CAPÍTULO 42: Caroline
El lunes, a las cinco de la tarde, finalmente llego a casa tras tres malditos días desde aquella noche en el auto con Henry. A pesar de haberlo desbloqueado, no he recibido ningún mensaje suyo. Aunque me duele, me estoy acostumbrando a esta situación o, quizás, solo estoy alimentando falsas esperanzas.
Sumergida en una larga ducha de agua caliente, reflexiono sobre el día. No fue tan malo como pensaba, y estar cerca de él no resultó tan doloroso como esperaba. Tuvimos otra reunión, pero apenas intercambiamos miradas. Así siempre es con Henry Ivanov: un día me busca y al siguiente parezco no existir.
Envuelta en mi bata favorita y con medias, preparo bocadillos en la cocina mientras la tarde lluviosa se cierne afuera. Ian me ha enviado varios mensajes agradeciéndome por lo que hice por su mejor amigo, pero aún cuestiona qué ocurrió aquel día, hace exactamente una semana, cuando Henry se puso bravo con él, tema que evadí por completo. Terminada la cena, abro una lata de Coca-Cola y enciendo la TV.
—¡Maldición! ¿Por qué justo cuando me siento, alguien decide tocar la maldita puerta? Ojalá no sea Ian, no estoy de ánimos para dar explicaciones. —Exclamo en voz baja mientras el sonido desesperado de los golpes resuena en la puerta. —¡Ya voy!
Avanzo hacia la puerta y la abro. Es como un cruel déjà vu que me atormenta una y otra vez.
—¿Henry?
—Disculpa por venir así, sin avisar, pero necesitamos hablar y no puede esperar.
La preocupación en su rostro es más que evidente, diría que incluso parece desesperado. Su cabello gotea agua, y su saco gris se ha oscurecido por la densa lluvia. Las gotas resbalan por su rostro, dejando en claro que ha venido atravesando una tormenta.
—Sí, pasa. ¿Está todo bien? —Pregunto apenas mirándolo, pero el nudo en mi estómago se hace más grande con cada segundo.
Henry entra, y cierro la puerta tras de él, observándolo con cautela. La última vez que estuvo aquí, todo terminó mal.
—Te tengo que convocar mañana, a ti y a los otros dos abogados. Pero no solo eso, Caroline. —¿Ahora soy Caroline? — Tendré que suspenderte y sacarte de la competencia.
Frunzo el ceño, confundida. Aquello me cae como un balde de agua fría. ¿Qué diablos acaba de suceder?
***
Henry se quita el saco empapado por la lluvia y lo deja a un lado. Rápidamente, le busco una toalla para que se seque mientras mi mente trata de comprender lo que está sucediendo en la firma. Nos sentamos en el sofá, con los codos apoyados sobre mis rodillas, sumergidos en un mar de pensamientos mientras intento procesar la noticia impactante que acaba de revelar.
—Henry, sabes que jamás haría algo así. No soy esa clase de persona. —Le aseguro, buscando su apoyo.
—Créeme, lo sé. Te conozco y sé que no fuiste tú. Pero tienen pruebas...No sé cómo diablos lo hicieron. —Responde con preocupación.
—Sé que fue Cooper, aunque carezco de pruebas concretas, mis sospechas son firmes. Desde el primer día, ha sido tremendamente competitivo conmigo. En la firma, todos saben que me tiene entre ceja y ceja, y sospecho que está detrás de esta artimaña para perjudicarme. No logro entender por qué soy su objetivo desde que llegué, quizás porque lo ignoré o simplemente porque soy mujer. —Confieso, explicando mis sospechas.
—¿A qué te refieres con que lo ignoraste? —Pregunta, interesado.
—Sí, las chicas e incluso William saben que en una ocasión intentó tener una cita conmigo. Siempre insistía en que saliéramos, incluso trató de convencerme para acostarme con él, pero siempre lo rechacé. —Le cuento, rememorando aquel incómodo episodio.
ESTÁS LEYENDO
MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romance[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...