Maldito General

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   Sentía cómo estaba empezando a despertar y era algo que no quería, siempre que lo hacía algo malo pasa o siento demasiado dolor. Retomaba la conciencia podía sentir cómo el dolor regresaba, odiaba tanto ésto, no sabía que los demonios sufrían tanto pero parece que debo acostumbrarme a ésto, maldición.

   Abrí los ojos poco a poco, mi visión estaba borrosa por unos segundos, traté de frotar mis ojos pero no sentí que lo había hecho, traté de nuevo y grité a todo pulmón, de inmediato entraron personas a mí habitación rodeando la cama en dónde estaba, giré poco a poco mi cabeza por miedo a que me lastimara algo, miré mí brazo, podía ver un color morado casi en su totalidad por mi visión borrosa, volví a parpadear para poder ver una imagen más clara, mí brazo estaba cubierto de morado oscuro, rojo y verde, no sabía que decir o qué hacer, miré a las personas a mí alrededor y entre ellas sólo pude ver a mi madre. La miré fijamente, mis ojos solo la enfocaba a ella mientras lo demás era borroso, no podía creer que la volvería a ver, mis ojos se cristalizaban y empecé a respirar con rapidez sintiendo cómo mi nariz se humedecia.

- Mamá?...- Alguien iba a decir algo pero ella lo detuvo con su mano.- Mamá.- Demarraba lágrimas mientras trataba de sentarme en la cama.- Mamá, te amo..- Dije antes de gritar del dolor. Mi madre se acercaba.- Mamá...perdóname.- Alcancé a levantarme un poco descansando mí peso sobre el brazo. Jadeaba y sudaba de dolor pero mi madre, estaba aquí, no podía pensar claramente, sólo podía enfocarme en lo que miraba.- por mí culpa sufriste...- empecé a llorar cómo una niña pequeña, ya desesperada por qué mi cuerpo me impedía acercarme a ella. Se acerca y toca mi cabeza, me acaricia mientras sigo llorando y después de unos cortos segundos, con el corazón dolido veo cómo se alejaba.- MAMÁ!!.- Gritaba desesperadamente, me empecé a forzar a levantarme.- NO!! No me dejes.- lloraba desoladamente, logré sentarme con esfuerzo pero mi madre estaba saliendo por la puerta.- MAMÁ, REGRESA, NO TE VALLAS.- Logré estirar mi brazo a su dirección perdiendo el equilibrio y caí de la cama.- Te necesito!!.

- Tranquila Lilith, respira linda.- Una voz femenina me hablaba, me había sostenido antes de que callera sobre el suelo. Todo me dolía, me ardía pero nada se compara con ver a mi madre irse otra vez.- Lilith, tienes que respirar, todo está bien necesitas tranquilizarte y respirar.- Acariciaba mi rostro, mientras que lloraba. Trataba de todo para que me calmara hasta que sentí pinchos en mi piel, lentamente me fui calmando, seguía sin distinguir a las personas a mi alrededor y ahora el sonido era hueco.

   Volví a cerrar los ojos pero sentía cómo me levantaban, lagrimas aún caían hasta que perdí el conocimiento.

[. . .]

   El cuerpo me pesaba, los ojos me ardían y no podía mover mi cuerpo, de nuevo, traté de abrir los ojos lentamente para poder mirar en dónde me encontraba. La oscuridad fue lo primero que pude visualizar, sentía una calidez al lado de mi cuerpo, volví a parpadear y miré a Crystal dormida, sentía mi cara tensa, estaba cansada, por inercia quería tocar el puente de mi nariz y sorprendentemente lo hice, aproveché el momento para frotarme el rostro, pude visualizar lo que estaba a mi alrededor y de inmediato supe que no era mi habitación.

   Tenía que ir al baño, me levanté poco a poco para no lastimarme y evitar despertar a Crystal, me levanté o esa era la idea, caí al suelo de inmediato porque las piernas no me habían respondido y cómo tengo el brazo derecho sobre mi pecho no pude evitar golpear mi cara.

- Nunca pides ayuda, verdad?.- La voz de Crystal me tomó por sorpresa.

- Estabas dormida y sólo quería ir al baño...- Agaché la cabeza. Desde cuándo empecé a depender de las personas, tan incapaz soy?.

- Ven, te ayudo.- Me levantó del suelo para volverme a sentar en la cama.- Mira, no estoy molesta, sólo estoy preocupada, estas muy mal herida y no quiero que nada más te pase.- Levanta mi vista.- Nos importas.

Knowing the DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora