Capitulo 9.

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Capítulo 09:

Impaciente, observo el reloj mientras marca las cuatro de la tarde. Reviso mi nuevo celular, recién adquirido para reemplazar el anterior, y encuentro un mensaje de texto de Henry, quien me espera abajo con su chofer. Bajo en el ascensor y llego a la entrada del edificio, donde una imponente camioneta Land Rover X negra aguarda. Un hombre vestido con un elegante traje negro, presumiblemente el famoso Cesar, abre la puerta para mí, y subo al vehículo, encontrando a Henry inmerso en una conversación telefónica en alemán.

—In weniger als zwei Wochen sollte alles bereit sein, diese Verhandlungen zu unterzeichnen und abzuschließen, verdammt, ich muss es so schnell wie möglich tun. — No entiendo una mierda de lo que dice, pero suena molesto.

«No importa, me excitó escucharlo, qué sexy

—Gracias —agradezco al chofer.

—A sus órdenes, señorita —responde él, cerrando la puerta. El vehículo arranca y nos dirigimos al lugar acordado. Estoy nerviosa, mis manos sudan, pero intento disimularlo mirando mi celular y desplazándome por las redes sociales.

—Lo siento, estaba en una llamada importante. No es fácil dirigir una segunda firma al otro lado del mundo —se disculpa Henry, guardando su celular.

—¿Se hace cargo de la firma de Alemania? —pregunto, curiosa.

—En la actualidad, su dirección está en manos de un familiar cercano, y ocasionalmente Dante toma las riendas cuando le apetece. No obstante, debo mantener una supervisión constante, ya que no todos siguen mis directrices laborales. En ocasiones, incluso debo viajar para asegurarme de que todo esté en orden. Le expresé esta preocupación a mi padre, ya que parecía irracional manejar mi propia empresa en Alemania y simultáneamente encargarme de la suya aquí en los Estados Unidos. Sin embargo, él persistió en su decisión, impulsado por su deseo de retirarse. Dante no desea abandonar su estilo de vida festivo, mientras que Hamilton muestra aversión hacia las leyes. —me detalló mientras yo asentía, jugueteando nerviosamente con mis dedos debido a nuestra cercanía.

—¿Así que viaja constantemente de un lado a otro durante estos años? —pregunto, asombrada.

—Sí, ciertamente es un dolor de cabeza.

—A pesar de ello, resulta impresionante; no logro comprender cómo lo gestiona. Es verdaderamente admirable. —expreso, sintiendo una profunda admiración hacia él.

—No obstante, alejarme de Alemania también resulta beneficioso para mí; necesitaba un cambio en mi vida.

Tras unos veinte minutos, llegamos a un campo de tenis y golf, impresionantemente elegante. El auto se detiene y el chofer nos abre la puerta, permitiéndonos bajar.

—Ven, vamos por aquí.— me indica Henry, y lo sigo hasta unos vestidores.—Puedes entrar a los cambiadores, yo me cambiaré en los de caballeros y te espero aquí.— me dice con una sonrisa acogedora, y asiento con gratitud.

—Gracias.— digo con una sonrisa, entrando.

Dentro del amplio vestidor, me encuentro con una amplia selección de uniformes de tenis perfectamente organizados en lockers individuales. Me aseguro de encontrar la talla adecuada y elijo una blusa blanca polo y una falda corta de tenis del mismo tono. Las medias altas y los tenis blancos Lacoste complementan el conjunto, brindándome la comodidad necesaria para enfrentar el juego.

Recogo mi cabello en una coleta alta y decido protegerme del sol con una gorra blanca, dándole un toque deportivo a mi atuendo. Una vez lista, salgo del vestidor y, para mi sorpresa, Henry ya me espera con una confianza innata, recostado sobre la pared. No puedo evitar notar lo cautivador que se ve con ese atuendo de tenis. Su camiseta polo blanca realza su musculatura bien trabajada, y el tatuaje en uno de sus anchos brazos, que se extiende desde el principio hasta el final, añade un toque intrigante a su apariencia. Su presencia atlética y masculina es innegable, y la manera en que lleva el uniforme hace que resulte aún más atractivo.

MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora