Capitulo 32.

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CAP 32:
Caroline

Finalmente llegué a mi apartamento después de un largo viernes en la empresa. Me quité los tacones y los dejé al lado de la puerta. No había visto a Henry desde anoche después de la cena con sus padres. No me había enviado mensajes en todo el día, simplemente desapareció. Tal vez haya puesto fin a esto.

—Hola.— Brinqué del susto al mirar hacia la sala y encontrarme a Henry sonriendo con dos copas de vino y una botella.

—¿Qué haces aquí?— pregunte con seriedad.

—¿Ya no soy bienvenido?— colocó las copas en la mesa y se acercó a mí, besando mi frente.

—Detente, Henry, tenemos que hablar.

Respondí casi sin voz, mirando al suelo. Él levantó mi cabeza para que lo mirara, frunciendo el ceño confundido en busca de respuestas.

—¿Está todo bien? ¿Estás molesta conmigo?

—No, no podemos seguir.— dije apretando los ojos y para luego mirar sus ojos celestes.— No puedo seguir con este juego de seducción, con este juego de complacerte todo el tiempo. Quiero que detengamos esto que estamos teniendo inmediatamente y solo tengamos una relación profesional.

—¿De qué estás hablando? ¿Es por ese maldito hijo de puta de Ian?— cuestiona, desesperado y furioso, buscando una respuesta.

—No, joder, no es por Ian, no es por nadie, es por mí. — camine un lado a otro, alejándome de él. — No quiero hacerme daño y estoy deteniendo esto antes de que sea demasiado tarde.

Se acercó a mí con desesperación y me tomó el rostro entre sus manos.

—Pero de qué estás hablando? ¿Daño? ¿Por qué?— cuestiona confundido.

No pude evitar soltar una carcajada.

—¿Acaso no lo ves? ¿No te das cuenta, Henry? — niega con la cabeza mientras me mira — Me estoy enamorando de ti, joder, se me ha salido de las manos.

Su silencio me hacía cuestionarme aún más lo que estaba pasando por su cabeza en este preciso momento.

—No. — fue lo único que salió de su boca, alejándose de mí y colocando su mano sobre sus labios. — No puedes enamorarte de mí. Eso no fue lo que acordamos, Caroline. Te lo dije claramente desde el primer día.

—Y es por esa razón que estoy poniendo fin a esto hoy, aquí, ya. Si no quieres nada más que una compañera sexual, no puedo seguir siendo eso, no más.

—Perfecto, has tomado la mejor decisión. Oficialmente, lo que teníamos termina aquí, hoy. De ahora en adelante, solo habrá una relación estrictamente profesional. No quiero nada más de tu parte. Se te ha escapado de las putas manos, Caroline. — gritó furioso, tomó las llaves de su auto de la mesa y caminó hacia la puerta sin mirar atrás.

—¿Es en serio? — exclamé furiosa. — ¡No sé por qué mierda me sorprende tu respuesta! Qué más puedo esperar de alguien como tú. —escupí, furiosa. —Eres un egoísta que solo piensa en sí mismo, y todo ha sido por tu culpa. Me llevas a cenar con tus padres, me invitas a cenas románticas, eres detallista, me regalas joyas costosas, vestidos, duermes conmigo, me besas, me abrazas, me das toda la atención del mundo, te preocupas por mi bienestar. ¿Y en serio pretendías que no me enamorara de ti? Qué altas expectativas, joder. — solté una carcajada furiosa.

—Pero te lo advertí, no me interesas para nada en serio, solo para sexo. No pretendo que te enamores de mí, joder. Pensé que eras lo suficientemente madura como para controlar tus sentimientos. ¿No es eso lo que hacías con ese cabrón? Si lo hubiera sabido antes, no me hubiera involucrado contigo. — escupió furioso, mirándome. — Actúas como una niña adolescente, Caroline, por Dios. Que sea detallista contigo no significa que te ame o que sienta algo por ti. Vi que eras una mujer romántica, apasionada, viva, y decidí darte las cosas que pensé que te harían sentir cómoda. No es mi puto problema si confundes las cosas.— escupió, con rabia en sus ojos.

MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora