Los exámenes finales de mi segundo año de preparatoria me golpearon con un bate de béisbol y me dejaron tirado en el camino durante muchas, muchas horas. Llegué al punto de dejar de comer por estudiar, y dejé de dormir por cuidar de Louie y estudiar al mismo tiempo.Wyatt no me vio el pelo en casi un mes, y cuando le vi frente a mi casa, dando vueltas con su bici (como acostumbraba a hacer cuando no quería admitir que me esperaba), yo parecía otra persona. Una persona sin hogar para ser exactos. Incluso me había planteado cortarme el cabello de una buena vez para ahorrarme el tiempo que tardaba lavándomelo. Me arrepentí bastante pronto.
-Luces…cansado –Fueron sus primeras palabras cuando detuvo su paseo frente a la banca.
Mis ojeras probablemente llegaban hasta mis mejillas.
-Ya, tú luces feliz y aseado. Dios, echo de menos tener tu edad –Dejé caer mi mochila en la banca, viendo como Wyatt dejaba caer la bici al suelo y se sentaba junto a mí.
-No será tan malo, ¿no? –Al oírle, casi tuve ganas de tirarle al suelo –Es decir, si eres buen estudiante…
-Yo soy buen estudiante.
-…y eres aplicado…
-No duermo por entregar mis trabajos a tiempo.
-…y tienes la mente fresca…
-Si crees que hacer todas esas cosas al mismo tiempo es posible, la preparatoria no es para ti. –Wyatt bufó, y yo sonreí.
- ¿Cuántos exámenes te faltan? –Preguntó, dándose por vencido.
-Dos, tengo mates mañana y biología el lunes –Dije, intentando recitar las funciones trigonométricas en mi cabeza mientras Wyatt parecía pensar algo.
- ¿Qué planes tienes luego? –Preguntó.
Me lo planteé seriamente.Mi salón tendría el viaje de fin de curso, al que no había ido el año pasado y no me apetecía hacerlo este año tampoco. Pero Marlon había insistido, diciendo no sé qué de que me arrepentiría de no ir a viajes y pasarla horriblemente mal ahora que podía. No le vi mucho sentido en ese momento, pero a pesar de ello, no descartaba del todo el viaje.
No es que confiara en mi madre para cuidar de Louie, pero desde año nuevo, parecía haber ganado cierta responsabilidad en cuanto a él. De no ser así, siempre podía llevármelo. Solo serían unos días.
-Una chorrada estudiantil y después…verano de niñera. No hay mucho más –Terminé respondiendo. –¿Y tú? ¿Qué planes tienes?
-Entrenamiento de verano –Respondió –Tengo una competencia muy importante a finales de agosto. Irás ¿cierto?
Llevaba ocho meses conociendo a Wyatt Schretown, y aun no le había visto nadar ni una sola vez.
-Claro que sí –Respondí sin dudarlo –Louie y yo iremos a animarte. Llevaremos pancarta y toda la cosa.
-Por favor, no hagáis eso –Rogó con voz lastimera.
-Y estaremos gritando tu nombre, incluso haremos un bailecito. La pancarta dirá en mayúsculas “¡Wyatt Schretown llegó para patear traseros!” Y…
- ¡Mael! –Chilló, haciendo que yo me comenzara a reír como un verdadero idiota.
Al final, él terminó riendo conmigo. Le pillé mirándome unos segundos después, desviando la mirada automáticamente.
Nunca me pregunté en que pensaba Wyatt cuando se quedaba mirándome con expresión indescifrable, sin decir absolutamente nada. Quizás debería haberlo hecho.
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Asteria
Teen FictionUn adolescente de 17 años, cuya vida son las estrellas y cuidar de su hermano pequeño. Un niño de doce años que es llamado "ángel" y es querido por todos los que lo conocen, pero él solo quiere la amistad (y atención) de un chico en específico. ¿Es...