CAPÍTULO 19:
Es martes por la mañana y despierto temprano con una sonrisa de oreja a oreja. El recuerdo de ese día sigue fresco en mi mente: sus besos ardientes sobre mi piel, sus manos explorando cada rincón de mi cuerpo y esa mirada cargada de deseo y pasión. Apenas puedo moverme debido a las marcas que Henry dejó en mi cuerpo tanto así que tuve que ausentarme un día, pero aun así, no puedo dejar de pensar en él.
Con dificultad, me dirijo al baño y, al quitarme la ropa, me encuentro con un cuerpo marcado: mis senos, mi cuello, mi abdomen, todo lleva la impronta de sus caricias. Tras una refrescante ducha, decido darle un toque ondulado a mi cabello, me enfundo en un ajustado vestido rojo que acaricia mis curvas, con una cremallera juguetona en la espalda. Oculto las marcas en mi cuello con un poco de maquillaje y completo mi look con medias y tacones negros, cubriéndome con un abrigo beige.
Al llegar a la oficina, hago una parada en el despacho de Olivia, que está cerca. Le dejo una limonada como muestra de mi cariño.
—Buenos días, te extrañé —me abraza Olivia, y yo correspondo al gesto.
—Buenos días, cariño. Yo también te eché de menos.
—¿Vestido rojo y tacones nuevos? —arquea una ceja con curiosidad—. Alguien ha tenido un fin de semana emocionante.
—En realidad sí, pasé un tiempo maravilloso con mis padres. Necesitaba desconectar. ¿Y tú? —mi corazón se encoge un poco al mentirle, pero es necesario.
—No me convences, parece que has tenido más que un fin de semana en familia. Pero no voy a indagar más, yo también lo pasé en grande —comenta, mientras me acerco para acariciar su abultada barriga.
—¿Te veo en el almuerzo? —pregunto mientras me encamino hacia mi oficina.
—Por supuesto, nos vemos en el almuerzo. —responde, contagiada de emoción.
No puedo evitar que una sonrisa pícara se dibuje en mis labios. ¡Dios mío, no puedo dejar de pensar en lo que viví con Henry! Recordar cómo me entregué a él y cómo me hizo suya despierta un ardor insaciable en mi interior.
Me siento en mi silla, enciendo el ordenador y la tablet, poniéndome al día con mis clientes y casos pendientes. Después de atender un millón de asuntos, recibo un mensaje de texto en mi celular.
Henry:
«Solo te diré que te arrancaría ese hermoso vestido.»¿Me habrá visto en el lobby? ¿O me estará vigilando a través de las cámaras de seguridad?
«¿Y qué se lo impide señor Ivanov?» Disfruto jugando con fuego.
Henry:
«No me provoques, o te llamo a la oficina y no precisamente para hablar de trabajo.»***
Olivia, Cassandra, Alina y yo nos encontramos almorzando en la cafetería del mismo edificio de la firma, como de costumbre.
—¿Qué tal tu fin de semana, Alina? ¿Todo bien? —pregunté, notando su silencio y su expresión apagada.
—Estuvo bien, solo descansé un poco —responde Alina, con un tono apagado.
—Parece que alguien tuvo un fin de semana un tanto melancólico, a diferencia de Caroline, que parece haberlo pasado fenomenal —comenta Cassandra, provocando una risita entre nosotras—. ¿Acaso te encontraste con Ian y tuvieron una reconciliación apasionada? —añade con una sonrisa traviesa. Alina me lanza una mirada rápida.
—Estoy de acuerdo contigo, Cass. Caroline seguramente tuvo una aventura emocionante. ¿Alguna cita del pasado o algo nuevo? —pregunta Olivia, con curiosidad.
—Vamos, Caroline, cuéntanos. ¿Hubo algún chico nuevo en tu vida este fin de semana o fue un reencuentro con Ian? —insiste Cass, avivando aún más la conversación.
—No, no tuve ninguna aventura, chicas. Solo disfruté de un tiempo en familia, nada emocionante —respondo, tratando de desviar la atención.
—¿Ese es el único tema de conversación? —exclama Alina, visiblemente molesta.
Un silencio incómodo se apodera de nosotras mientras la miramos con preocupación.
—¿Estás bien, Ali? —pregunto, colocando mi mano sobre la suya, pero ella la aparta bruscamente.
—Sí, solo no me siento muy bien. Creo que debería irme —dice levantándose, y todas la observamos en silencio.
—Está bien, seguro se siente mal. Ya sabes cómo son esas peleas con su madre —interviene Olivia, tratando de calmar la situación, y asentimos, dándole espacio.
Continuamos nuestra conversación hasta que termina la hora del almuerzo y cada una regresa a sus quehaceres. De vuelta en mi oficina, recibo un mensaje de texto y lo reviso rápidamente, esperando que sea de Henry. No he recibido noticias de él desde la mañana. Para mi sorpresa, el mensaje proviene de Ian.
Ian:
«¡Hola!»Trago saliva y decido ignorar el mensaje de Ian. Llevo días sin responder a sus mensajes ni a sus llamadas, desde que estuve con Henry en casa de mis padres. Se me había olvidado completamente que no le había dado una explicación desde que me llamó por teléfono y luego bloqueó mis historias de Instagram. Más tarde hablaría con él y le explicaría todo lo que ha sucedido. Continúo con mis tareas, haciendo llamadas para las conexiones del caso de las demandas y también para el divorcio de una de mis clientas, que se cierra hoy.
***
ESTÁS LEYENDO
MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romance[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...