Capítulo 8: Caroline
El despertador rompió el silencio de la habitación, marcando el inicio de otro día laboral.
—Deberían prohibir madrugar y trabajar. ¿Por qué no nací millonaria? — Mi queja se ahogó entre las sábanas mientras enterraba mi rostro en la almohada. Agradecí estar sola; mis vecinos pensarían que estoy loca con mis quejas matutinas. A regañadientes, me levanté, arrastrándome hacia el baño. Un chorro de agua caliente me recibió, y me sumergí en una ducha larga, tratando de despejar mi mente del agotador día que me esperaba. No podía permitirme llegar tarde; el trabajo acumulado me esperaba.
Después de secarme y elegir mi atuendo, decidí ponerme un vestido tipo blazer negro que resaltaba mi figura gracias al cinturón que lo acompañaba, marcando mi cintura. Complementé el conjunto con unas medias de lencería negras y mis tacones favoritos en piel de cocodrilo Jimmy Choo, que añadían un toque de color vino al conjunto. Para mantenerme abrigada, me envolví en un abrigo gris antes de salir de casa ya que en la firma suelen poner los aires demasiado fríos, lista para afrontar otro día en la firma.
***
Me encontraba absorta en mi escritorio, con la laptop frente a mí, resolviendo el asunto del collar y el incidente en el club. Olivia me ayudaba a revisar las grabaciones que demostraban mi inocencia. Envié todas las pruebas a la detective a cargo del caso, mientras Ian seguía de viaje en Texas y no regresaría hasta el viernes.
Resultó que Bayron Gastrell fue el responsable de colocarme la joya aquella noche. Tenía un historial criminal espeluznante, pero era sorprendente lo bien que lo ocultaba.
La mayoría de los asuntos relacionados con el divorcio de Ivanov estaban resueltos, a excepción de la esperada reunión de mañana. Ivanov me llamó y me pidió que pasara por su oficina. Había tenido dos reuniones importantes según lo que me dijo Cassandra, pero ahora estaba disponible.
Había evitado verlo desde el sábado, todavía avergonzada por nuestro encuentro penoso. Ignoraría lo que sucedió y esperaba que él hiciera lo mismo. Toqué dos veces su puerta antes de entrar. Estaba terminando una llamada.
—Buen día, por favor, tome asiento —me indica con una sonrisa, aparentemente de mejor humor hoy. Viste su traje habitual, perfectamente ajustado, resaltando su figura esbelta y elegante. La americana blanca, impecable, añade un toque de sofisticación, contrastando a la perfección con la corbata gris azulada que acentúa el tono celeste de sus ojos.
¿Podría el señor Ivanov cumplir mi fantasía de atarme las manos con esa linda corbata? Concéntrate, Caroline, por favor, es tu jefe.
—Buen día, señor Ivanov. ¿Cómo fue su fin de semana? —pregunté, tomando asiento frente a él con la tablet y los documentos del divorcio, preparada para discutir los últimos detalles antes de la reunión con Indira mañana.
—Excelente. ¿Y usted, señorita Collin? ¿Cómo estuvo la resaca del domingo? —levantó la vista, arqueando una ceja con una sonrisa divertida. Sus ojos brillaban con una chispa traviesa, como si estuviera disfrutando de alguna broma interna. Mis mejillas se encendieron, sintiéndome aún más avergonzada. ¡Dios mío, qué humillación frente a él!
—No estuvo tan mal como pensé —respondí, tratando de mantener la neutralidad y rezando para que no continuara la intensa conversación del sábado—. Quería aclarar algunos puntos del divorcio antes de mañana para poder presentarle la propuesta a Indira.
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MC | Complaciendo al Magnate © (18+) ¡María Del Mar! (NUEVA EDICIÓN)
Romance[COMPLETADA] ¿Qué puede ser más peligroso que la satisfacción y el poder? ¿ El amor y la desilusión? ¿El negocio mezclado con el placer? Henry Ivanov, un atractivo magnate Alemán, describe a Caroline Collins como una mujer hermosa, segura de sí mism...