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Recibí una llamada de mi padre el
catorce de abril del 2019, a las 7:00 pm de Inglaterra. Fue la primera y única vez que me llamó por él mismo, y no porque mi madre le llamara para que corriera al teléfono cuando ella hablaba conmigo.

Me pidió que le hablara de mí, de cómo me estaba yendo con la carrera, de si tenía buenos amigos, y me preguntó cómo le iba a Katherine, quien era, según él, bienvenida en casa cuando quisiera.

Y al final, me dijo una frase que no olvidé en los años siguientes, ni siquiera al sol de hoy.

"Desde que naciste, has sido lo más importante para mí, Miles, incluso si ahora mismo no puedes verlo. Pero...no eres el único al que le tomó demasiado tiempo darse cuenta de las cosas"

No le entendí, ni tampoco lo intenté. De cierta manera, intenté pretender que esa llamada me había dado exactamente lo mismo.

Mi tercer año de universidad (más bien, los meses que prosiguieron al diciembre en el que Wyatt y yo limamos asperezas) me brindó tiempo para estar solo con mis pensamientos, que incluso ahora, no recuerdo nunca haber estado más confundido que en ...

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Mi tercer año de universidad (más bien, los meses que prosiguieron al diciembre en el que Wyatt y yo limamos asperezas) me brindó tiempo para estar solo con mis pensamientos, que incluso ahora, no recuerdo nunca haber estado más confundido que en ese entonces. A veces me despertaba y me intentaba convencer de que me había precipitado en llegar a una conclusión con respecto a Wyatt; y después me acordaba de él a mitad del día y mi corazón empezaba a latir desbocado, y todo lo que quería en ese momento era verlo para enterrar mi rostro en el hueco de su cuello.

No estaba seguro de que así se sintiera un determinado ser humano con respecto a su mejor amigo; recuerdo habérselo preguntado a Vic, quien me consideraba a mí su mejor amigo. Arrugó la frente y dijo algo parecido a:

- ¿Me has comprado un pony? -Negué con la cabeza -Entonces no.

Y quedó zanjado el tema.

Los mejores amigos NO se sentían así el uno por el otro.

Y yo llevaba lo que parecía una vida entera sintiéndome así por él.

Sonaba bastante turbio a mi parecer, pero Kenia dijo que era hermoso, y así se quedó grabado en mi cabeza. Por supuesto que era hermoso, porque Wyatt lo era.

Y no me planteé realmente cómo sería cuando le volviera a ver hasta que faltaba un mes para las vacaciones de verano, y entré en pánico.

-Relájate -Fueron las palabras de Kenia cuando, por primera vez en bastante tiempo, puse un pie en la residencia de mujeres, concretamente en su habitación.

Estaba prácticamente hiperventilando.

-Mael, respira -Repitió.

-Estoy respirando -Dudaba que pudiera vivir sin hacerlo.

-Respira más lento.

-No me llegará suficiente oxígeno al cerebro.

-No estoy segura de que te esté llegando oxígeno al cerebro justo ahora.

AsteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora