CAP 35:
CarolineEl olor a colonia de madera y naranjas en su piel me invadió, y deseé poder desvanecerme en ese momento.
—Gracias, señor Ivanov. Tiene usted toda la razón. Solo se logra con grandes sacrificios y mucho esfuerzo. —traté de sonar neutral y desinteresada en lo que decía, aunque en realidad su presencia me ponía muy nerviosa.
—¡Luces hermosa esta noche! — susurro con una sonrisa que me hizo temblar.
Maldito sea Henry Ivanov y el día en que lo conocí. Quería parecer fría como un iceberg.
—¿Acaso no luzco bien para usted? ¿No me elogiarás? — pregunta acercándose aún más a mí, sin bajar su intensa y profunda mirada, mientras yo trataba de evadirlo.
—¿A qué juegas, Henry? — susurré suavemente, buscando su mirada esta vez.
—Solo quería que ambos nos divirtiéramos, buen sexo y una sumisa que me complaciera todo el tiempo sin enamorarse, es todo.
—¿Acaso no te es suficiente divertirte con tu Barbie plástica? Que quede claro que entre usted y yo solo hay una relación profesional, ¿o acaso lo olvidó? —apreté mis labios irritada y celosa.
—¿Estás celosa? —pregunta levantando su mejilla izquierda con una sonrisa pícara, mientras sus ojos se centraban en mis labios.
—No estoy celosa, ¿por qué lo estaría? —respondí tratando de ocultar mis sentimientos.
Su cercanía me hacía sentir vulnerable, pero a la vez, algo dentro de mí me empujaba a querer estar cerca de él.
—Usted sabe por qué, Caroline. —dijo acercándose aún más a mí, acortando la casi inexistente distancia que había entre nosotros y provocando que mi voz temblara.
—No sé de qué habla, señor Ivanov. Nuestra relación es estrictamente profesional —dije tratando de recuperar la compostura y alejar cualquier pensamiento absurdo de mi cabeza.
—Oh, vamos, Caroline. No tienes por qué negarlo. Es evidente, es normal sentir celos cuando estás enamorada. —dijo soltando una risa ronca, cerré mis ojos por unos segundos y me maldije por haber dejado escapar mis verdaderos sentimientos.
¿Acaso se está burlando de mí el muy hijo de puta? ¿Soy una puta burla para él?
Pero en mi interior sabía que no podía permitirme caer en su juego. Debía ser fuerte y mantenerme alejada de él. Sentí cómo mi corazón latía desbocado dentro de mi pecho.
Me miró fijamente a los ojos. Sus labios se curvaron en una sonrisa seductora.
—Vete a la puta mierda, Henry Ivanov. —escupí tensando mi mandíbula.
Me escapé de su agarre y salí de allí furiosa con mi martini hasta la mesa de nosotras, tomé mi bolso y miré a Olivia y Cass.
—¿Ya te vas, Cenicienta?
—Sí, tengo unos casos que atender si quiero llegar a la final como la ganadora. —mentí fingiendo una sonrisa y abrazándola.
—Te amo, voy a ti nena, pateales ese trasero. —gritaron ambas yo solo les sonreí y comencé a caminar en dirección a la salida y me topé con David Ivanov.
—Hey, Caroline, felicidades. ¿Ya te vas? —David me abrazaba, y yo a él.
—Señor David, hola, gracias y felicidades, es una fiesta preciosa. —miré el reloj disimuladamente—. Sí, ya me voy. Tengo unos casos que atender si quiero ese trofeo, ¿no? —respondí arqueando ambas cejas. Él comenzó a reír.
—Eso es increíble, te deseo la mejor de las suertes. Lo mereces más que nadie, entre nosotros acá, creo que serás la ganadora.— susurra guiñándome— Sabes, me recuerdas mucho a mi madre, siempre fue así, luchadora e invencible.
—Aww, eso es muy tierno de su parte, David, gracias a usted y a su familia por haberme dado la maravillosa oportunidad en esta increíble firma que jamás defraudaré.
—Somos afortunados de tenerte con nosotros.— David me dedicó una sonrisa, y segundos después, desvaneció de su rostro.— Sé que esto es algo muy personal, y no te quiero hacer sentir incómoda, pero —se quedó en silencio—. Espero que Henry te esté tratando muy bien. De no ser así, debes decírmelo, y le patearé el puto trasero. —me sonrió, yo comencé a sonreír. David era un hombre muy tierno.
—No se preocupe, David. Entre Henry y yo, solo hay una relación profesional y únicamente profesional. Gracias por el consejo de todas maneras.
—Conozco a Henry como a nadie, es mi hijo. Y si bien sé algo, es que cuando alguien le interesa lo suficiente, lo demuestra de una manera no tan buena. Sin embargo, no eres digna de aguantar nada, no por gusto, no por atracción, no por amor. Siempre mantén eso presente, Caroline. —me dio un leve abrazo y salió de allí. Me quedé muy pensativa. Sabía que él sabía que entre nosotros había algo más, sin embargo, también conocía a su hijo como a nadie, y sabía que esto no iba a terminar bien.
—Buenas noches, señor David.
Salí afuera mientras esperaba mi uber, que ya estaba a dos minutos. A lo lejos, logré ver la camioneta Porsche negra de Henry estacionada. Desde acá pude ver cómo se besaba con esa mujer rubia mientras intentaba abrir la puerta para que ella se subiera. Ella devoraba su boca como una piraña plástica. Mi uber llegó, me subí, tragué hondo y, justo cuando comenzó el camino a mi casa, dejé salir las lágrimas que tanto estuve conteniendo toda la noche.
¿Cómo pude ser tan ingenua en pensar que un hombre como Henry estaría con una mujer como yo?
***
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romance[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...