La Azotea

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- No pasa nada.- dijo con una sonrisa muy hermosa.- te encuentras bien?.- pregunta poniendo una mirada encantadora.

- Nada grave, estoy bien, muchas gracias.- Dije aún estando nerviosa ya que cuando lo tomé de su camisa y parte de su corbata sentí su musculatura  mientras el me sujetaba de la cintura y de la mano.
Pero su leve sonrisa y su mirada hicieron que mi corazón se acelere más de lo común.

   Evitando verlo al rostro pensé de inmediato que debería hablar primero que el, ya que si me pregunta algo más le contestaré con su definido abdomen, su hermosa sonrisa o sus encantadores ojos, así que hablé primero.

- De verdad muchas gracias por ayudarme y lo lamento tanto el haberme sostenido de ti.-Después de decir éso salí de la cafetería con paso rápido. Seguí caminando por los pasillos que conducía a los baños,  al llegar entré al baño de chicas.

   Me puse a pensar sobre todo lo qué había pasado en éste día pero lo que  pasó en la cafetería fue lo que hizo que mi cara se pusiera de un tono rojizo. Duré aproximadamente cómo unos cinco minutos en el baño, en  esos cinco minutos los use en calmar mi corazon y enjuagar mi cara con agua fría para que lo rojizo de mi cara se quitara. Saliendo del baño caminé por el mismo pasillo de antes para volver a la cafetería. Llegando a la entrada de la cafetería miro disimuladamente por la cafetería, las filas, en las mesas de la cafeteria y no estaba, literalmente había hecho un escáner completo de la cafetería, no quería verle la cara despues de los hechos ocurridos y me tranquilizó un poco el saber que no estaba, me sentía muy avergonzada.

   Mayor parte del instituto trae su propia comida para comer en las horas de descanso, así qué después de diez a veinte minutos ya no habrían filas para comprar comida, ya me encontraba viendo que comer y ordene mi comida, en unos minutos ya la tenía y me fui de la cafetería. Mi instituto es muy grande, los salones son lo doble de una normal, la cafetería es espaciosa y ni hablemos de el espacio exterior, son hermosos, verdes y limpios, pero no era lo mío, había mucha gente. Al ya tener mi comida vuelvo a caminar por los pasillos y subir las escaleras del instituto, yo tengo mi propio lugar al cual ir y es el mejor de todos; ya había llegado al último piso, a la azotea. Estando en frente de la puerta para salir a la azotea giré la perilla y abrí la puerta, siempre hay una hermosa vista, los rayos del sol tocaban mi cara, la exquisita brisa, todo es perfecto aquí arriba, pero al abrir la puerta me llevé una sorpresa.

   En cuánto salí noté su presencia, creo que aún no había notado de que yo estaba ahí pero gracias a mi torpeza había dejado ir la puerta la cuál causó un gran estruendo provocando que el volteara, la vista no era mala aún si el estaba ahí.

- Hola, que tal?.-Dijo dando una linda sonrisa, mejor que la anterior.

- Hola.- fue lo único que pude decir.

- Siempre vienes a este lugar?.- pregunta interesado.

- Si, es el único lugar con mejor vista y es mi lugar favorito.- contesto mientras que me doy cuenta que es la primera vez que lo veo aquí arriba.

   Mientras que lo miraba una brisa se hizo presente haciendo que su cabello se moviera al ritmo de ella, el cielo era de un color claro pero no tan brilloso, era algo que nunca había visto con tanta atención.

   Siento como mi cara se siente un poco cálido lo cual significa que estaba empezando o ya estaba sonrojada lo cuál volteo a otro lado disimuladamente para no verme tan obvia mientras que el tiene los ojos cerrados a causa de la brisa.

- Siempre vengo aquí,- comenta cuándo ya había pasado la brisa.- me acuesto sobre el techo de la puerta de la que acabas de salir, desde el día uno vengo aquí, es tranquilo y relajante pero a la segunda semana noté que alguien más venía aquí arriba, una chica, no quise molestar ya que el lugar no me pertenece ni era alguien para decirte algo al respecto y también noté que estábamos en la misma clase.- comenta algo solitario pero con una linda sonrisa.

- De pura casualidad me estabas espíando?.- pregunto algo intrigada.

- No es éso,-Ríe un poco.- sólo no quise molestarte, noté que te gustó este lugar y que lo disfrutabas, hace tiempo que no veo que alguien disfrute de algo.- su sonrisa se esfumó y se veía deprimido.

- Entonces no es ningún tipo de acoso, cierto?.- quería asegurarme de éso ya que nunca, nunca, había sentido su presencia.

-No,-Ríe de nuevo y sonríe- yo también vengo a gozar del cielo.- Respondió.

-Y que fue la causa de que hoy estuvieras aquí y no allá arriba?- de verdad sentía mucha intriga y espero de que no se sienta atacado o ofendido de alguna forma por que ésa no sería mi intención.

- De pura casualidad no tienes un reproductor de música que me puedas prestar?. Pregunta amable.- la verdad el mío se descargó.

   Había evitado mi pregunta con la suya, no sé de que le serviría mi ipod pero sería mentira y algo obvio si le digo que no ya que mis audífonos también colgaban de mi cuello.

- Si tengo uno.- metí mi mano al bolsillo en el que siempre lo dejo pero al no sentirlo busco en otro bolsillo.- pero no veo cómo te puede servir en tú situación.- no estaba mi ipod, en ni uno de mis bolsillos estaba. - Demonios.- exclamé al no sentirlo por ni una parte, volví a checar todos los bolsillos de la ropa que tenía puesta.

- Está todo bien?.- pregunta al verme buscar por todos lados y checar mi ropa bien, también porque dije "diablos".

- No encuentro mi ipod, no puede ser que ésto me este pasando.- me puse de cuclillas y empecé a buscar en mi mochila, entro en pánico.

- Que harías por tu ipod?.- pregunta interesado.

- Cualquier cosa, puse mucho trabajo y tiempo en poner todas las canciones de mi agrado.- seguí buscando buscando de nuevo por los lugares que ya había buscado.- a parte fue un regalo muy importante para mi.

- Muy bien.- contesto. Yo no le puse tanta atención estaba ocupada en encontrar mi ipod.

- Qué estás haciendo?.- pregunto al darme cuenta que estaba caminando a mi dirección, me estaba empezando a confundir.

- No tienes porqué tener miedo, no haré nada malo.- contesta tranquilo, sin ni una reacción en su cara pero sus ojos estaban sobre mi.

   Yo aún seguía en rodillas pero al verlo acercarse a mí me daba un poco de cosa, no era miedo ni nada desagradable pero tampoco era algo asombroso ni bueno. Ya estando el enfrente mío me toma de la muñeca y me levanta, yo daba pasos hacia atrás pero el daba los mismos pasos hasta que mi espalda tocara la pared, yo sólo me le quedaba viendo ya con algo de miedo. Pensé en lo que me podría pasar y no hice nada al respecto creo que estaba en shock o algo por el estilo, puede que me valla a golpear, a robar, a estorcionarme o hacer algo peor, violarme; al pensar en éso recordé que no tengo la mejor ropa interior y me sentí angustiada por éso, no se que me pasará.


Knowing the DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora