CAP 41: Caroline.
Su voz, atractiva y sensual, acentuaba el dolor en mi alma al darme cuenta de que no me correspondía de la manera en la que yo anhelaba que lo hiciera.
—Me encanta — respondo con una sonrisa, liberándome del cinturón de seguridad y bajando la ventana del auto. La brisa nocturna, fresca y vivificante, acaricia mi piel mientras me asomo por la ventana, dejando que el viento juguetón baile con mis mechones rebeldes. Siento su firme agarre en mis piernas, asegurándome mientras el vehículo acelera con determinación.
La noche, una manta de oscuridad salpicada de estrellas titilantes, nos rodea cuando finalmente detiene el auto. Me reincorporo en el asiento, observándolo. Estamos en la entrada de un lago sereno y majestuoso, sin más testigos que la luna y las aguas tranquilas.
—¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué te detuviste?— , pregunto con una mezcla de curiosidad y desconcierto.
—Te voy a follar — responde con una crudeza que corta el aire.
—¿Qué? ¿Te has vuelto loco?—, replico, atónita.
—Llámalo como quieras. Quiero vaciarme dentro de ti, Caroline. Te extraño, maldita sea —, insiste con una intensidad que me estremece.
Mi corazón se retuerce al escuchar sus palabras, pero me resisto a caer en su juego una vez más.
—No, Henry— , susurro, desafiante, aunque mi voz apenas es un susurro.
Sus manos buscan mi rostro con urgencia, obligándome a encontrarme con su mirada ardiente.
—¿No es lo que deseas, Caroline?—, murmura con una intensidad que hace que mi pulso se acelere.
Trago con dificultad.
—Estoy cansada de este juego, de que siempre me trates como un simple juguete sexual y me controles a tu antojo. — confieso, con la pesadez del deseo y la frustración en mis palabras.
Su ceja se arquea levemente, como si estuviera saboreando el desafío.
—Te gusta esto. Te gusta que te controlen. Te gusto. Así que haré lo que quiera contigo, cuando quiera y te dejarás. Porque lo quieres, lo necesitas. Cariño, soy tu dueño, — afirma con una certeza que hiela mis huesos y enciende mi sangre al mismo tiempo.
Mi cuerpo arde con la necesidad, mi mente lucha contra el deseo y la razón. Aunque sé que mañana lamentaré cada momento de debilidad, en este instante no puedo resistir lo que siento. Estoy atrapada en un remolino de amor enfermizo, adicción al control y a la lujuria que nos consume.
Sus labios se curvan en una sonrisa que desarma mi voluntad.
—Ahora, monta sobre mí polla y sé una buena chica —, ordena con autoridad, dando dos palmadas en sus piernas. Desabrocha con destreza el botón de su pantalón y baja lentamente la cremallera. Desliza su mano dentro de su ropa interior y libera su virilidad erecta, hinchada y húmeda invitándome a entregarme a él. — Quiero que te deslices sobre mí, que me dejes la polla tan blanca como puedas Caroline —, murmura con voz grave y seductora
Subo mi falda un poco, con cuidado me bajo las bragas y obedezco a su deseo. Me siento sobre él, tomando su polla entre mis manos y guiándola hacia el centro de mi hendidura húmeda, facilitando su entrada. Siento cómo se desliza con dificultad en mi interior.
— Oh, Dios... —gimo mientras experimento cierta molestia al principio, pero en segundos, el placer comienza a inundarme. Poco a poco, su miembro se desliza por completo dentro de mí, haciendo que gima con intensidad.
Se me encogen los dedos de los pies y siento un cosquilleo en la columna vertebral.
—Oh, joder, oh , Caroline... —jadea y gruñe, sus ojos fijos en los míos mientras entierra sus dedos en mis caderas, guiándome en el movimiento.
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Storie d'amore[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...