CAP 46:
CarolineHabían pasado tres días desde que empecé a quedarme a dormir en la casa de Henry, y hasta ahora, todo parecía ir bien entre nosotros. Egon ya se había ido con su abuelita, y ahora estábamos acostados en su cama, yo recostada en su pecho desnudo mientras él acariciaba mi cabello y yo trazaba corazones con mis dedos en su pecho.
—¿Cómo fue tu vida en Alemania— le cuestioné, observándolo con curiosidad.
—Al principio fue complicado. Mamá me trajo a Estados Unidos cuando era pequeño, pero luego, cuando cumplí los 16 años, decidieron enviarme al colegio militar en Alemania, al igual que mi abuelo lo hizo en su momento; también es algo de costumbre en mi familia. Fue duro y traumante, no voy a negarlo. Estar lejos de mi familia, no hablar con ellos durante largo tiempo. Estuve allí durante tres años, y aunque aprendí mucho, también fue muy doloroso. Terminé el colegio militar y entrenamientos cuando cumplí los dieciocho años. Luego estuve en servicio activo durante dos años corridos siendo desplegado en misiones y combates de guerra.
—¿Estuviste en servicio activo durante dos años? —sorprendida le cuestiono, sin esperar que Henry hubiera estado involucrado en guerras.
Él esbozó una leve sonrisa.
—Sí, pasé dos años en los lugares más difíciles, pero por una causa noble.
—No puedo creerlo —susurré, aún imaginándome a Henry en medio de conflictos bélicos—. Debe haber sido increíblemente difícil.
—"Difícil" es una palabra bastante pasable para describir lo que realmente se vive allí.
—¿Dónde estuviste? —inquirí.
—En Irak, Somalia y Siria.
—¿Fue allí donde te tatuaste? Me gustaría saber el significado de cada uno de ellos —respondí mientras tocaba los tatuajes en su pecho.
—Sí, la mayoría de ellos me los hice mientras estaba en servicio activo. Mi compañero y mejor amigo, Rubén, nos los tatuaba gratis por diversión. Estar allí era completamente aburrido. No todos tienen algún significado, simplemente Rubén los hacía sacándolos de su imaginación.
—Rubén es muy talentoso, los tatuajes son perfectos.
—Lo era —murmuró— Murió, hace años haciendo lo que amaba, en combate ayudando a personas. Siempre fue demasiado apasionado con estar en el ejército.
—Lo siento mucho, parecía ser alguien especial para ti.
—Lo fue. Estuvimos juntos en los momentos más duros.
El silencio se instala entre nosotros, pesado pero cómodo. Lo dejo flotar por unos segundos antes de decidir que es hora de sacudirlo con una pregunta que lleva navegando en mi cabeza todos estos meses.
—¿Con cuántas mujeres has jugado este... juego de Dominación, Sumisión, y Masoquismo?— susurro, dejando que mis dedos dibujen caminos invisibles sobre su pecho desnudo.
Él cierra los ojos un segundo, disfrutando de la caricia, y luego abre los labios, su voz baja y calmada.
—Antes de ti, dos.
Levanto una ceja, curiosa, aunque sé que estoy tocando terreno resbaladizo.
—¿Tu ex esposa?
—Sí, ella fue la segunda. La primera...— hace una pausa, y su mirada se pierde un momento en sus recuerdos—, fue una ex compañera, cuando estaba en la milicia. Nos ayudábamos a... distraernos.
Su tono es relajado, pero debajo de esas palabras percibo algo más profundo. Una sonrisa se asoma en mis labios, y decido cambiar de dirección, no quiero que esto se torne incómodo para ambos.
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romance[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...