EXTRA III

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Caroline

Me separé lentamente de sus labios, quedando absorta en la intensidad de su mirada. Mis manos, llenas de deseo y admiración, acariciaron suavemente los botones de su camisa, desabrochándolos uno a uno con una delicadeza reverencial. Cada botón liberado revelaba más de su escultural cuerpo, hasta que finalmente su camisa cayó al suelo, dejando al descubierto su perfecto abdomen y su cautivador pecho. Mi respiración se entrecortó al contemplar su belleza, sintiéndome afortunada de tenerlo a mi lado, como si estuviera viviendo en un sueño hecho realidad.

Henry permaneció en silencio, permitiéndome explorar cada centímetro de su piel con mis labios y mis caricias. Me acerqué lentamente y nuestros labios se encontraron de nuevo en un beso lleno de pasión y ternura. Mientras mis labios recorrían con delicadeza la suave piel de su cuello, podía sentir cómo una sonrisa se dibujaba en su rostro, disfrutando de cada gesto de cariño que le brindaba.

Sus manos se deslizaron suavemente por mis brazos, acariciando mi piel de manera tan dulce que me estremecí de placer. Inhalé profundamente, dejando que su contacto sensible y cuidadoso despertara cada célula de mi ser. En un gesto cargado de deseo, sus dedos descendieron por las tiras de mi vestido, liberándome de su sujeción y llevándolas hacia abajo. Con habilidad y ternura, deslizó la cremallera por mi espalda, permitiendo que el vestido se deslizara suavemente hasta el suelo, dejando mi cuerpo expuesto ante él. Veo cómo sus pupilas de dilatan y sus ojos brillan contemplando mi cuerpo desnudo, se acerca a mi un poco más y desliza sus dedos hasta llegar a mi tanga blanca de encaje, deslizándola por mis caderas con suavidad hasta que estas terminan en el suelo.

En ese momento, me sentí completamente vulnerable y entregada a él, confiando plenamente en la conexión que compartíamos. El aire se llenó de una atmósfera cargada de deseo y pasión, mientras nuestros cuerpos se entrelazaban en un baile íntimo y apasionado.

Cada caricia, cada beso, nos envolvía en un mundo de sensaciones intensas y puras. Nuestros cuerpos se unieron en una sinfonía de amor y éxtasis, explorando cada rincón y despertando emociones indescriptibles. En ese momento, el tiempo se desvaneció, dejando solo espacio para la intensidad de nuestro encuentro, como si el universo entero conspirara para que aquel momento fuera perfecto.

Sus labios se deslizan con suavidad desde los míos, trazando un camino de besos en la delicada piel de mi cuello. Siento un estremecimiento recorrer mi cuerpo y arqueo ligeramente la cabeza, permitiendo que sus labios exploren cada centímetro de mi piel. Cada beso es una caricia tierna y apasionada que despierta sensaciones indescriptibles en lo más profundo de mi ser.

Cierro los ojos y me dejo llevar por el deleite que sus labios generan en mi piel. Cada roce es como una pluma acariciando mis sentidos, provocando que mi cuerpo se estremezca y se entregue por completo al placer que me brinda. Mi respiración se vuelve entrecortada, y sus labios encuentran los puntos más sensibles de mi cuello, dejando una estela de pasión a su paso

Nuestras lenguas se encuentran en un baile íntimo y sincronizado, entrelazándose y danzando al mismo compás. Cada movimiento es un susurro de pasión y complicidad, una sinfonía de deseo que nos consume por completo. Nuestros labios se convierten en el escenario de una danza sensual y ardiente, explorando cada rincón, cada textura y sabor con una entrega desbordante.

El roce de nuestras lenguas es una melodía envolvente que nos transporta a un estado de éxtasis y placer. Cada encuentro es un intercambio de suspiros y gemidos silenciosos, una comunicación íntima y profunda que solo nosotros entendemos. El ritmo se acelera y se desacelera, adaptándose a nuestros deseos y necesidades, creando un torbellino de sensaciones que nos envuelve por completo.

En cada exploración, descubrimos nuevos matices y secretos de nuestros sabores únicos. Nuestras lenguas se entrelazan con una pasión desenfrenada, dejando en cada encuentro un rastro de fuego y un deseo insaciable de más. Nos entregamos por completo a este baile carnal, dejando que nuestras lenguas se conviertan en los protagonistas de una historia de pasión desenfrenada.

MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora