MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)

Capitulo 11.

Caroline.

Estamos disfrutando de nuestro segundo vaso de whisky, ansiosos por recibir el dichoso divorcio firmado de Indira. Cuando finalmente llega el correo, no puedo evitar expresar mi emoción, sonriendo y mostrándole la confirmación a Henry.

—Felicidades, señor Ivanov. Ahora es un hombre soltero y sin compromisos. Mañana, el abogado Spinster, usted y yo presentaremos el divorcio firmado ante el juez y su gran amigo Gallardo, tal como lo solicitó, y se hará completamente oficial ante la ley judicial —respondo con orgullo, alzando mi copa para brindar con él.

Una amplia sonrisa se forma en su rostro. Parece verdaderamente aliviado de haber resuelto ese complicado problema.

—Joder, gracias, gracias. Me he librado de ese gran problema. La veías con cara de yo no fui, pero era una verdadera hija de puta —asegura, sin pelos en la lengua.

—No lo dudo, con lo que hizo. Hizo muy bien en salir de ese matrimonio que claramente no le hacía bien, ni a usted ni a su hijo —añado, mostrando mi apoyo.

Henry dirige su mirada a mí y ahora es él quien cambia la conversación, dirigiéndola hacia a mí.

—¿Usted cree en el matrimonio? ¿Se ve casada alguna vez en su vida? —pregunta con cierta curiosidad en su mirada, ansioso por mi respuesta.

—Por supuesto que sí, creo en el matrimonio, pero no creo que sea algo que deba apresurarse. Para mí, es importante encontrar a la persona correcta y estar seguro de lo que queremos antes de dar ese paso. No he conocido a alguien con quien me sienta segura de casarme y tener hijos en este momento —explico con sinceridad.

—¿Y su novio? —indaga.

—Nosotros estamos tomando las cosas con calma. Tenemos una larga historia de amistad y nos llevamos muy bien, pero estamos viendo cómo evoluciona nuestra "relación sin etiquetas" —hago una mueca y murmuro—. Aunque a veces, me pregunto si realmente estamos en la misma página.

—¿Amigos con derechos? —pregunta, llevando el whisky a sus labios y mirándome con su penetrante mirada.

Una sonrisa se forma en la comisura de mis labios y bajo la mirada.

—Algo así. —asiento en respuesta.

Henry me observa detenidamente, asegurándose de que no le esté ocultando nada.

—Entiendo —dice, respetando mi posición.

Luego, decido compartir una parte más personal de mi vida.

—De hecho, hace exactamente cuatro años, estaba comprometida —revelo y veo cómo Henry se sorprende ante la noticia.

—¿Ah, sí? ¿Y qué pasó? ¿Por eso no crees en el matrimonio? Por sola una desilusión —pregunta con comprensión.

Asiento con tristeza mientras bebo un sorbo del whisky que, para ser honesta, no me agrada mucho su sabor.

—Me fue infiel más de dos veces, y las que no sé. Además, tenía un genio de mierda. Una triste historia y estaba tan ilusionada con ese "futuro matrimonio" hasta me vi teniendo una enorme familia con él y un perro —digo, intentando no demostrar tanta vulnerabilidad.

Henry me mira con complicidad y un toque de diversión en sus ojos.

—Entonces, debe ser un auténtico pendejo —comenta con una sonrisa divertida.

—Oh, sí, lo es y una muy mala experiencia.— respondo, compartiendo su sonrisa cómplice.

—Las malas experiencias en el amor pueden ser difíciles de superar, pero también pueden ofrecer valiosas lecciones. Aprende de esas experiencias, reflexiona sobre lo que puedes mejorar y cómo puedes crecer como persona. Recuerda que cada desafío nos hace más fuerte y nos prepara para relaciones más saludables en el futuro —explica con una mezcla de seriedad y tranquilidad, como si compartiera un secreto sabio y tranquilizador.