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Mi experiencia con las relaciones era tan pero tan nula, que cuando tenía que dar alguna referencia o consejo, utilizaba mitos griegos. Por suerte para mí, las únicas personas en mi vida a las que había tenido que aconsejar (Marlon y Matt Mattie) tomaban sus propias decisiones sin tomar muy en cuenta mis consejos, de lo contrario, probablemente estarían castigados en una roca con un águila picoteándoles las entrañas.

Qué buena historia, de verdad.

Creí que la buena suerte se había puesto de mi lado cuando las clases comenzaron y mi horario no era tan insoportable como esperaba. La peor parte era cuando álgebra y física general se me juntaban una detrás de la otra, pero podía manejarlo. Y todo hubiera seguido así de sencillo si no fuera por el momento exacto en el que mis actos anteriores me explotaron en la cara.

- ¡Jenny está furiosa! -Di un salto cuando Vic entró en la habitación de golpe, casi logrando que se me cayera el café encima de los apuntes -Oh, lo siento tío. ¿Mal momento?

Me contuve de decir "Sí, tío, por poco arruinas casi cuatro horas resumiendo mis apuntes de astronomía general para el examen de mañana para el que por cierto no he estudiado absolutamente nada, pero claro, entra y explícame tu muy importante problema relacionado con tu novia, estaré feliz de oírlo después de lanzarte mi café en los pantalones".

Respiré hondo y solo dije:

-Qué va, ¿Está todo bien? -Debería haberlo lanzado por la ventana. O me debería haber arrojado yo, aun no me decidía del todo.

-Jenny está furiosa -Dijo, cerrando la puerta y tomando asiento en la silla del escritorio -Cree que pongo mis exámenes de excusa para no asistir a la cita doble.

-Es realmente una pena que... -Dejé de hablar cuando analicé bien las palabras de Vic -Perdona, ¿Cita doble?

Vic pareció recordar algo de repente.

- ¡Oh, cierto! Jenny y Katherine quieren que tengamos una cita doble los cuatro. Lo antes posible -Le miré como si me acabara de contar la película de "El niño del pijama de rayas".

Él, por su parte, se echó a reír.

-Parece que has visto un fantasma -Iba a ver uno pronto, cuando le clavara mi lapicero en la arteria carótida.

- ¿Qué le has dicho a Jenny? -Pregunté, conteniéndome de seguir el rumbo de mis pensamientos.

-Que iríamos en cuanto saliéramos de los exámenes, pensé que no te molestaría porque tú y Katherine lo pasaron realmente bien en la fiesta -Y luego no nos habíamos vuelto a ver.

Planeaba que las cosas siguieran así, aunque era estúpido de mi parte, teniendo en cuenta que Vic sería mi compañero de habitación por los próximos cinco años y Katherine era la mejor amiga de su novia. Mi yo de dieciocho años podía ser tremendamente iluso.

- ¿Hice mal? -Preguntó Vic, al darse cuenta de que yo no respondía.

-Pensé

-No -Respondí -Claro que no, pero ¿Puede ser cuando la semana termine? Tengo muchos exámenes. Tú también, de hecho.

Vic pareció perder los papeles.

- ¡Lo sé! -Exclamó -Pero Jenny no me cree, es increíble, ella estuvo en primer año, ¿sabes? Es como si no escuchara nada de lo que le digo, yo...

Dejé de oírlo cuando recordé que me encontraba resumiendo las últimas cuatro lecciones de astronomía general en un solo documento para pasar la noche en vela estudiándolo.

Vic debería haber pasado más tiempo estudiando del que pasaba quejándose.
Intenté no pensar en el hecho de que me había echado la soga al cuello al decir que iría a esa cita. Pero en mi cabeza, pensaba cumplir con mi papel de dar la cara por la chica con la que me había acostado dos semanas atrás. Y eso sería todo. No podía huir para siempre de las veces que metía la pata.

AsteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora