Capitulo 17.

55.1K 2.2K 169
                                    

CAP 17:
Caroline.

Domingo por la noche, regresamos a San Francisco en su auto. Condujimos hacia una exclusiva urbanización de mansiones majestuosas con arquitecturas perfectamente diseñadas. El acceso estaba controlado por cámaras de seguridad, garantizando la privacidad y seguridad de los residentes.

Finalmente, llegamos a su impresionante casa. Al abrir la puerta principal, quedé maravillada por la elegancia y el buen gusto que se reflejaba en cada detalle. Un ambiente acogedor y sofisticado envolvía cada rincón del lugar. Los muebles de diseño, los cuadros y esculturas de arte cuidadosamente seleccionados, y la exquisita iluminación, todo contribuía a crear un ambiente de ensueño. La casa era amplia y espaciosa, con grandes ventanales que permitían una vista impresionante del paisaje exterior.

En el interior, nos dirigimos a una elegante zona de entretenimiento, donde Henry preparó dos martinis con habilidad. Bebimos un par de tragos mientras conversábamos y reíamos, disfrutando de la compañía del otro. La conexión entre nosotros era innegable, y la tensión que se había ido acumulando a lo largo del fin de semana estaba alcanzando su punto máximo.

Poco a poco, me acerqué a él, sintiendo cómo su presencia me envolvía y su mirada intensa me cautivaba. Sus dedos trazaron suavemente el contorno de mi mejilla, dejando una sensación eléctrica en su paso. El ambiente estaba cargado de una tensión magnética, y el silencio se volvió cómplice de nuestros pensamientos y deseos compartidos.

—Te deseo. —susurra con voz grave, enviando un escalofrío por todo mi cuerpo. Sus palabras cargadas de pasión y deseo hacen que mi corazón lata con fuerza—. Desde el primer día en que vi esos ojos desafiándome.

Sin apartar la mirada de la suya, nos acercamos aún más, sintiendo la proximidad de nuestros cuerpos. El aire se carga de tensión y anticipación, creando un ambiente cargado de intensidad y magnetismo.

Con una mano, Henry me sostiene de la cintura, mientras que la otra acaricia suavemente mi rostro. Sin romper el contacto visual, acerca sus labios a los míos y los roza ligeramente, provocando que cierre mis ojos de excitación. Separó ligeramente mis labios y siento su lengua explorando el interior de mi boca. Coloco mis manos sobre su cuello, atrayéndolo más hacia mí, mientras nuestras lenguas se entrelazan en una ardiente danza de pasión.

La electricidad entre nosotros es palpable, cada roce de sus labios es una chispa que enciende un fuego desenfrenado en nuestro interior que no me creo capaz de apagar. Cada caricia, cada suspiro, es una forma de expresar el deseo que se ha mantenido latente durante todo este tiempo
Me llevó en sus brazos mientras yo envolvía mis piernas alrededor de su cintura, acariciándome suavemente el trasero debajo del vestido que llevaba puesto.

Subimos juntos las escaleras y entramos en una habitación con sábanas de raso blanco, un lugar perfecto para el momento. Me colocó con ternura sobre una mesa, sus manos acariciando mis piernas hasta los muslos. Mientras besaba mi cuello, sus labios dejaban húmedos y delicados rastros, mordisqueando y lamiendo con pasión. Sus manos se posaron en mis caderas, mientras su lengua exploraba con urgencia mi cuello.

—Sabes tan deliciosa, incluso mejor de lo que imaginaba.— murmuró Henry con voz ronca antes de hundir sus dientes en mi cuello, lo que aumentó aún más mi excitación. Aquellas palabras me hicieron sonrojar, sabiendo que pensaba en mí de esa manera. Dejó suaves mordiscos y besos en mi cuello, descendiendo hacia mi pecho. Con manos expertas, deslizó las delgadas tiras de mi vestido hacia abajo, dejando al descubierto mis pechos y admirándolos. Ningún otro hombre había despertado en mí estas sensaciones.

—Prometo ser gentil en esta primera vez.— susurró, mientras su lengua dibujaba círculos en mis pezones con la punta de su lengua, sentía cosquillas en mi vientre y mi feminidad húmeda y palpitando como nunca. Ningún otro hombre me había hecho sentir así, ni tan siquiera Ian. Sentí cosquillas en mi vientre y mi feminidad se volvió húmeda y palpitante como nunca antes.

MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora