste?- Sentenció el mayor, en tanto depositaba un tierno beso en los labios de la chica. 

Bad Romance / Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora