Capitulo 18. [21+]

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CAP 18:
Caroline.

Se sale de mi interior con la polla blanca por mis fluidos, me baja de la mesa y me coloca de espaldas contra el mueble. Levanta mi vestido y se posiciona, pero lo único que consigo es recibir una fuerte nalgada, haciéndome gemir.

—No seas orgullosa conmigo, eso podría ponerme furioso. — murmura agarrándome del cabello con fuerza y me da otra nalgada. —Dime lo mucho que te gusta. — vuelve a darme otra fuerte nalgada, haciendo que chille.

—Eres un jodido salvaje, odio alimentar tu puto ego, pero me encanta como me coges, como haces que me corra como si nada. — admito odiándome mil veces por ser tan obediente.

—¿Dime quién te ha hecho tener tantos orgasmos?

—Nadie, solo tú. — jadeó cuando Separa mis glúteos con sus grandes manos y ahora siento su húmeda y babosa lengua lamerme el trasero.—¡Oh, joder! — se detiene y entonces me gira, me toma en brazos y camina conmigo hasta la cama, se sienta y me coloca sobre su regazo. Se deshace de mi vestido por completo, contemplándome.

—Eres tan perfecta. — acaricia mis pechos con sus manos.

—Gracias por decirme lo que ya sé. — digo con arrogancia, lo que consigue que Henry ponga sus ojos en blanco.

Mis brazos se posan en su cuello aferrándome a él, y mis piernas están detrás de su espalda, entrelazadas.

—Ahora móntame la polla o juro que voy a perder la puta cabeza. — murmura, lamiéndome los labios con la punta de su lengua.

Me toma de la nuca con fuerza y me presiona, besando mis labios. Comienzo a mover mis caderas, sintiendo toda su longitud llenar mi interior. Henry jadea en medio del beso cuando aumento la intensidad de los movimientos sobre su miembro, y una sonrisa se forma en mis labios.

—¡Ah, ahh Si!. — gimo, moviendo mis caderas en círculos y luego de arriba abajo, sin romper el contacto visual ahora.

—Oh sí, joder, muévete más. — exige, apretando mis nalgas con sus manos, ayudándome con los movimientos. Siento como mete un dedo dentro de mi ano, penetrándome con él, lo cual hace que no pare de gemir pidiéndole más. Henry ahora toma las riendas, tomándome de las caderas y presionándolas con fuerza, lo cual hace que una lágrima se deslice por mi mejilla. Tiene un tamaño considerable, lo cual hace que al principio sea doloroso, pero luego se vuelve tan placentero.

—Ahh sí, Henry, no te detengas, voy a correrme en tu duro miembro. — Henry acelera sus embestidas, logrando que mi cuerpo brinque sobre el suyo. Entierro mis uñas en su espalda, me acerco a su cuello y entierro mis dientes. He llegado al orgasmo por segunda vez y él aún no se ha corrido.

Esto es imposible, ¿acaso nunca acabará?

Se levanta aún con su miembro en mi interior, me coloca sobre la cama, se sale de mi interior, chupa mis pezones, lame mi abdomen hasta llegar a la parte baja de mi abdomen, hasta llegar a mi sexo húmedo, me abre las piernas a cada lado, sus grandes manos sujetan mis muslos, me respira sobre el clitoris haciendo que cierre mis ojos y suelte un gemido, tengo el area bien sensible, comienza a estimular la glande de mi clitoris con su lengua, utiliza sus labios y su lengua mientras la mueve en movimientos circulares haciendo que sujete su cabeza y la presione más a mi sexo para que no se aparte.

