CAP 29: Caroline
Salí apresurada de la oficina de Henry, asegurándome de que nadie sospechara lo que había ocurrido dentro.
El primer rostro que vi fue el de David Ivanov, el padre de Henry. Oh, Dios mío, qué vergüenza.
—Licenciada Colin.—expresó con una gran sonrisa mientras me abrazaba.
—Ay, por Dios, señor Ivanov.— respondí feliz y lo abracé.
David Ivanov era un hombre increíble, siempre visitaba la firma y sus visitas eran importantes y significativas. Nos trató a todos los abogados y empleados de la empresa como si fuéramos su familia, dirigía la firma con Henry hasta hace unos meses atrás.
—Hace mucho que no te veía. ¿Cómo has estado?.— preguntó amablemente.
—Estoy bien, ¿y usted? ¿Cómo está usted y su familia?
—Excelentemente bien. ¿Cómo van las cosas con Henry? ¿Debería preocuparme?.
Tragué saliva ante su pregunta, intentando disimular. —No, todo va muy bien. ¿Le contó sobre la demanda que ganó la firma?
—Sí, me lo contó todo, pero también me dijo que tú fuiste la gran salvadora. No quiero decir que seas su favorita, pero estás haciendo un excelente trabajo.— me sonrió. —¿Está ocupado ahí dentro?
—No, por supuesto que no, puede pasar.— respondí.
David me dedicó una cálida sonrisa, tocó mi hombro y luego tocó dos veces la puerta antes de entrar y cerrarla tras de sí. Bajé a mi piso e intenté ignorar la mirada de Olivia, quien me esperaba con sus cejas arqueadas.
Creo que estuve ahí arriba como dos horas. La ignoré y caminé hacia mi oficina, pero como era de esperar, ella entró detrás de mí y cerró la puerta.
—Maldición, sabía que estabas con alguien y que traías algo entre manos, pero ¿estás cogiendo con Ivanov?.— dijo Olivia con una gran sonrisa en su rostro.
—No sé de qué hablas. Estábamos teniendo una reunión normal, sabes que no lo soporto.— respondí rodando los ojos.
—Claro.— susurró acercándose a mi y examinándome. —Sales arreglándote el cabello, y déjame decirte que necesitarás más que un peine. Me acabo de dar cuenta de que ya no llevas labial como hace dos horas cuando saliste hacia el piso de arriba, también me pregunto qué pasó con las lindas medias negras que llevabas puesta que mágicamente desaparecieron. Ah, y querida, necesitas loción o perfume, apestas a semen de hombre, y puedo apostar que no llevas puestas tus bragas.
La miré estupefacta, preguntándome cómo diablos sabía tanto esta mujer.
—Joder, no se te escapa nada, linda.—respondí sonriendo.
—¡No puedes engañarme, cariño! Soy una abogada de mente criminal. Pero vaya, has pasado de comer bien con Ian a comer rico con el jefe. Te estás convirtiendo en toda una niña mala —, comenta con una sonrisa de oreja a oreja.
—Mierda, me descubriste. Sí, joder, pero se supone que le prometí que no diría una palabra de esto a nadie, ni siquiera a mis amigas. Podría traerme grandes consecuencias.
—Lo sé tranquila, pero ahora cuéntame, ¿hace cuánto estás con él?.— preguntó Olivia orgullosa.
—Hace aproximadamente tres semanas, casi cuatro, no lo sé, perdí la cuenta.
—Un mes, está bien. Saben disimularlo muy bien. Tranquila, jamás diré nada, soy tu mejor amiga, me conoces.— sonrió. —Te gusta, y mucho. Puedo verlo en tus ojos.— añadió, y yo esbocé una sonrisa.
—Sí, me gusta muchísimo, o mejor dicho, demasiado.— terminé la frase en un susurro.
—¿Y qué? ¿Qué tiene de malo? Ambos son solteros, y al fin y al cabo, has encontrado el amor.
—Ese es el problema. Me dejó claro que no quiere enamorarse, no busca romances, compromisos ni relaciones amorosas. Al principio pensé que estábamos en la misma sintonía, pero... —me quedo en silencio.
Ella arquea las cejas.
—¿Pero?
—Pero quizás estoy más involucrada de lo que pensaba.
—Vaya... —susurró Olivia—. Eso suena muy complicado.
—Al principio accedí, sabes que no me enamoro fácilmente, y sé con madurez lo que significa solo un polvo. Pero esta vez es diferente.
—Oh por Dios, ¿crees que te estás enamorando?
—Sí, creo que tengo sentimientos por él, y lo acabo de entender hace unos días. Dormimos juntos todas las noches sin falta, desayunamos juntos, almorzamos juntos, jugamos el tenis y luego tenemos sexo salvaje bañados en sudor. Hemos tenido unas citas increíbles, conoció y pasó tiempo con mi familia. No te había contado pero él me llevó a casa de mis padres el fin de semana que estuve allá con ellos. Hace unos días me llevó de picnic y terminamos teniendo el mejor sexo en el césped rodeados de árboles con vino y chocolate incluido, me ha llevado a su casa miles de veces y a su penthouse. Llega a mi apartamento todas las noches para dormir conmigo, y sí, tenemos sexo, muchísimo, pero hay algo más en él. Es como si quisiera, pero no quisiera caer. Es detallista, romántico, posesivo y demasiado celoso. Practica el sadomasoquismo en el sexo y por supuesto que jamás había experimentado tanto en el sexo como lo he estado haciendo con el. No quiere que esté con nadie más, me besa en las noches y me abraza como si hubiera algo más...
—Mierda.— susurró Olivia, mirándome. —Estás confundida, él hace que te confundas.
—Sí, y tengo mucho miedo, Oliv. Pensé que tenía la ventaja en este juego de seducción, pero el problema es que nunca tuve ventaja. Henry es el típico hombre que puede enviarte a la sala de psiquiatría con un anillo de 24 quilates y me estoy enamorando de él.
—Debes decírselo y terminar lo que tienen antes de que sea muy tarde y salgas lastimada, Caro.
—No, jamás le confesaré que me estoy enamorando de él. Eso sería más que humillante después que le asegure que sabía jugar con madurez
—Eventualmente lo notará, y te cortará, y ahí te dolerá más porque será muy tarde. Quizás y se sienta igual, quien sabe. Pero te aconsejo que hables con él esta noche, Caro. Debes detener esto ya, si no, saldrás más que jodida, te lo digo por experiencia, y lo sabes.
—Sí, definitivamente tienes razón.
***
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
عاطفية[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...