Miré atentamente y estaba segura que era el, que hacía aquí?. Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos, sentía cómo mi corazón latía y mis manos temblaban.
- Ian?.- pregunté dudosa caminando un poco en su dirección separándome del árbol. El chico se voltea.- Ian!.- grité al ver su cara y salí corriendo a sus brazos.- Qué haces aquí?.- preguntaba en llanto. Ésto era imposible, yo lo había matado.
- Te vez muy hermosa.- sonríe con esa perfecta sonrisa blanca y me corresponde el abrazo sosteniendome muy fuerte.- me encanta tus ojos carmesí.- paré en seco, dejé de llorar y miré su rostro de nuevo.
- Carmesí?.- pregunté en voz baja. El abrazo se había vuelto muy ajustado que dolía.- Ian, me estas lastimando.- dije cómo pude poniendo fuerza para qué no me apretada del todo.
Vi su rostro y estaba herido, en un cerrar y abrir de ojos estaba todo oscuro, nos encontrábamos en la habitación de Ian, estaba cubierta de sangre, su cuerpo estaba a mis pies, caí de rodillas, sentía que mi corazón dejó de latir por un rato para luego palpitar tan fuerte y rápido que sentía que saldría de mi pecho. Estaba muy agitada, lo había matado, porqué lo había hecho?, Porque esto estaba pasando?.
Alguien había tocado mi hombro haciendo que volteara, era el de nuevo, me sonrió y besó mi frente, hizo que me tranquilizara por un momento, lo abracé y él a mí, sentí algo caer sobre mi mano y piernas, vi su rostro y estaba peor, estaba lo doble de herido.
- Saciaré tu sed de nuevo.- sonríe y me sujeta de nuevo muy fuerte contra el. Todo se estaba repitiendo una y otra vez, mi cuerpo sólo actuaba por si mismo, yo no podía hacer nada al respecto.
- Para!.- grité, todo ya había pasado unas tres veces, me sentía fatal, lo encontraba vivo, feliz para luego asesinarlo bebiendo y comiendo de el.- Ya no puedo más.- susurré tomando del cuello de la camisa con fuerza y poner mi mano izquierda en la parte izquierda de mi cabeza, sostenía muy fuerte mi camiza, hasta jalaba de ella.
- Porqué lloras, Scar?.- me pregunta tomando de mis manos. Esto era demasiado para mi, lo empujé lejos de mi, estaba descontrolada.
- Te mataré si te acercas!.- le dije llorando.
- No me pasará nada.- me sonríe. Su sonrisa es lo que más me dolía, lo bueno que era conmigo.- Estoy aquí para ti.- me extiende su mano, dudé en tocarla pero lo hice, al sólo tocar su mano con la mía miraba cómo se hacían heridas por todo su cuerpo, en un cerrar y abrir de ojos estaba sobre el bebiendo su sangre.
Ya había pasado un rato, todo se repetía, el Ian que aparecía yo lo mataba, las escenas o el cómo pasaba era distinto. Estaba cansada y dolida de ver lo que hacía, lloré y lloré, mi pecho y garganta dolía, no entendía por qué ésto se repetía y sólo éso, me tiré de rodillas de nuevo, puse mi cara contra el suelo al igual que las manos, sollosaba, tomé aire y grité levantando mi cabeza, gritando a todo pulmón con los ojos cerrados, después de haber gritado se escuchó un ruido de que algo se había quebrado, volví a poner mi cabeza contra el suelo y este estaba helado, abrí los ojos pesadamente y me dicuenta que ya no estaba en el cuarto de Ian, levanté la vista y miré a mi alrededor, estaba cómo en un cuarto de espejos. No soportaba verme con la ropa llena de sangre al igual que mi piel, salí corriendo, traté de salir del lugar pero era imposible; paré en seco cuándo había visto un espejo enorme, en el que me podía ver de pies a cabeza.
- "Estás satisfecha, preciosa?."
Había escuchado una voz y no era la de Ian, giré la cabeza y no había nadie más, miré de nuevo detenidamente al enorme espejo y ahí apareció el rubio.
- Estás satisfecha, preciosa?.- me pregunta poniendo una mano en mi cintura y con la otra moviendo mi cabello para poner su cabeza en mi hombro empezando besar mi mejilla, mire cómo bajaba en dirección a mi cuello cerré mi puño y golpee el espejo, el paró y sonrió, volví a golpear el espejo con el mismo puño, no sentí dolor alguno pero el espejo se había roto cuándo impacté mi puño contra el; mi puño empezó a sangrar más, escuché risas para luego escuchar algo que me dio un escalofríos en la espalda y sentir odio.
