Gavi comenzó a conducir hacia un restaurante que me acababa de nombrar, y yo aproveché para llamar a mis amigas.
-¿Cómo estáis? -pregunté a Inés.
-Fatal, gracias -contestó bromeando.
Sonreí y negué con la cabeza.
-Ya nos encontramos mejor -añadió después.
-Menos mal -suspiré.
Por detrás se escucharon unas risas.
-¿Qué pasa? -fruncí el ceño.
-Nada, ¿Dónde estás? -preguntó tranquila.
-Estoy yendo a comer, en cuanto acabe voy a casa -expliqué.
-¿Estás con Gavi?
-Mhm -contesté girándome hacia él, quien no estaba escuchando lo que decían mis amigas.
Unas risitas volvieron a sonar al otro lado.
-¿Oye qué pasa, en serio? -insistí.
-Nada, que son idiotas -contestó sin más-. Te esperamos en casa.
Tomé aire y me despedí de ellas para después colgar.
-¿Qué pasa? -me miró Gavi
-No sé, creo que están tramando algo -fruncí el ceño.
Él se encogió de hombros sin darle importancia, y tampoco se la di más yo cuando ya frenamos frente al restaurante.
Era el mismo al que habíamos ido el día anterior.
-Sí que te gusta venir aquí -dije al darme cuenta.
-Bastante -sonrió.
Alcé las cejas y lo seguí bajando del coche.
El mismo recepcionista del día anterior nos llevó hasta la misma mesa y ambos volvimos a pedir dos copas de vino.
-¿Por qué siempre te sientas en el mismo sitio? -pregunté mirando alrededor.
-Porque es mi mesa -se encogió de hombros.
-Ni que la hubieras comprado -murmuré extrañada.
-Mhm -asintió.
-¿La has comprado? -lo miré confusa.
Él sonrió complaciente y dio un trago a la copa de vino.
-Qué cosas más raras hacéis los famosos -bufé.
-Si fuera por mi no lo sería -contestó tranquilo.
-¿Y eso? -me interesé.
-No sé, es cansado. Todo el mundo se cree con derecho a opinar sobre todo y a meterse en tu vida como si fuera suya -explicó mirándome-. Por no hablar de los que se ponen a dar lecciones.
Asentí y di también un trago a mi vino.
-Bueno, pero también tendrá sus cosas buenas -intenté quitarle importancia-. Hay mucha gente que te quiere y te apoya, seguramente sea la mayoría.
Se encogió de hombros un poco dudoso y trató de sonreír.
Sabía que semejante fama a tan poca edad no era fácil. Pero también sabía que Gavi era muy querido por la gente. Al fin y al cabo, solo era un niño.
-¿Qué te gustaría ser si no fueras futbolista? -pregunté por cambiar de tema.
-No sé, de pequeño quería ser actor -murmuró.
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El destino, supongo.
FanficSofía es una chica de lo más normal, que vive en Sant Cugat, Barcelona. A sus 20 años, le han ofrecido el trabajo de sus sueños, en una importante empresa de la capital catalana. Ella se ve dispuesta ya a empezar una nueva vida, sin embargo, todo ca...