CAP 43: CAROLINE
Lentamente, sus manos se aferran a mi cintura, atrayéndome hacia su cuerpo, y la piel de mis brazos se eriza. Con los ojos cerrados, acerca su nariz a mis labios en un gesto íntimo. Mis manos rodean su cuello, entrelazando mis dedos en su sedoso cabello. Puedo percibir el sutil aroma a whisky que impregna el aire ¿Acaso estuvo bebiendo?
Nuestros labios se unen en un ardiente beso, y mi lengua recorre su boca, saboreando el toque de whisky en sus labios. Sus manos descienden, acariciando mis muslos con la punta de sus dedos, lo que provoca cosquillas por todo mi cuerpo.
Nuestros labios chocan con una intensidad salvaje, su sabor a whisky se mezcla con mi aliento. Mis manos se aferran a su nuca, mientras nuestras lenguas enredan con pasión. Somos un remolino de deseo desenfrenado, devorándonos el uno al otro con fervor. Cada contacto es una chispa que enciende el fuego entre nosotros, y nuestras manos y labios buscan ávidamente más contacto, más cercanía.
—Te necesito, maldita sea. No tienes ni idea.
Sus manos viajan a las tiras de mi bata deslizándola hasta que esta cae al suelo.
—Yo también te necesito.— susurro en respuesta llevando mis manos hasta el broche de su pantalón para desabrocharlo.
Sus besos trazan un camino desde mis labios hasta mi barbilla, descendiendo suavemente por mi cuello. Siento sus manos posarse debajo de mis axilas, y en un movimiento fluido, me levanta hasta que mis pies no tocan el suelo, y quedo suspendida en el aire. Luego, me coloca sobre el frío mármol de la isla de la cocina. Se separa de mis labios, abriéndome de piernas con delicadeza, dejándome a merced de sus deseos.
El ambiente está cargado de pasión y deseo. Cada toque, cada beso, despierta una vorágine de sensaciones en mi ser. Es como si estuviéramos en un mundo propio, ajeno a todo lo demás.
Una vez se deshace de mi tanga comienza un recorrido de besos húmedos en la parte interna de mis muslos, trazando un recorrido lento y provocativo hasta llegar a mi monte de Venus... Explora mi coño con sus dedos, acariciando con delicadeza antes de llegar a mi punto más sensible, el cual lame de arriba a abajo deslizando su lengua en mis pliegues. Mi espalda se arquea y cierro los ojos, liberando un gemido. Su lengua sigue subiendo y bajando, saboreando mi néctar dulce y pegajoso. Mientras tanto, desliza un dedo dentro de mí, intensificando la sensación mientras continúa lamiendo con destreza. Desliza un segundo dedo con maestría, moviéndolo con destreza y precisión. Mis manos presionan su cabeza, deseando que no se aparte en ningún momento. Estoy completamente entregada al éxtasis del momento...
—Joder, te deseo de una manera que apenas puedo explicar. — Su voz es ronca y sensual, y puedo sentir cómo mi excitación aumenta al escucharlo.
Mis fluidos salen a chorro de mi y él los lame, saboreándolos. Luego, asciende hasta mi boca, besándome apasionadamente y tirando suavemente de mi labio inferior.
—Quiero estar dentro de ti, ¿puedo? — pregunta, y su solicitud me toma por sorpresa.
«¿Desde cuándo Henry Ivanov pide permiso?»
—Es lo único que deseo. — Respondo sin dudar, entregándome completamente a la pasión que nos consume.
Comienza a besarme nuevamente, deslizando su lengua dentro de mi boca mientras se quita el pantalón, liberando su virilidad. No puedo evitar sentirme abrumada por la intensidad del momento, deseándolo con cada fibra de mi ser.
Me arrastra hasta el borde de la superficie separando mis piernas para acomodarse en el centro de ellas. Con destreza, su glande hinchado se desliza en mi interior, sin necesidad de humedecerlo más, pues estoy excepcionalmente mojada. Incluso siento el roce de su viscosa humedad mezclarse con la mía. No sé si es la tercera o cuarta vez que lo hacemos sin condon, apenas puedo llevar la cuenta. Su primera embestida llega con lentitud y precaución, mientras paso saliva y un gemido ahogado escapa de mis labios y mis uñas se entierran en la piel de su espalda.
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romance[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...