- " Nos volveremos a ver preciosa y será muy pronto."
No le di mucha importancia a mi puño, ni a lo que el rubio había dicho, estaba traumada con que había asesinado a la persona que me brindó ayuda y cuido de mi estando indefensa; me dejé caer de nuevo al suelo pero este era de cristal que se había craqueado hiriendo mis rodillas, tenía la vista perdida, al menos no estaba atrapada en el ciclo en el que mataba a Ian, recosté mi cuerpo y lloré, con el tiempo me sentía cansada quedándome así dormida. En mi memte sólo tenía la muerte de Ian lo cuál provocó que tuviera pesadillas de cómo seguía muriendo.
Después de unas horas seguí llorando, mi mente estaba cansada y la cabeza me dolía, aún estaba en el cuarto de espejos, caminaba por un largo tiempo, trataba de salir de este lugar que parecía un laberinto, estaba helado pero no me importaba, tenía la vista perdida y sólo caminaba, todo estaba "bien" hasta que empecé a escuchar su voz, no paré y seguía caminando, volvieron a salir lagrimas de mis ojos, sin haber puesto atención mi cuerpo había sido detenido por impactar contra un espejo, levanté la vista y miré atentamente, mi reflejo estaba sonriendo y en una de sus manos tenía la cabeza de Ian, golpee el espejo, el enojo estaba haciendose presente, seguí caminando después de romper el espejo en otro vi cómo mi reflejo bailaba con Ian y al dale una vuelta la cabeza de Ian colgaba en mi dirección, sin vida, ella sólo reía, yo estaba molesta, yo no lo había matado por gusto; en otro espejo salió otra imagen en el que mi reflejo lo estaba descuartizando, rompí ambos dando una patada y un puñetazo.
Empecé a correr, rompiendo cada reflejo mío matando o lastimado a Ian, algo me había sostenido de la muñeca, giré mi cuerpo y era yo, no era un reflejo.
- No niegues lo qué hiciste.- me sonríe luego de tocarme el cabello.- lo mataste, lo matarás y siempre será así.- sus ojos eran rojos carmesí brillantes y sus colmillos estaban de por fuera.- Estaba delicioso, no es cierto?.- me solté de su agarre y la empujé.
- Yo no lo hice, algo me controlaba, no fue a voluntad propia.- le contesté molesta y ella sólo reía.
- Yo soy tú, y te lo diré de una vez.- se acerca a mi para susurrar algo.- Tú lo mataste.- no pude evitar tomarla de los hombros y estrellar con toda mi fuerza mi cabeza con la suya.
- Cállate!.- grité para luego seguir golpeando. Golpeaba una y otra vez cuándo me di cuenta de qué ya no era yo a la que golpeaba, era Ian y sólo me sonreía, muy apenas pudo levantar su brazo para poderme abrazar.- Ian?.- tartamudeaba, ésto estaba mal, me abrazó.
- Te vez muy hermosa.- me pega a su cuerpo y pone su mano en mi cabeza.- me alegra que necesites de mi de cualquier manera.
- Lo siento por herirte.- empecé a llorar en sus brazos.- no era mi intención lastimarte o quitarte la vida.- lo sostuve con fuerza.- lo siento tanto, por favor no mueras, te lo suplico.- besé sus labios, pero estos ya no tenían vida. Su cuerpo ya no tenia soporte propio, con cuidado lo puse en el suelo, miré mis manos y estaba cubierta de sangre, sabía que no era la mía y sentía un sabor metálico en la boca, lloré.
Estaba tirada en el suelo, sentía cómo me volvía loca, me puse en posición de embrión y lloré, no podía con el dolor, me levanté, no estaba en el mismo lugar de antes, miré a mi alrededor y estaba encerrada en una jaula, había una puerta gigante en la cual me regargué, sentía una calidez y por debajo de ella había luz, la única luz de dónde me encontraba, estaba sentada en la puerta con mi espalda contra ella, sostuve mis rodillas a mi pecho y recargue mi cabeza en ellas, cerrando los ojos.
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Knowing the Darkness
Romance*Esta historia está por terminar y muy pronto editada* Esta es la historia de una joven de 19 años llamada Scarlet Midnight, quién a vivido su vida como cualquier ser humano, o éso es lo que pensaba. Ella creía que los notorios problemas en la rela...