Capitulo 37.

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CAPÍTULO 37:
Caroline

Henry frunció el ceño y miró hacia el final de la sala, donde se encontraba Ian.

—¿Acaso interrumpo algo?.— su voz sonó seca e irritable.

—¿Qué haces aquí? — pregunté una vez más, ignorando su pregunta.

—¿Estoy interrumpiendo algo? ¿No que habías terminado con ese tipo? ¿No que estabas tan enamorada de mí y corres a acostarte con él para olvidarme?.— exclamó con amargura.

—¡Qué demonios te pasa, Henry! Tienes que irte.

—¿Caroline, está todo bien?. — escuché a Ian y giré para verlo. Se había levantado del sofá.

—No te preocupes, Ian. Es mi jefe y ya se va, ¿cierto?.— dirigí mi mirada asesina nuevamente a Henry.

—No me voy a ninguna puta parte. No te dejaré sola con este pendejo. ¿Qué carajos hace él aquí?.— gritó furioso.

—Oye, no le hables así. ¿Quién diablos te crees para llamarme así?.— Ian se acercó a él, decidido a defenderse, y Henry sin pensarlo dos veces, terminó metiéndole un fuerte puñetazo, tirándolo al suelo.

—¿Qué carajos te pasa!?.— corrí hasta donde estaba Ian, y lo vi con toda la nariz ensangrentada.

Miré a Henry, y parecía otra persona. Estaba transformado, violento. Lo que vi en sus ojos no era normal; estaban oscuros, furiosos. Sin pensarlo, se acercó nuevamente a Ian y lo agarró por la camisa, levantándolo. Pero Ian se defendió y le devolvió el golpe.

Así continuaron, dándose puñetazos, Henry tiraba a Ian contra la mesa destrozando todo a su paso, hasta que me interpuse entre ellos.

—¡BASTA YA, JODER! Ian, vete a casa, por favor. Luego te llamo.— le pedí, tratando de mantener la calma a pesar de la situación.

—¿Y dejarte con este loco psicópata? Llamaré a la policía para que refuercen.— Ian apretó los puños, mirando a Henry desafiante.

—Yo lo resolveré, solo vete, por favor. — le insistí a Ian, tratando de tranquilizarlo.

Sin lugar a dudas, el aspecto de Ian era mucho peor que el de Henry. Mientras que Henry apenas tenía algunos rasguños y ligeras contusiones, Ian mostraba heridas más profundas y visibles. Su rostro estaba marcado por moretones y cortes, y su mirada reflejaba el dolor físico y emocional que había sufrido.

—Hijo de puta.— le gritó Henry con furia en su mirada.

—Esto no se quedará así, no me conoces. — Ian lo amenazó señalándolo con determinación.

—Te esperaré con ansias, hijo de puta.— contestó Henry, sonriendo de manera siniestra. Cerré la puerta con el seguro.

—¿QUÉ CARAJOS TE PASA? ¿Qué carajos te crees? No puedes venir aquí cuando te dé la regalada gana y hacerle daño a Ian.— Henry se acercó a mí, tomándome de la barbilla y buscando algo que no comprendo en mis ojos.

—¿Te lo cogiste?.— preguntó desesperado y furioso acercándose a mi. — Contéstame, por favor, ¿te acostaste con él?

—No, Henry. — susurré, mirando sus labios, sintiendo el dolor en mi corazón. Por más que deseaba gritarle y decirle que lo odiaba con todas mis fuerzas, mi cuerpo parecía tener otros planes.

MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora