Capitulo 10.

46.4K 2.1K 84
                                    

Capítulo 10:

Me encuentro sentada en el sofá de terciopelo azul marino del elegante penthouse de Henry, frente a Indira, mientras ella lee detenidamente los papeles del divorcio. Su abogado está al teléfono por cámara, repasando los detalles junto a ellos.

El ambiente es tenso, y puedo sentir la incomodidad en el aire. Es inevitable no sentirme una intrusa en ese momento tan delicado para ambos. Mis manos están ligeramente sudorosas por los nervios, pero me esfuerzo por mantener una expresión serena y profesional.

Indira es una mujer hermosa y elegante, y no es de sorprenderse. Tiene una figura esbelta y alta, con bustos muy grandes y una presencia que irradia confianza y sofisticación. Su cabello marrón oscuro hasta los hombros enmarca un rostro angelical con unos labios pronunciados y unos penetrantes ojos verdes. Su vestido rojo corto realza cada curva de su cuerpo, haciendo que parezca una verdadera diosa. Completando su impecable estilo, lleva accesorios de diseñadores reconocidos, como lentes negros Prada, tacones altos Chanel y unos elegantes guantes en cuero negros.

Es innegable que Indira es una mujer adinerada y su presencia en el penthouse de Henry solo confirma su estatus. Aunque no comparta su actitud hacia ella, no puedo evitar reconocer su indudable belleza y su habilidad para deslumbrar a cualquiera con su elegancia.

—Ok, lo llamaré en unos minutos, Spinster — dice Indira, cortando la llamada y dirigiendo su mirada a Henry, que está sentado a mi lado con un vaso de whisky, aparentemente imperturbable. Henry no ha posado su mirada sobre ella ni un solo segundo; supongo que debe sentir demasiado rencor hacia esa mujer para poder mirarla.

—Quiero que antes de tomar esta decisión hablemos una vez más, söch.

—Soy todo oídos, Indira — responde Henry con un aire de arrogancia que lo caracteriza.

Me siento incómoda aquí, pero esta es la voluntad de Henry. Aunque preferiría no estar cerca, él es mi cliente y ha exigido mi presencia. Solo él sabe de lo que ella sería capaz.

—Bonita, ¿podrías irte y dejarnos solos? — me mira directamente a los ojos, y una sonrisa aparece en sus labios.

—Caroline no irá a ninguna parte. Ella es la única razón por la que estás pisando este lugar — interviene Henry con autoridad y un tono de voz más hostil.

—Cometí un error, Henry, no quiero que nos divorciemos.

—Te acostaste con mi puto mejor amigo, Indira, por el amor de Dios. No te pondría un dedo encima jamás. Para mí es una vergüenza que aún lleves mi apellido. —Su voz retumba en la habitación, cargada de un enfado que hace temblar el aire a su alrededor. Los músculos de su mandíbula se tensan, marcando líneas firmes en su rostro que denotan una ira incontenible. Sus ojos, normalmente serenos, ahora arden con una intensidad que hiela mi sangre. No hay rastro de la suave calidez que alguna vez vi en ellos, solo una furia oscura que parece consumirlo por dentro.

Demonios, sabía de la infidelidad, pero no que era con su mejor amigo.

—Estaba completamente borracha, no estaba consciente de lo que hacía, cariño.

¡Ay mierda, esto se estaba poniendo intenso! Maldita sea, se acostó con su mejor amigo.

Auch, eso sí que estaba más que cabrón. ¿Quién en su sano juicio le es infiel a semejante hombre?

—Te lo cogiste en nuestra maldita casa, mientras mi hijo dormía y yo trabajaba como un maldito esclavo por ti, por la familia que habíamos construido. —Sus palabras son un golpe directo al corazón, cargadas de amargura y decepción. Se levanta del sofá con una determinación palpable, sus pasos resonando en el suelo con un eco que parece llenar toda la habitación. Su postura es imponente, cada fibra de su ser irradiando una fuerza que parece desafiar al mundo entero.

MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora