Desperté al molesto ruido de la alarma, me sentía sin ganas de salir, estaba desanimada de alguna forma, me levanté y desactivé la alarma, entro al baño y tomo una rápida ducha. Empecé a ponerme el uniforme para ir al instituto pero después recordé de qué estaba prohibido por el momento, me puse unos jeans rasgados, una camisa de tirantes del mismo color y me puse la sudadera de Ian, un cinturón de tela negra con oyos, no encontraba un par de calcetas del mismo color, me puse las que encontré, una negra y otra gris oscuro, no me molestaba para nada llevar clacetas disparejas, me gustaba si se podría decir y por último me puse unos converse de color vino.
Miré la hora en mi celular y tenía tiempo de sobra, me miré en el espejo de mi cuarto y fui sorprendida por un leve sonido, miré de donde provenía y no me había dado cuenta de que mi mochila estaba a un lado de mi mesa de noche, me acerqué para abrirla y todas mis cosas estaban ahi, mi otro uniforme, mis converse, mis medias, todo. El uniforme estaba lavado, cosido y bien doblado, lo saqué de la mochila y lo colgué, puse en orden mi mochila quitando los colgantes de la escuela excepto el que tenia mi nombre y los reemplace por otros que tenía en un cajon, me recosté en la cama pensando en lo que había pasado el sábado en la noche, pasé mis dedos sobre la venda adhesiva de mi cuello y dolía, pero era soportable. Esperaba poderlo ver ahora.
Me levanté de la cama para recoger mi mochila, bajar las escaleras sin antes ponerme los lentes que Ian me regaló y poner en mi bolsillo mi ipod y audífonos, me despedí de mi madre y le dije que tendría cuidado por segunda vez saliendo de casa. Me puse un audífono para poder escuchar música mientras que caminaba, miraba mi alrededor miemtras que escuchaba música, me ponía de muy bien humor, en cuánto el clima, el día era soleado pero el aire estaba fresco, al sentir la brisa se me pusieron los pelos de punta haciendo que frotara mis brazos hasta que esa sensación haya desaparecido.
Estaba frente al instituto, mirando por unos segundos y entrar. Caminaba por los pasillos y todos estaban con ropa casual pero no llegué a ver a Ian, pude notar una que otra mirada sobre mi, pero no le di importancia seguí caminando. Cuándo estaba cerca de mi salón pude ver al idiota que me fastidiaba molestando a otra chica, aparentaba ser popular pero de nuevo, no le di importancia, seguí caminando y pasé entre ellos dos, giré la perilla de la puerta del salón pero fui jalada por el gorro de la sudadera y se cierra la puerta
- Miren a quien tenemos aquí.- habló con su horrenda voz.- En donde estabas que eme estaba aburriendo sin ti?.- en serio que era muy molesto.- Mira, hasta reemplazo tienes, una chica popular.- me indica a la chica de cabello cobrizo con la mano.
- No te importa.- con un movimiento con el brazo quite su asquerosa mano de la gorra y me acomodé mejor la sudadera.- Conseguiste reemplazo, no es así? Ahora déjame en paz.- levanté mi voz con firmeza y la chica Sólo se me quedaba mirando.- Y tú.- hablé con la chica.- No dejes que éste idiota te esté molestando.- apunté al odioso chico.- No piensa bien en las cosas porque no tiene cerebro por eso actúa de esta forma, defiendete, no importa si daña tu imagen pero tendras respeto.- terminando de decir lo que dije volví a girar la perilla con mi mano para entrar pero alguien me había sujetado de mi antebrazo derecho y me jala soltando de la perilla. Alguien queria morir el día de hoy. Estaba furiosa de inmediato sostuve su muñeca con mi otra mano aplicando fuerza.- Suelta mi brazo ahora mismo.- dije en voz baja pero los que estaban presentes me habían escuchado con claridad, se podía notar lo furiosa que estaba.
- Creo que seria mejor que la sueltes.- la chica de cabello cobrizo habló con firmeza, perece que si tomó mi consejo. A veces olvidaba el nombre del idiota pero ahora mismo no puedo recordarlo por el dolor y la ira, si que era estúpido, en vez de soltarme apretó más su agarre, exactamente en dónde tenía la mordida.
- Te dije que me soltaras!.- levanté la voz mirándolo amenazante. Iba a golpearlo en cuánto lo miré a los ojos, levanté mi puño y al impulsarlo con mi fuerza recibió una gran bofetada.
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Knowing the Darkness
Romance*Esta historia está por terminar y muy pronto editada* Esta es la historia de una joven de 19 años llamada Scarlet Midnight, quién a vivido su vida como cualquier ser humano, o éso es lo que pensaba. Ella creía que los notorios problemas en la rela...