CAP 25:
Henry Ivanov
Estamos en la habitación, tiene las manos atadas con una corbata de seda en la parte de atrás. Acaricio con mis dedos la suave piel de su espalda desnuda, luego acaricio sus brazos hasta bajar a sus deliciosas y paradas nalgas. Admiro cada parte de su cuerpo, ella me excita, ma hace sentir de una manera apenas descriptible. Es una mujer hermosa, delicada, elegante y perfecta.
Acaricio su cabello, lo muevo a un lado y beso su hombro, mis labios continúan recorriendo hasta llegar a su cuello, donde deposito besos húmedos. Un gemido apenas audible sale de sus labios, llego hasta su oreja y la lamo.
—¡Hueles tan bien!... Eres la única mujer que hace que me vuelva loco el aroma a vainilla.— mi respiración mueve los mechones de su cabello.— No puedes imaginar lo excitante que es para mí tu aroma, es como una invitación irresistible para acercarme más.— Aproveché la cercanía para aspirar su aroma a vainilla una vez más, y sentí cómo mi cuerpo se encendía con cada inhalación. Tomé su rostro entre mis manos y la besé con pasión, sintiendo el calor que emanaba de ella. —Eres una irresistible tentación.— le dije mientras la besaba, Sentí cómo mi deseo por ella se intensificaba, y supe que quería explorar cada rincón de su cuerpo.
Su cuerpo me fascina, su piel, sus piernas, sus nalgas, sus parados senos y sus pezones rosados. Tiene el coño bien depilado, rosado he hinchado. Ella era la debilidad de cualquier hombre, y ella está consciente de ello, es astuta, no le ruega a nadie, creo que los dioses la tallaron siendo la preferida del cielo, si es que existe tal cosa.
Ella sonríe tímidamente, podía presenciar lo nerviosa que estaba bajo mi poder, tan vulnerable, pero lo bien que lo disimula. Caroline es de las mujeres que puede entrar a tu interior hacer un desorden he irse y no te das cuenta, incluso ella no se da cuenta de que lo hace. Nuestros cuerpos se rozan, y puedo sentir su respiración agitada.
Me gusta que ella no comparta con nadie cómo la controlo, cómo la rompo para poseerla. Sé que ella no es consciente de ello, y tampoco lo es nadie más, de que la quiero poseer para siempre. Es leal a mí, sumisa cuando lo requiero y una fiera cuando lo necesito. Le provoco dolor, pero aún así, sigue aquí. Le gusta que la despedace en mil pedazos, y aunque lo odio, se ha convertido en una especie de adicción. Reconozco que soy un posesivo hijo de puta, y a ella le atrae esta faceta mía, porque nadie está en un lugar en el que no desea estar. Ella afirma que saco lo mejor de ella, y quizás tenga razón, aunque no precisamente de la mejor manera. Ya saben lo que dicen, si el amor no te vuelve loco no lo estás haciendo bien.
Sin embargo, no la amo ni la quiero, pero sé que es mía y no permitiré que nadie más me la arrebate, ni siquiera ella misma.
Llevé mi mano a su cabello, acariciando suave y lentamente cada hebra, mientras nuestros labios se fundían en un beso apasionado. Mi mano bajó por su espalda, acariciando cada curva, hasta llegar a sus caderas, donde la presiono contra mi cuerpo. Sentía el calor emanando de ella, y me excitaba aún más. Quería saborear cada centímetro de su piel, perderme en ella y hacerla mía.
Ella gime dulcemente, sus gemidos eran melodías angelicales para mi, provocándome cada vez más. Mi mano se deslizó por su muslo, subiendo lentamente hasta llegar a su entrepierna. Sentí su humedad, y mi deseo por ella se hizo más intenso. Tengo un hielo en mis dedos, lo rozo por su clitoris, ella da un brinco imagino que por la fría sensación, suelta un leve gemido sonoro, lo subo y lo bajo masturbandola con el pedazo de hielo que se derrite por el calor que emana su coño, logra derretirse por completo, acarició su clitoris hinchado con mis dedos, meto dos dedos dentro de su húmedo coño, ella gime y cierra los ojos. Me pone tan duro y tan duro que si no se la meto y me descargo dentro de ella las bolas me van a explotar. Continuó moviendo mis dos dedos dentro de ella, en forma circular, luego los saco y los meto, una y otra vez con suavidad, no quiero causar ninguna lesión.
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romance[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...