Capitulo 30. (18+)

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Capitulo 30: Caroline.

Perdida en mis pensamientos frente al ordenador, repaso las palabras de Olivia y debo admitir que tiene razón. Si estoy desarrollando sentimientos hacia Henry, debería decírselo para poner un alto a esto. Quizás lo mejor sea detenernos antes de que las cosas se compliquen aún más. Sin embargo, es difícil resistirse a la adicción que él provoca en mí. Quiero seguir a su lado, sin importar las consecuencias.

Mi iPhone suena con una notificación de mensaje de texto, es Henry y esa estúpida sonrisa se forma en mis labios.

Henry:
"Adivina quién no tiene compañero para las prácticas de tenis." Leo el mensaje y una sonrisa se dibuja en mis labios.
Caroline:
"Usted señor espontaneidad."
Henry:
"Me preguntaba si podría acompañarme, señorita Simpatía."
Caroline:
"No tiene que preguntar."
Henry:
"Te espero a las cuatro frente a la firma."

Cierro los ojos y la sonrisa persiste en mi rostro. ¿Cómo podría decirle que no? Quiero todo con Henry y la emoción me embarga. Continúo trabajando, haciendo llamadas a varios clientes para concertar citas y reuniones con algunos de ellos. Las horas vuelan y Olivia ya ha venido a despedirse. Finalmente, llega el momento de salir. Miro el reloj, son las 4:01 pm. Apago todo en mi oficina, tomo mi bolso y camino con una sonrisa por los pasillos hasta llegar al primer piso, donde veo la camioneta de Henry. Cesar se baja y me abre la puerta.

—Buenas tardes, Cesar. —saludo de manera habitual.

—Señorita. —responde cerrando la puerta.

Henry se sienta a mi lado, y de repente, con una expresión decidida, se acerca a mí y toma mi mentón suavemente. Nuestros labios se encuentran con agresividad en un beso ardiente y apasionado. Su lengua se adentra en mi boca, y no puedo evitar gemir ante la intensidad del momento. Nuestras lenguas se entrelazan en una danza apasionada, expresando el deseo y la conexión que compartimos. Luego, con una pausa, se detiene y me mira a los ojos, su mirada llena de deseo y pasion.

—Se supone que estás castigada por lo de esta mañana. —dice con seriedad—. Pero necesito un compañero para mis prácticas hoy.

—Lo siento de verdad. —hago un puchero—. Me portaré bien, lo prometo.

—Un lo siento no será suficiente, Caroline. —susurra con voz ronca. Su aliento caliente roza la piel de mi cuello, erizando mi cuerpo y su dedo pulgar acaricia mi labio inferior.

Henry desliza su mano por debajo de mi falda, y a pesar de la excitación, hago mi mejor esfuerzo para no gemir en voz alta. Cesar está conduciendo al frente, pero parece acostumbrado a este tipo de situaciones o respeta nuestra privacidad lo suficiente como para no prestar atención.

Con habilidad, Henry aparta mi tanga a un lado, rozando las yemas de sus dedos sobre mi clítoris. Intento contener mis reacciones, pero es difícil cuando su toque es tan electrizante. Intento apartar su mano, pero él la presiona con firmeza y me dedica una mirada amenazante con una arqueada de ceja, intensificando las sensaciones que recorren mi cuerpo.

—No vuelvas a intentar detenerme —murmura con una voz tan grave que estoy segura de que está demasiado excitado.

Cierra los dientes alrededor de mi labio inferior y tira con la suficiente fuerza como para enviar un escalofrío de dolor y excitación por todo mi cuerpo. Sin perder tiempo, abandona la caricia de mi clítoris para introducir un dedo dentro de mí, manteniendo su pulgar justo en mi punto más sensible. Estoy demasiado mojada tanto así que debo estar goteando en sus dedos.

Coloca su frente contra la mía mientras intento contener un gemido. Siento cómo enrosca su dedo y golpea una y otra vez mi punto más sensible, provocando un dulce gemido por mi parte antes de sacarlo lentamente y volver a introducirlo.

MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora