Capítulo 27. ¿Te encuentras mejor?

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A Gavi pronto le empezó a subir la fiebre otra vez, así que nos despedimos de Pedri y Ansu y subimos a la habitación. 

Se tumbó cansado en la cama y yo me senté a su lado izquierdo mirándolo con pena. Me acerqué un poco para tocarle la frente, la cual estaba ardiendo, haciendo que se le empezara a mojar el flequillo por el sudor. 

Soltó un suspiro lento mientras cerraba los ojos al notar mi contacto. 

-¿Te has tomado los medicamentos? -pregunté retirando la mano. 

Negó con la cabeza, así que me levanté y fui a cogerlos de encima del escritorio. Cogí también una botella de agua y volví a dirigirme hacia la cama. 

-Toma -se los tendí al llegar. 

Se incorporó un poco para tomárselos, y mientras tanto yo me quité los zapatos, para pasar por encima de él y tumbarme al otro lado. 

-Ven -ofrecí abriendo los brazos para que se acomodara en mi pecho. 

No tardó en hacerlo, y pasó la mano por encima de mi abdomen, apretándome un poco hacia él, aunque sin mucha fuerza. 

-La semana que viene es la Eurocopa -informó sin mirarme. 

-Lo sé -asentí. 

-Espero haberme recuperado -dijo con media voz. 

Tomé aire y deseé que así fuera, porque sabía que querría jugar sí o sí, así que al menos estuviera un poco recuperado. 

-¿Vendrás conmigo, no? -preguntó levantando la cabeza para mirarme. 

-No creo que tenga mucho trabajo ahí -fruncí el ceño. 

-No digo que vengas como mi representante -explicó entonces. 

Yo lo miré sin decir nada. 

-Quiero que vengas como mi novia -dijo después. 

A mí, inevitablemente, se me aceleró el corazón al escucharlo pronunciar de nuevo esa palabra. 

Sonreí un poco tonta y llevé la mano hacia su flequillo, para acariciarlo despacio. 

-¿Vendrás? -insistió. 

-Ya veremos -murmuré tranquila. 

-Vendrás -sonrió levemente. 

Acerqué mi cara a la suya, para posar un beso sobre sus labios, y se volvió a tumbar en mi pecho. 

-¿Has visto que voy a volver a tener que jugar con el número 30? -preguntó desde ahí. 

-Sí, qué mal -suspiré. 

-A ver si se resuelve pronto -deseó. 

-Pues sí, aunque ya podrías llevar el 9 -dije divertida. 

-¿Por? -se interesó. 

-Porque es mi número favorito -sonreí. 

Levantó la cabeza de nuevo para mirarme. 

-Bueno, el 9 es un 6 al revés -se encogió de hombros. 

Asentí alzando las cejas. 

-¿Por qué tu número favorito es el 9? -habló de nuevo. 

-Porque me considero un nueve -contesté mirándolo. 

Frunció el ceño y yo me dispuse a explicárselo. 

-Soy una buena amiga, hija, novia, lo que sea. Cuido a las personas que me importan, las escucho, las apoyo, estoy siempre para ellas. Me considero una buena persona, muy buena. Me gusta como soy, tanto personal como físicamente. Estoy contenta conmigo misma y con todo lo que he logrado. Creo que soy genial, pero no soy perfecta. No soy un 10 -expliqué. 

El destino, supongo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora