Gavi no paraba de toser, así que salí a buscar a una de las enfermeras y ella se acercó para ver qué le pasaba.
-Vamos a mirarte esos pulmones -avisó la chica y salió a buscar a más enfermeras para llevárselo de nuevo a otra habitación.
Lo miré nerviosa mientras volvían y me acerqué para darle un beso en la mano.
-No te preocupes -trató de decir mientras la tos le entrecortaba.
-Eso te lo tendría que decir yo a ti -murmuré con pena.
-Yo solo me preocupo por ti -intentó sonreír.
Tomé aire y lo miré cansada, pero con cariño.
-Estaré aquí cuando vuelvas -aseguré mirándolo.
Asintió y las enfermeras volvieron para llevárselo.
Salí también de la habitación y me senté en la salita de espera que había, esperando recibir un mensaje de cualquiera de las personas a las que les había escrito por la noche.
No tardé en recibir una respuesta del equipo de Springfield, con el contacto de su director, así que se lo envié a Alejandro.
Entonces se me ocurrió ver qué era lo que decía la gente sobre la publicación, y me estremecí al leerlo. Todo eran comentarios de "qué os esperabais, solo es un crío famoso", "qué asco", "que no se hubiera liado con una compañera de trabajo", "solo va a lo que va", etc, etc.
-Buenos días -escuché una voz que hizo que saliera de esas líneas horrorosas que estaba leyendo.
-Hola, Pedri -levanté la cabeza hacia él.
-¿Estás bien? -frunció el ceño al verme.
-Sí, sí, es que no he dormido muy bien -me levanté quitándole importancia.
-¿Quieres que vaya a por un café? -preguntó confuso.
-No, gracias, ya me lo he tomado -rechacé amable.
Asintió y se quedó observándome.
-¿Y Gavi?
-Le ha dado otro ataque de tos, y se lo han llevado para mirarle los pulmones -expliqué sin fuerzas.
El móvil comenzó a sonar en mis manos, y vi que era Alejandro.
-Perdona -me excusé hacia Pedri.
Asintió y yo me alejé un poco para que no me escuchara.
-Hola, Álex -murmuré al descolgar.
-Hola, Sof, ¿Cómo estás? -preguntó preocupado.
-No estoy -negué al aire-. Dime por favor que se puede hacer algo -imploré desesperada.
-Sí, podemos hacer algo -contestó y yo asentí lentamente-. Pero no sé si lo suficiente.
Ya me lo esperaba.
-¿Qué tengo que hacer? -me interesé.
-Habría que denunciarla, a la fotógrafa, a la revista y a la marca en general, por no cumplir con el contrato -informó.
-Joder -suspiré.
-Va a ser un proceso complejo, pero yo creo que lo podré llevar todo a la vez -habló de nuevo.
Asentí y esperé a que siguiera.
-Necesitaré que firmes unos papeles y me los envíes -pidió.
-Claro, sin problema -accedí rápido.
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El destino, supongo.
FanficSofía es una chica de lo más normal, que vive en Sant Cugat, Barcelona. A sus 20 años, le han ofrecido el trabajo de sus sueños, en una importante empresa de la capital catalana. Ella se ve dispuesta ya a empezar una nueva vida, sin embargo, todo ca...