—Ay por Dios, no puedo más —exclamé, sintiendo cómo el placer me embargaba por completo. —No te detengas, por favor —suplico en un susurro. Siento cómo su lengua se mueve con maestría, alternando entre movimientos rápidos y lentos, mientras sus dos dedos se deslizan hábilmente dentro de mí, encontrando mi punto más sensible. Aprieto mis piernas instintivamente, incapaz de contener las cosquillas placenteras que recorren mi cuerpo, haciendo que mis piernas empiecen a temblar ligeramente. Estoy a punto de alcanzar el éxtasis por tercera vez, y la sensación es simplemente abrumadora. gimo una vez más, apretando su cabello con mis dedos mientras siento cómo el calor se propaga por todo mi cuerpo. Mis piernas se tensan instintivamente, pero él sigue ahí, continuando con sus expertos movimientos. Aunque quiero pedirle que pare porque siento que no podré soportarlo más, las palabras no salen de mi boca. De repente, siento una sensación abrumadora y, sin previo aviso, me vacío en su boca, experimentando algo que nunca había sucedido antes: un squirt de mi vagina. La sorpresa me inunda, ya sabía que esto podía ocurrir, pero nunca pensé que me sucedería a mí.

Joder, ahora sí que alimentaré su ego.

Henry se levanta me abre de piernas aún más y se mete dentro de mi de una sola estocada haciendo que me retorciera del placer. Mi sexo se contrae contra su miembro y siento las palpitaciones en mi interior. Se desliza con facilidad en mi interior aumentando sus me bestiadas una y otra vez. Una, dos, tres embestidas más que logran que me retuerza bajo su desnudo y mojado cuerpo, por el sudor.

Mis tetas se mueven al compás de sus intensos movimientos, y veo cómo se excita aún más al observarlas. Sus bolas chocan con mi culo, y sé que estoy al borde de otro orgasmo.

—Ruégame que no me detenga. — me ordena con autoridad, agarrando una de mis tetas y llevándola a su boca, donde la saborea con un leve mordisco que me hace gemir.

Su rostro se hunde en mi cuello, repartiendo besos y mordiscos que me hacen jadear y suspirar en su oreja mientras sus movimientos se vuelven más rápidos, la humedad se vuelve más espesa y el sonido de nuestras pieles chocando se hace aún más excitante

—Te ordene que me supliques que no me detenga.— toma mi barbilla con su mano y me obliga a mirarlo.

—Henry.— gimo mirándolo.— Te ruego que no te detengas, me voy a correr.— separo los labios para decir algo más, pero Henry me calla con un apasionado beso antes de levantarse conmigo y colocarme de rodillas contra el espaldar de la cama. Sus dedos se deslizan por la humedad de mi sexo, acariciando mi clítoris bajando y subiendo para estimular y lubricar toda la zona. En un instante, me da una sola estocada que me hace gritar de una forma dolorosamente placentera.

—Maldición, Henry.— gimo, sintiendo la oleada de placer invadiendo mi cuerpo mientras cierro los ojos y me dejo llevar por la intensidad del momento.

—Estas tan mojada, que me volverás loco.— me sujeta por las caderas y se hunde con mas fuerza, consiguiendo que mi feminidad se vaya dilatando más y más, adaptándome al tamaño y grosor de su verga en mi interior. Pasa un brazo por mi abdomen, pegándome a su abdomen y dejando un beso sobre mi cuello mojado del sudor, mi cabello esta todo mojado del sudor que emitía mi cuerpo.

Abro más mi culo más para el dándole la vista perfecta de nalgas. El sonido de sus bolas chocar con mi coño me excita aún más. Comienza moverse con más rapidez, ayudándome a alcanzar el éxtasis, mientras que con sus dedos acaricia mi coño mojado y su verga en mi interior.

El placer va aumentando con cada estocada, y el sonido de mis gemidos también. Volviéndome tan malditamente loca, su lengua invade mi boca. Me he corrido como nunca antes orgasmo tras orgasmo, golpeó puntos que ni siquiera sabía que existían. Siento cosquilleos en mi vientre y entre mis piernas, mis rodillas tiemblan y pierdo el control, pero Henry me sostiene. Su ritmo disminuye gradualmente, señal de que también ha alcanzado el clímax.

—Que rica estás.— susurra moviéndose aún con su longitud invadiendo mi interior. —Entonces Caroline, ¿quien es la presa en este juego?

***

(ojo, aun llevaba el gorrito puesto no se pongan paranoicas 🤣)

MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora