Capítulo 46. ¿Tú estás bien?

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Después de cenar, nos dispusimos a dar todos un paseo por la playa antes de irnos cada uno a su casita.

-Oye, ¿Y ahora que estáis juntos volverás a ser su representante? -me miró Pedri.

Yo me encogí de hombros y Gavi me miró expectante.

-No sé si deberíamos mezclar las cosas -murmuré dudosa.

-¿Por? -preguntó el sevillano

-No sé, si lo dejamos qué -dije obvia.

-¿Por qué íbamos a dejarlo? -frunció el ceño y los demás soltaron una risita.

-Es un decir -sonreí levemente.

-Si lo dejáis puedes ser mi repre -intervino Ansu.

-O mi novia -se encogió de hombros Pedri.

-Que yo sepa los muertos no tienen ni repre ni novia -les dirigió una mala mirada Gavi.

Nosotros reímos ante su expresión.

-No le dejáis respirar a la pobre -murmuró Sira.

-Ni en vacaciones -coincidí, aunque estaba bromeando.

Ellos se encogieron de hombros y yo sonreí con cariño.

En realidad no me importaba ser la representante de Gavi de nuevo, pero todavía estaba un poco colapsada por todo lo que estaba viviendo, así que sería mejor que lo habláramos en otro momento.

Cuando acabamos el paseo por la playa, primero dejamos a Ferrán y Sira en su casita, Ansu se quedó dando una vuelta por el paseo de madera mientras hablaba con su novia por videollamada y Pedri se fue solo.

Nada más llegamos Gavi y yo, me puse el pijama y ambos salimos a la terraza a escuchar el sonido el mar.

Gavi rodeó mi cintura por detrás, posando un beso en mi cuello mientras inspiraba mi colonia.

-¿No es muy relajante? -pregunté cerrando los ojos y disfrutando de la brisa.

-Mhm -murmuró con suavidad.

Sonreí y me giré hacia él.

-¿Estás contento? -pregunté hundiendo mis ojos en los suyos.

-Estoy feliz -sonrió levemente.

Siempre tenía cara de estar de mal humor o muy serio, y cuando sonreía a mi me derretía por dentro.

-Me gustas mucho cuando sonríes -reconocí embobada.

-Lo hago mucho desde que estoy contigo -aseguró.

Me acerqué a él muerta de amor y posé un beso sobre sus labios. Correspondió de forma rápida y volvió a mirarme un poco más serio.

-Así que no serías mi representante -alzó un poco las cejas.

-No he dicho eso, amor -sonreí.

-Pero has dudado -recordó.

-Porque no quiero que lo estropeemos, mezclar el trabajo y la relación, no sé... -expliqué pensativa.

-Como tú quieras, Sof, pero puedo asegurarte que nunca lo vamos a dejar -rebatió.

-¿Cómo lo sabes? -pregunté incrédula.

-Lo sé, créeme -asintió como misterioso.

Entrecerré un poco los ojos y lo analicé.

-¿Hay algo que tú sepas y yo no? -pregunté entonces.

-Si todo te lo digo... -se encogió de hombros y no acabó la frase.

El destino, supongo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora