XI

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   Me encontraba dormida o éso creía porqué cuándo duermo no escucho ni un ruido ya que yo soy de las personas de sueño pesado. Escuchaba cómo se abría una puerta y cómo se movían cosas, era muy raro por qué aun tenía los ojos cerrados haciéndome entender que seguía dormida porque no me podía mover, luego de segundos se escuchaba cómo se cerraba un puerta y segundos después agua caer. Me imagino que a de ser del baño, no sabía si era de madrugada, noche o de día, sólo podía escuchar.
  
   Después de unos minutos se volvió a abrir la puerta y luego sentí ruidos cerca de mi, de repente sentí una calidez en mi mano para luego pasar a mi mejilla derecha me sentía bien pero después de un rato ya no lo sentía, me sentía sola, triste que en ése momento abrí mis ojos y me senté de golpe en la cama, miré a mi alrededor y no había nadie, las paredes y el techo estaban bien, limpias, incluso los muebles, estaba muy sorprendida.

- No me sorprende tener distinta ropa cada vez que despierto.- comenté para mi misma con una leve sonrisa.- en dónde estará?.- volví a decir para mi misma, traté de levantarme y dar unos pasos pero sólo caí al suelo de rodillas haciendo que un sonido sonoro se hiciera presente. Escuché la puerta abrirse de golpe haciendo que me asustara, se puso a mi lado muy rápido mientras que miraba la habitación asegurándose que sólo era yo.

- Perdón por asustarte no era mi intención, sólo quería estar en dónde tú estabas.- después de decirlo pude notar lo que dije y me dio vergüenza, no se porque dije éso.

- No puedo dejarte sola por unos minutos sin sentir miedo.- dijo mirando me algo calmado.- a que algo te pase.- dijo ya tranquilo.

- Lo siento por depender de ti para casi todo.- bajo la mirada realizando que era cierto.- Estoy en tu casa, me cuidas si estoy herida o inconsciente, me cambias de ropa cuándo es necesario y más.

- No apareciste de la nada en mi casa ni nadie me pidió que cuidara,.- Me tomó de la cintura y de la mano para ayudarme a levantarme.- yo te traje aquí, yo decidí cuidar de ti, tú no tienes que sentirte culpable.- me ayudó a ponerme de pie.- De todas maneras creo que tu harías lo mismo.

- Claro que lo haría, pero aún así me siento mal.- traté de caminar pero no lo logré, puse mi peso de nuevo en Ian, el sólo me sujetó de la cintura y me ayudó a sentarme en la cama.- Eres más fuerte.- noté su cuerpo diferente.

- Fue gracias a ti.- no sé si me estaba agradeciendo pero lo vi muy arrepentido.

- Lo siento por obligarte o empujarte a hacer algo que no querías.

- No era tu culpa, sólo que no pude controlarme, te dejé inconsciente.

- No te culpes, ya había perdido sangre antes de que me mordieras.- trate de animarlo, lo cuál creo que lo logré, al menos hice que se sintiera menos culpable.

   Me sostuve de él, pude sentir su temperatura era algo frezca pero por alguna razón era calida para mi, también pude sentir su musculatura, siempre que me toca me hace sentir bien no sé el por qué pero lo hace. Escondía mi cara con mi fleco pero el se acerca y quita el cabello de mi cara.

- Te sientes bien? Tienes hambre?.- pregunta rompiendo el silencio que se había creado.

- Estoy algo adolorida y si tengo hambre.- noté que su mirada se fijaba en mi cuello después mi brazo para luego retirar su vista de esas áreas y mirarme a los ojos. Sus ojos volvieron a la normalidad, me gustaban sus ojos de ambas formas.

- Entonces bajemos a la cocina.- asentí, me cargo cómo princesa y hablábamos en el camino. Estando en la cocina me sienta en una silla de la barra.

- Gracias.- sonreí.

- Que te gustaría desayunar?.- pregunta mientras que prende la llama de la estufa.

- Cualquier cosa estaría bien.- sonreí mientras que miraba a mi alrededor, la televisión estaba prendida y me dispuse a ver de ella.

   En unos minutos Ian había puesto un plato frente a mi con dos huevos estrellados, tocino y dos pancakes. Se miraba delicioso, empecé a comer sola ya que el se había ido a la sala a ver la televisión, no sé si me estaba evitando pero sólo me puse a comer.

- Ya comiste algo?.- pregunté mirando a dónde se había ido pero no había volteado.

- Ayer comí lo mismo que tú y desperté desde muy temprano para comer pancakes con miel y mantequilla.- contestó sin despegar su mirada de la televisión.

- Y no tienes hambre?.

- Antes de qué despertaras comí un sándwich, así que estoy bien.- al ver cómo no me volveaba a ver deje de hacer preguntas y seguí comiendo.

   Al terminar traté de pararme pero no podía estar mucho tiempo de pié por mi misma pero aún así lo intenté, di unos pasos pero me sentía mareada, me fallaron las piernas y en el momento exacto Ian me sostiene por la cintura.

- Quería dejar los trastes sucios en el fregadero e ir a tu cuarto a tomar una ducha, si no te molesta.- dije algo seria.

- Pudiste haber pedido mi ayuda,- apagaba la televisión con el control dejándolo en la barra.

- No quería molestarte.- miraba su cara.

- No molestas.- sonríe.- vamos te llevaré al cuarto.- en un movimiento ágil me tomó de las piernas haciendo que me sostuviera de sus hombros, me había cargado en forma de caballito.

- Puedo andar sola.- le dije tratando de no soltarme y romperme la cabeza.

- No puedes estar parada por un rato sin sentirte mareada, no es así?.- sonríe y empieza a caminar.

- Si no me bajas,- pause un segundo para pensar con qué amenazarlo.- te morderé?.- no soné muy segura.

- Tú me morderas, a mi?.- pregunta burlón.- Adelante, no tengo ni un problema con éso.- ríe.

- Es en serio, no podré recuperarme si me estás cargando por todos lados.

- Puedes morderme las veces qué quieras.- ríe y habla seguro de lo que dice.

- Está bien, lo haré, pero quiero que me bajes.

- No te bajaré.

- Te dolerá.

- Pondré tu ropa interior en la cama y algo más para que te pongas.- dice ahora con voz normal.

- Te estas ganando una buena mordida por tocar mi ropa interior.- ya estábamos en la habitación y el estaba agarrando la ropa, noté que estaba algo fastidiado.

- Estoy cansado que digas que me morderas y no lo haces.- suelta la ropa en la cama y me deja caer en ella.- Si lo vas a hacer hazlo ya.- se había puesto sobre mi, acorralandome con sus brazos, no sabia porqué quería que lo mordiera, soy del tipo de persona que le gusta llevarle la contraria a las personas pero desconocía el motivo del por qué queria que lo mordiera.- Entonces haré que me muerdas sera más fácil y lo harás.

   No podía escapar de sus brazos, el sólo se me quedaba mirando y esperaba a que hiciera algo, cuándo de repente su rostro cambió en un segundo, no sabía lo que provocó su cambio hasta qué vi la causa.

Knowing the DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora