CAP 51:
Caroline—Entonces el tipo del tinder viene y me susurra al oído, quiero que me folles.— contaba Cassandra mientras todas reíamos a carcajadas.
—¿Espera, el tipo quería que tú lo follaras a él?.— pregunté impresionada.
—Sí, joder. Sacó un dildo de esos plásticos negros, quería que yo lo follara.— Cassandra reía a carcajadas.
—Joder, ¿y lo hiciste?.— preguntaba Alina llevándose un trozo de pescado a la boca.
El olor a pescado me tenía mal, por Dios, qué asco, ¿desde cuándo odio el pescado? Siento que se me forma un intenso nudo en el estómago.
—Obvio que no, me vestí y lo mandé al demonio, fui para ser follada y él quería ser el follado...— gritó Cassandra riendo.
—Maldición, que locura. A mí, un hombre me dice que lo complazca, lo hago ¿por qué no?.— Olivia levantaba sus manos riendo.
Estos eran los últimos días de Olivia, ya que se iba de maternidad por embarazo, estaba a punto de dar a luz.
—Qué asco, Alina.— respondí tomando un sorbo de la limonada. — Que asco huele ese pescado, por Dios ¿pediste pescado podrido?.— pregunté haciendo muecas de asco.
—Pedí lo mismo de siempre, preciosa. Pescado en escabeche. Está bueno, no apesta y tampoco está podrido.— Alina me respondió.
—¿Y tú querida? ¿Cómo estuvo la luna de miel en Las Vegas la semana pasada?— Olivia arqueó ambas cejas sonriendo.
—Muchísimo, muchísimo sexo. Hasta cogimos en el baño de su jet privado, antes de aterrizar aquí.— respondí con una gran sonrisa.
—Joder, qué deliciosa relación, sexo aquí, sexo allá.— comentaba Cass riendo.
—Quien lo diría, la que dijo que jamás se fijaría en un hombre tan arrogante como él.— Alina me arqueó una ceja.
—Uno nunca puede decir de esa agua no beberé.— respondí sonriendo.— Mírame, no puedo parar de tragármela.— todas comenzamos a reír a carcajadas.
—¿Y tú, Alina? ¿Cómo te fue en la cita?- pregunté.
—Follamos como conejos en el baño del teatro, es pasivo y eso me encanta.— Alina mordía su labio inferior.
Todas reíamos, pero aún así, el nudo en mi estómago era fuerte. Necesitaba ir al baño, si no creo que vomitaré aquí en la mesa.
—Ya vengo, iré al baño.— me levanté de la mesa sonriendo y disimulando.
—¿Vas a enviar nudes al jefe querida?- Cass grito riendo.
—Son unas malditas frescas todas — les saqué el dedo. Estábamos almorzando en un restaurante cercano a la empresa durante el horario del almuerzo. De repente, sentí la necesidad urgente de correr al baño, así que me apresuré y entré, comenzando a vomitar sin parar. Por Dios, qué asco, odiaba vomitar. No lo había hecho en más de cinco años, desde mi última resaca. Después de unos minutos vomitando en el baño, me lavé la boca, arreglé mi maquillaje y regresé con las chicas al restaurante.
A pesar de nuestra charla, no logré terminar mi comida. Tenía tanto dolor que simplemente no podía comer más. Regresamos a la empresa, atendí un par de casos, pero no me sentía del todo bien. Aún así las chicas me tenían un lindo obsequio en mi oficina, entre todas me regalaron un bolso Chanel y unos lindos globos dorados que decían "Felicidades" por haber ganado el premio, son las mejores amigas del mundo. Henry tuvo que salir para hacer unas diligencias con su papá. Me escribió un mensaje diciéndome que me tenía una sorpresa en casa para esta tarde.
Terminé todo el trabajo, pero aún me sentía mal del estómago. Luego, regresé a casa de Henry. Su auto ya estaba estacionado allí. Abrí la puerta con mis llaves y me encontré con un sendero de pétalos blancos esparcidos por el suelo, y un camino de velas que llevaba hasta la mesa. Sobre ella, había dos platos de pasta, un ramo de rosas y más velas.
Henry caminó hacia mí y besó mis labios con ternura.
—Sorpresa. — susurra en mis labios, ambos comenzamos a sonreír. — Mira cómo me tienes, escupiendo arcoíris como en las películas románticas.
—Es hermoso, ¿lo hiciste todo tú solo? — arqueo una ceja y sonrío.
—Digamos que tuve ayuda de Rosa. — Rosa es la señora encargada de limpiar su casa, una persona hermosa y cariñosa. — Ella fue la que hizo todo, pero aún así tuve que ver con la idea — besa mis labios y sonríe.
—Es hermoso, gracias cariño.— acaricio su mejilla, toma mi mano y me ayuda a sentarme.
—Espero que tengas hambre — realmente solo tenía un poco, el dolor ya se me había calmado. Abre una botella de vino, sirve dos copas y se sienta frente a mí. Comenzamos a cenar mientras hablamos de todo un poco, la familia, la empresa, nosotros, y Egon, quien pronto vendrá de nuevo de vacaciones. Amo a ese niño como si fuera mío. De repente, me levanto y salgo corriendo al baño sin avisar, y comienzo a vomitar descontroladamente.
—¿Cariño estás bien? — Henry se acerca al baño, pero le hago señas para que se aleje. Sin embargo, se acerca a mí y recoge mi cabello en una coleta para que no se llene de vómito. — Tranquila. — susurra mientras me ayuda.
Me lavé la boca y me llevó hasta la cama para que me recostara.
—¿Qué te ha pasado?.— preguntaba preocupado. — Te haré un té que prepara Rosa, siempre lo deja listo por si acaso.
—No lo sé, creo que tengo un virus, me he sentido así desde ayer.
—¿Por qué no me lo dijiste? Quédate aquí, vuelvo enseguida. — salió de la habitación y estuvo unos minutos fuera, luego regresó con una taza de té.
—Gracias.— contesté sonriéndole y bebiéndome el té.
—He llamado al médico de la familia para que venga y te revise.
—No es necesario, debe ser algo pasajero.— negué, colocando la taza a un lado.
—No, ya vendrá y así te puede verificar, no me gustaría verte decaída y enferma, bonita.
Me quitó los tacones acariciando mis piernas, luego acercó su rostro y besó mis pies con ternura, subió por mis piernas y terminó en mi rostro, acariciando mis mejillas con sus nudillos. Luego se colocó a mi lado y me abrazó para que me recostara sobre su pecho. Solo escucharlo así me derretía el corazón, me hacía sentir especial, especialmente porque venía de él.
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romans[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...