Traté de recomponerme, y después de pasar la tarde mirando un montón de cosas que me había enviado Olivia, decidí subir hacia la habitación de Gavi.
Seguía sin entender nada de la conversación que había tenido con él esa mañana, aunque tampoco podía pensar demasiado con el agobio que llevaba en el cuerpo.
Me posicioné frente a su armario y abrí la puerta buscando el vestido que me había dicho. Estaba en colgado en una percha, cubierto por un portatrajes blanco. Abrí la cremallera del medio y saqué el vestido de satén que había dentro. Era blanco, largo, con la parte de arriba estilo corsé y unos tirantes muy finitos. Sin duda era precioso, pero no sabía si ponérmelo o no.
Justo cuando me senté en la cama con él en las manos, escuché que la puerta de abajo se abría, para que a los pocos minutos la de la habitación hiciera lo mismo.
-¿Todavía no estás? -preguntó Gavi a mis espaldas.
Negué con la cabeza sin girarme mientras seguía mirando el vestido.
-¿Estás bien? -se interesó acercándose a mí.
Suspiré y me giré hacia él, quien ya estaba listo. Llevaba un traje negro con camisa blanca y pajarita negra, como de costumbre, a lo que ya me pude imaginar cómo iba también Pedri.
-¿Qué te pasa? -volvió a hablar un poco confuso.
Me encogí de hombros y dejé el vestido a un lado, mientras me levantaba hacia él.
-Creo que no voy a ir a la reunión -murmuré mirándolo.
-¿Por? -frunció el ceño.
Negué con la cabeza sin saber qué decir y dudé en si contarle la verdad.
-¿Qué más da? No te va a decir nada. Además, estaremos todos contigo -siguió hablando.
-Hubiera preferido que no fuerais vosotros tampoco... -acerté a decir.
El sevillano apretó la mandíbula y clavó sus ojos en mí.
-¿Por qué? ¿Para que no nos enteremos de que tu padre te ha amenazado? -preguntó de golpe.
Yo me quedé atónita.
-¿Qué? -lo miré sin expresión.
Negó con la cabeza y se acercó para coger mis manos.
-Ponte el vestido y prepárate, que vamos a llegar tarde -ordenó.
-Pablo, pero...
-Por favor -insistió interrumpiéndome.
Tragué grueso y él dejó un beso sobre mi frente.
Fui a hablar de nuevo pero desistí cuando vi que se daba la vuelta y salía de la habitación sin esperar nada más.
Ahí sí que sentí que me moría. ¿Por qué sabía lo de mi padre?
Me quedé inmóvil durante unos minutos, intentando buscar alguna explicación, sin dar con ella de ninguna manera.
Me giré hacia el vestido como si acabara de ver un fantasma y lo cogí con algo de miedo.
Hice caso a Gavi y me lo puse, para después maquillarme y arreglarme el pelo. Me hice unas ondas rápidas para ir un poco más diferente y me puse unos tacones transparentes que todavía no había guardado en la maleta.
Cogí un bolso blanco, y después de echarme colonia bajé hacia el comedor, donde estaba también Pedri.
-Madre mía -sonrió al verme.
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El destino, supongo.
FanficSofía es una chica de lo más normal, que vive en Sant Cugat, Barcelona. A sus 20 años, le han ofrecido el trabajo de sus sueños, en una importante empresa de la capital catalana. Ella se ve dispuesta ya a empezar una nueva vida, sin embargo, todo ca...