Capitulo 05:
El lunes, la bendita alarma me saca de mi sueño y, con un bostezo, me dirijo al baño para lavarme los dientes. Una vez termino, recogo mi cabello en una coleta alta para que no se moje. Enciendo la ducha y dejo que el agua caliente llene el ambiente. Con suavidad, me adentro en la ducha, sintiendo cómo las cálidas gotas de agua acarician delicadamente mi piel. Cierro los ojos, sumergiéndome en la sensación placentera que produce el agua sobre mi cuerpo. Siento cómo las gotas resbalan por mis pechos, acariciando mis pezones, que responden al contacto alzándose erectos. Una mezcla de sensaciones me invade, y no puedo evitar sonreír ante el dulce placer que aquella experiencia matutina me brinda.
Luego, me dirijo a mi armario y elijo una lencería de encaje azul royal, una falda tubo gris clara, una blusa blanca de botones y un blazer a juego con la falda. Me maquillo de manera natural, aliso mi cabello y me pongo unos tacones negros con cordones hasta los tobillos. Antes de ir a la oficina, paso por Starbucks para comprar café para mí y para Cassandra. A Olivia le compro una limonada, ya que está embarazada y no puede tomar café, y Alina no es amante del café. Una vez en la firma, estamos todas en mi oficina, les he contado sobre la sorpresa de Ian y cada detalle.
—Caro, es un regalo tan tierno de Ian —comenta Cassandra admirando la pulsera.
—Pensé que no estabas interesada en ninguna relación seria —menciona Olivia.
—Sí, pero lo intentaré, iremos paso a paso y veremos cómo va. Quizás es hora de cambiar mi forma de pensar —expreso con cierta inseguridad.
—Pero, ¿crees que es lo correcto? —pregunta Alina. —O sea, además de gustarte en el ámbito sexual, ¿realmente te gusta y te sientes bien con él?
—Sí, me gusta. Ian es un gran hombre, cariñoso, detallista, divertido y me hace sentir bien —trato de convencerme a mí misma de esos sentimientos.
—Quizás les vaya bien, ¿quién sabe? —se encoge de hombros Olivia.
—Por favor, Caro, si en algún momento ya no sientes nada por él y empiezas a sentir algo por alguien más, ¿prometes que lo soltarás? No quiero que lo lastimes —me pide Alina, mirándome con seriedad.
—Sí, por supuesto que lo prometo. No me perdonaría si le hiciera daño a Ian —aseguro con convicción.
Continuamos charlando hasta que todas se retiran. Alina regresa a su piso y Olivia se encamina hacia el frente. Yo me dirijo a la cocina que tenemos en la oficina, donde el aroma a café recién hecho me envuelve. Pido a Cassandra que me avise cuando Henry llegue, pues necesito discutir con él los papeles del divorcio y la propuesta que he negociado con el abogado de Indira.
Me encuentro en mi despacho, inmersa en la tarea de gestionar una montaña de expedientes acumulados. Aunque muchos asumen que ser abogada consiste principalmente en litigar, la realidad es que la mayor parte del tiempo se destina a labores de escritura, lectura y edición en la oficina, más que a estar en la corte o negociando acuerdos. Recibo un mensaje de texto de Ian, cuya notificación ilumina mi pantalla.
Ian:
"Buenos días, hermosa. Mi madre me ha llamado, tengo que salir de la ciudad. Es una emergencia familiar, pero no te preocupes. Te llamaré en cuanto aterrice".Caroline:
"Hola. Espero que todo esté bien. Por favor, llama cuando aterrices y tengas la oportunidad. Besos".
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romance[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...