Acantilado

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   No podía dejar de ver sus ojos, su cara seria cómo si fuese manipulada y no estuviera en este momento conmigo. Al decirle que lo sentía empezó a caer lagrimas de su ojo derecho, no quería hacerme daño, limpié sus lágrimas con mi pulgar y ella recargo sus brazos a los costados de mí cabeza, sabía lo que necesitaba.
   Rodee su cuerpo con mis brazos y pegué su cuerpo más al mío, ella reposo su cabeza en mi cuello pero no hacía nada.

- Tienes el permiso de hacerlo, no pasará nada grave.- le hablé con voz suave.

   Podía sentir su respiración contra mi piel, gire mi cabeza para que tuviera accesoa mi cuello sin problema, empecé a acariciar su cabello y sentí cómo por fin cerró sus ojos y se acercó aún mas a mi cuello rozando sus labios en mi cuello y respirando mi aroma, empezaba a sentir corrientes eléctricas en to do mi cuerpo después pasó su lengua con cuidado y lentamente en el area en el que morderia, estaba impaciente quería que ya me mordiece; pude sentir sus colmillos ahora rozar contra mi piel, me ponía aun más impaciente.

- Muerde de una vez.- dije en voz baja, impaciente, no pude evitar acercarla más a mi cuello.

   Por fin enterró sus colmillos en mi cuello, sentí un leve dolor cuándo lo hizo, podía escuchar cómo bebía sangre lentamente, es la primera vez que veo que alguien que esté empezando a beber sangre beba con tranquilidad, usualmente otros beben con desesperación y llegan a matar a la persona. Pude notar cómo se le hacía complicado mantenerse en una cómoda posición por lo cuál sostuve su cabeza y me senté sin moverla, ahora ella estaba sentada sobre mi, pasó su mano por detrás de mi cabeza y entrelaza sus dedos en mi cabello mientras que se sostenía de mi hombro con la otra, puse mis manos en su cintura.

   Podía escuchar su corazón palpitar calmadamente al igual que su respiración, pude oler su dulce aroma que sólo ella tiene, su cuerpo no se movía demasiado al igual que el mío, ya habían pasado unos minutos y me sentía un poco débil, creo que ya había sido suficiente sangra para que su herida sane.

- Scar, debés parar, creo que es suficiente.- toqué su espalda y la acaricíe en forma de señal que debía parar. Ella sorprendentemente lo hizo, se detuvo, empezó a sacar sus colmillos lentamente pero de momento sentí un dolor algo molesto y Scarlet ya no estaba sobre mi.

   Mire a mis alrededores para ver en dónde se había metido, pero luego la vi, estaba en brazos de un chico de cabello rubio y sus ojos resaltaban mucho, eran de un color azul muy brillantes que hicieron que me pusiera en alerta.

- Quien eres?.- me puse de pié lo antes posible y pregunté con voz amenazante.- Quien eres y que es lo que quieres?.

- Éso no importa ahora.- movió su mano restandole importancia.- lo que importa es que no soporto que esta hermosa chica la cuál me pertenece esté a tú lado y que tenga tu apeste.- acerca su cara al cuello de Scarlet así comprobando lo que había dicho.- Y la verdad es que lo odio, demasiado.

- Suelta la o te arrepentirás.- estaba muy molesto, la miré y parecía aún estar en el trance, sus ojos seguían de un color rojo muy brillante, no eran su color habitual.


- Linda, creo que es hora de que despiertes del trance.-el chico la sujetó de la cintura y levantó sú rostro con la mano mientras que se acercaba lentamente a sus labios.- y para poner ésto aún más interesante.- la besa, sentí mi sangre hervir.


- Alejate de ella!.- grité con rabia, corrí a ellos pero el chico fue muy ágil y ahora se encontraban muy cerca del acantilado que me preocupó al inmediato. Cuándo el rubio separó sus labios con los de Scar sus ojos volvieron a la normalidad, parpadeo y al verlo entró en shock

- Eres tú.- por fin hablo después de verlo muy bien.- Que quieres de mi?!.- le gritó para despues empujaron lejos de ella pero casi no retrocedió qué hizo que ella diera un paso atrás.

- Cielo, te dije que no me agradaba que estuvieras con el.- apuntó a dónde yo estaba.- Recuerdas que también dije que te estaría vigilando?.- el se acercaba más a ella y ella sólo retrocedía mirándolo de mala forma, ella ya se encontraba al borde y al retroceder el suelo de donde estaba se desprendió haciéndola caer del acantilado, pude ver su rostro cubierto por su cabello, sus ojos estaban muy abiertos.


- Scarlet!.- grité su nombre sintiendo el corazón en el estómago. Corrí al lugar en dónde ella había caído y con suerte logré tomar su mano.


-Ian!.- gritó mi nombre agarrando con más fuerza mi mano.- No me dejes caer.- podía escuchar el miedo en su voz y verlo en su rostro, parecía que lloraria en cualquier momento

- Nunca te dejaría caer, sólo aguanta, juro que estarás bien y podras regresar a casa.- estaba de rodillas sosteniendo su mano, estaba algo débil y no la podía subir de un jalón.- te lastimarte?.- ella niega con la cabeza.

- Oye, no creo que debas jurar cosas que no le podrás cumplir.- habló el rubio de ojos azules estando detras de mi.- Tu sabes que no podrás protegerla y nunca lo podrás hacer.- habló con malicia antes de patear mi espalda empujandome del borde y haciéndonos caer a ambos.

   Scarlet gritó por primera vez al verme caer junto con ella, ella miraba el cielo cómo si fuera la última vez que lo haría, jale de su mano impulsando su cuerpo al mío, la sostuve para luego abrazarla asegurándome de que sus brazos y manos estuvieran en mi pecho al igual que su cabeza, sus piernas sobre las mías, ahora era yo quien miraba el cielo pensando en lo que hacía por ella y no encontraba el porqué pero después sólo esperaba el impacto, cerré los ojos y pude escuchar su corazón agitado, la sostuve con fuerza y lo último que sentí fue cómo golpeó mi cuerpo contra el suelo de piedra.

   No sabía si estaba vivo o muerto, todo estaba oscuro y sólo podía pensar en el bienestar de Scarlet, últimamente todo me lleva a ella.

Éste capítulo ya a sido editado espero que les guste.

Knowing the DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora