CAPÍTULO 27: Caroline
Era lunes por la mañana y ya había tomado mi ducha y me había arreglado para comenzar el día. Henry y la firma habían ganado el caso, como era de esperar. Pasamos un fin de semana increíble juntos y nos fuimos a la deriva toda la noche hasta el amanecer, luego los días siguientes nos quedamos a dormir en su penthouse. Anoche me trajo a casa ya que tenía que resolver algunos asuntos de trabajo y reunirse con sus colegas europeos en una videollamada.
Miré mi armario y deseé verme más vibrante y con más color, así que me puse una lencería sensual de color azul celeste, como sus hermosos ojos. Combiné eso con un conjunto de falda y blazer de color azul marino, tacones y mi cabello liso. Y, por supuesto, las hermosas joyas que Henry me había regalado.
En ese momento, alguien tocó a la puerta. -¿Quién podría ser? -pensé mientras caminaba hacia la puerta y la abría. Era uno de los chicos que trabajaba en el edificio.
-Buenos días, señorita Colin, esto fue dejado en recepción para usted.- dijo Ignacio mientras me entregaba un ramo gigante de hermosas rosas blancas y una nota. Cerré la puerta con la pierna y una estúpida sonrisa se dibujó en mi rostro mientras coloqué las rosas en agua y leí la nota.
"Buenos días, espero que te gusten, Henry."
Henry puede ser un tipo muy detallista, y eso, lamentablemente, me encanta, pero eso no es bueno, al menos no para mí.
**
Me encontraba sumergida en tanto trabajo, sentada frente a mi computadora, cuando el teléfono comenzó a sonar por segunda vez, interrumpiéndome. Con fastidio, respondí.
-¡Buenos días, licenciada Collin!
-Soy yo, Olivia. No me vas a creer quién va camino a tu oficina.
-No me jodas. -murmuré, y justo ahí tocaron mi puerta. Corté la llamada y luego abrí la puerta.—¿Ian? ¿Qué haces aquí?— murmuré, tomándolo del brazo y cerrando la puerta.
—¿Cómo estás?... Yo te he traído esto como una disculpa.— saludó, entregándome una caja de chocolates con una rosa.
—Bien, Ian, no puedes estar aquí.
—¿Por qué no?
—Porque es mi lugar de trabajo, podría meterme en problemas.
Mentiras del infierno, porque si Henry te ve, te saca a patadas, y me buscaré un lío con él. De seguro estará pendiente de quién entra y sale de mi oficina, ya que tiene acceso a todas las cámaras del edificio.
—Yo he intentado llamarte y enviarte mensajes, no me respondes, así que no quise molestarte. Decidí darte tiempo y esperar.
—¿Y decidiste venir a mi trabajo en vez de esperar e ir a mi apartamento?
—Sí. Entiéndeme, estoy desesperado.
—Ian, hablaremos de esto después, ¿ok? Te llamaré cuando salga de aquí, ahora necesito que por favor te vayas.— Ian se acercó a mí y acarició mi mejilla, le quité la mano rápidamente.
—¿Qué te pasa? ¿Por qué actúas así?— preguntó, mirándome extraño.
—¿Aparte de que te acostaste con mi mejor amiga? —digo con sarcasmo—. No puedo permitirme tener este tipo de contactos y conflictos personales en la oficina. Entiende, estoy en horas de trabajo, Ian. Esto me podría perjudicar. Te llamaré.
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romance[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...