Les dejaré una canción en la multimedia, que describe este capítulo a la perfección.
CAPÍTULO 40: CAROLINE
La atmósfera del club vibraba con energía, como siempre lo hacía los viernes. Aunque todavía llevábamos puesta la ropa de oficina, no nos importaba en lo más mínimo. Cassandra y yo nos abríamos paso hacia nuestro lugar habitual en el VIP del segundo piso, que Alina, la encargada del club, había reservado para nosotras.
—¡LLEGARON PERRASSSSS! —gritaba Alina, sin duda, ya un poco pasada de copas. A su lado, dos hombres bastante atractivos se divertían con su animación.
Una vez en nuestro lugar, comenzamos a bailar, rodeadas de botellas de champaña y whisky que los barman nos servían sin cesar. Mientras Cass y yo nos movíamos al ritmo de la música, Alina bailaba con uno de los chicos.
Las luces de neón pintaban el ambiente de colores brillantes, mientras la música retumbaba en nuestros oídos. Tomé mi margarita y la bebí, sintiendo la embriagadora sensación del alcohol correr por mi garganta. Cerré los ojos y me dejé llevar por la música, moviendo mis caderas al ritmo frenético de la noche. El suelo vibraba con cada latido de la música, y el sudor se acumulaba en mi espalda y frente. Era justo lo que necesitaba para olvidar todos mis problemas.
Ya habían pasado tres margaritas cargadas, y la euforia me invadía por completo.
—Puta mierda, disimula y mira hacia la cuarta mesa VIP de la izquierda —susurró Cassandra en mi oído, interrumpiendo mi éxtasis momentáneo.
—No me digas...
—Allí está el mismísimo Henry Ivanov, sentado junto a esa mujer rubia de la gala —me advirtió.
—La Barbie plástica —comenté con desdén.
—Y su guapísimo hermano Dante Ivanov también está ahí, y no deja de mirarme, sabía que yo le guste de alguna manera. —dijo Cass con una pizca de emoción.— Cuando mires, disimula, porque Henry no te quita los ojos de encima. —añadió.
Aunque me sentí un poco inquieta por la presencia de Henry, decidí tomarlo con calma y disfrutar de la noche. Era mi oportunidad de demostrarle que podía ser libre y disfrutar sin él, sin permitir que su presencia afectara mi diversión. No estaba dispuesta a dejar que nada arruinara esta noche de desenfreno. Así que, con una sonrisa juguetona, seguí bailando y dejando que la música me llevara lejos de mis preocupaciones.
Continué moviendo mis caderas, dejándome llevar por la euforia del alcohol. Tomé la botella de vino de la mesa y comencé a bailar mientras bebía directamente de ella. Me sentía mareada, pero no me importaba; estaba disfrutando el momento. Riendo a carcajadas, me dejé llevar por la música y la intensidad del momento.
De repente, unas manos fuertes tomaron mi brazo con firmeza. Reconocí su fragancia al instante; no podía confundirla con ninguna otra. Su aliento a whisky rozó mi oreja mientras hablaba.
—¿Estás borracha?.— murmuró con cierta preocupación en su voz.— No permitiré que bailes así, no aquí.
Me liberé bruscamente de su agarre y continué riendo, desafiante.
—Eso no te importa —respondí, manteniendo mi actitud desafiante.
Henry apretó la mandíbula y me atrajo más hacia él.
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Roman d'amour[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...