Capitulo 20.

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CAPÍTULO 20: CAROLINE

La puerta de mi apartamento suena, y cuando decido abrirla, me quedo helada al encontrarme con Ian, sonriendo como si fuera algo casual. Esto realmente no me lo esperaba.

—¡Heyyyy! —dice, acercándose para besarme, pero evito el beso al girar el rostro. — ¿Estás bien? ¿Todo está bien?

—Ian, ¿qué haces aquí? Pensé que estarías más tiempo en Texas resolviendo lo de tu hermana.

—No, de hecho, ya está todo resuelto allá y no me necesitan más, así que volé aquí y no te dije nada para que fuera una sorpresa —dice entregándome una caja de chocolates.

A pesar de su aparente alegría, me siento incómoda, sabiendo lo que he estado escondiendo desde su partida. Es hora de aclararlo todo. La verdad es que me siento terrible por lo que sucedió con Henry, aunque Ian aún no lo sabe. No puedo seguir con esta mentira. Pero tampoco puedo contarle la verdad, debo proteger a Henry y solo le diré que estuve con alguien más. Tengo que ser honesta, pero proteger nuestra reputación en la firma es crucial. Debo encontrar la manera de abordar este tema delicadamente.

Tomó asiento en el sofá, y yo me siento a su lado, sintiendo el peso de la conversación que se avecina.

—Ian, necesitamos hablar, debo decirte algo pero primero necesito que me seas honesto. ¿Qué pasó realmente en Texas? —Ian frunce el ceño, confundido.

—No pasó nada, ¿de qué hablas?

—Alina me mostró y me contó todo. Estoy decepcionada, Ian. No entiendo por qué me mientes pensé que teníamos una buena comunicación.

—No sé qué te haya dicho Alina, pero todo lo que pasó fue un error. Estábamos ebrios y yo... —Lo interrumpo con un gesto de incredulidad.

—¿Ebrios? Espera, ¿de qué hablas? —Sonrío, aunque la situación me supera.

—Alina y yo... No sé qué pasó realmente, fue un error y le dejé claro que jamás se volverá a repetir. Estoy comprometido contigo, Caroline. Estoy enamorado de ti. —Levanté las manos para rechazar su tacto.

—¿De qué demonios hablas, Ian? Estoy hablando de la historia de Instagram... —Su sorpresa me sorprende aún más, y me pongo de pie.

—Yo pensé...

—Espera, ¿acaso Alina y tú? ¿Entre ustedes ha pasado algo?

—Alina viajó a Texas el fin de semana, nos encontramos, bebimos, estábamos pasándola bien y no sé cómo diablos terminamos en la cama. Pero ella no me interesa, jamás me ha interesado. No sé qué más te haya dicho, pero no es cierto. —Ian intenta explicarse, pero su justificación solo aviva mi irritación. Una risa irónica escapa de mí y me tapo la boca con la mano.

—No puedo creer esta mierda, ¿te acostaste con Alina? —mi voz revela mi frustración—. Esto ya lo he escuchado antes. —Susurro, recordando la exesposa de Henry. Ian se levanta y se acerca a mí.

—¡Puta mierda! —mi furia se desborda—. No me toques, no te atrevas a tocarme —le advierto, furiosa—. Y contéstame, ¿ustedes dos... lo hicieron?

—Sí, pensé que ella te había contado y por eso estabas así, pero fue un error, estábamos ebrios —Ian intenta justificarse, acercándose más a mí— Mi amor...

— Ay, por Dios, carajo... —escupí riendo de manera furiosa—. No, nada de "mi amor", Ian. Estoy sorprendida, estoy jodida con esto, más que decepcionada. Primero me ocultas una historia con tu ex en Texas y luego te acuestas con Alina, mi mejor amiga. —Caminé de un lado a otro, las lágrimas se deslizan por mis mejillas.

—La cagué, lo sé, y por eso estoy aquí —dijo Ian.

—¿Que si la cagaste? —pregunto, negando furiosa— Te pasaste, esto no es solo cagarla Ian, joder.

—Escúchame, Caroline, estoy enamorado de ti, mi amor, y estoy arrepentido.

—No, no me jodas, maldición, Ian. Pensé que eras diferente, me jodía pensar que podías ser como los demás. ¿Desde cuándo cogían? Y dime la puta verdad. —Me acerco a él, quedando a centímetros de su rostro. Sus ojos verdes destilan confusión, mientras sus labios tiemblan ante la tensión.

—Desde hace dos meses. —Responde entre susurros.

Un nudo se forma en mi estómago y una oleada de asco me invade, llevándome la mano a la boca para contener la nausea.

—Maldición, ¿me cogías a mí y luego te acostabas con ella? Puta mierda. —Dejo escapar una risa amarga, mezcla de coraje y frustración. —Qué asco, qué puto asco. Joder, ¿qué te pasa, Ian?

—Solo fueron tres veces, porque pensaba que no me querías, que no aceptarías estar conmigo para algo serio, Caro.

—¿Tres veces? —Repito, sintiendo una mezcla de sorpresa y repulsión—. Me metías la puta verga con los putos fluidos de ella. Qué puto asco. Por suerte, siempre me protegí contigo. No puedo creer esto, Ian. Joder, con razón te defendía tanto si está colada por ti, la muy cabrona. —Suspiro, dejando escapar la frustración—. Soy una pendeja payasa de circo. Sabes qué es lo peor, que te atreviste a venir donde mí a pedirme que seamos algo más que sexo y te acostabas con mi mejor amiga, maldición. —Mis lágrimas se mezclan con el enfado, creando una tormenta de emociones.

Ian se acerca a mí, tomando mi rostro con sus manos, tratando de acercar sus labios a los míos en un intento desesperado de reconciliación.

—Caroline, perdóname, ¿sí? Ella no me interesa, quiero luchar por ti. —Cierro los ojos, sintiendo su aliento contra mi piel, pero rápidamente aparto mi rostro, rechazando sus avances.

—Vete, Ian, no quiero seguir hablando contigo, no quiero verte, no hoy. Por favor, vete, déjame sola. —Lo aparto con todas mis fuerzas, sintiendo el rechazo arder en mi pecho. Había depositado mi confianza en él, creyendo que era diferente a los demás. Todavía aturdida por la traición recién descubierta. Ian se aleja, cerrando la puerta tras de sí con un clic sordo que resuena en la habitación.

La furia y la decepción se entrelazan en mi interior, formando un torbellino de emociones tumultuosas. ¿Cómo pudieron ser ellos, las dos personas en las que más confiaba, los que me fallaron? ¿Y mi mejor amiga, cómo pudo traicionarme así?

El pensamiento de Henry me atraviesa como una daga. Él también conoció la traición en manos de su esposa. No puedo ni imaginar el dolor que debió de sentir. Las traiciones llegan de donde menos lo esperas...

Me desplomo en el sofá, abrazando una almohada con fuerza mientras las lágrimas brotan sin control, ahogando mis sollozos en la tela. La desilusión y el dolor se apoderan de mí, envolviéndome en su oscura marea.

***

MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora