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-Sigo sin entender por qué te quedas tanto tiempo -Le dije a Kenia, mientras ella me alcanzaba unos calcetines -Necesito a mi compañera de viaje.

-No me quedo mucho tiempo, tú te marchas demasiado temprano -Alcé la ceja, y ella apartó la mirada.

- Esto no tiene nada que ver con que Vic decidió quedarse más tiempo, ¿no?

-Shh, puede oírte -Mi amiga observó la puerta como si ella fuese a delatarla cuando Vic entrara por ella -Y no, listillo. No es eso. De hecho...tengo una cita.

Si hubiera estado bebiendo algo, me hubiera atragantado.

- ¿Que tú tienes una qué?

- ¿Que tú tienes una qué? -Kenia y yo dimos un brinco cuando Vic entró a la habitación de pronto.

- ¿Cuánto has escuchado? -Preguntó Kenia. Alguien que no supiera de sus sentimientos por Vic probablemente no habría notado que sus ojos eran dos veces más grandes de lo normal.

-Llegué justo cuando dijiste la palabra cita. ¿Quién es el galán? -Vic puso la que él llamaba "mirada seductora".

No me cabía en la cabeza cómo a Kenia le podía gustar semejante espécimen.

-No le conocen, no importa -Dijo Kenia, negando.

- ¡Venga, Ken! Somos tus amigos. Debes contarnos -Dijo Vic, dando brinquitos hasta llegar a ella y rodearle con su brazo.

Yo, por mi parte, sentí la necesidad de darle un golpe.

- ¿De dónde vienes, por cierto? -Dije a Vic, intentando desviar la conversación. Vic alzó la mirada.

-Es...difícil de explicar -Dijo, separándose de Kenia -Jenny quería tomar un café.

De repente, el aire en la habitación se sintió pesado.

- ¿Habéis vuelto? -Preguntó Kenia con toda normalidad, doblando mi ropa y metiéndola en mi maleta.

-No, no, no -Dijo Vic, gesticulando mientras hablaba -Solo, no lo sé, creo que se siente sola. La última vez me buscó para pedirme perdón. Y dijo algo de quererme de vuelta en su vida. Creo que quiere que seamos amigos.

Como que Vic era muy inteligente.

Pero tan, tan idiota.

- ¡Eso es genial! -Dijo Kenia, sonriendo -Quizás podamos hacer cita doble, ya sabes, las parejas deben mantenerse unidas.

Vic alzó la ceja, y yo solo podía pensar que eran tal para cual.

- ¿Tú y esa cita ya sois pareja?

-Nope -Negó Kenia -Pero ya sabes, como hoy en día las cosas avanzan tan rápido y los jóvenes nunca consideran quienes les convienen y quiénes no. ¡Y solo van con la corriente! Como tú y Jenny. ¿A que sí?

Kenia le regaló la sonrisa más caradura que jamás he visto, y me sentí como si estuviera viendo una película.

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AsteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora