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Cuando el verano llegó a su fin y la fecha en la que me iría a Inglaterra se acercaba, comencé a sentir que todo estaba pasando demasiado rápido. Quería que el tiempo se detuviera, y me dejara quedarme con las personas que añoraría por unos meses más.

Durante esos días, concentré mi tiempo en recordarle a Louie que era su hermano, y que lo amaba. Permití que mi madre me enseñara a preparar galletas de avena, lo cual la distraía del hecho de que pronto me marcharía.

Comencé a visitar a Wyatt en sus entrenamientos, tanto en el garaje como en el centro deportivo en el que ya no me perdía.

Quería aprovechar cada segundo que me quedara con ellos.

Una tarde, tres días antes de que me marchara, le pedí a Wyatt un favor.

-Necesito que cuides de Louie -Dije, viéndole fijamente, mientras que él me devolvía la mirada, notablemente confundido.

- ¿Qué quieres decir? -Su voz hizo algo de eco en el interior del garaje -Creí que Andie...

-Mi madre ha cambiado mucho de un tiempo para acá -Dije, preparándome para explicarle a Wyatt lo que jamás pensé que le diría -Cuando la conociste, no era ni la sombra de lo que solía ser.

Y entonces le dije todo. Le dije sobre las peleas durante toda mi infancia, le conté la verdadera razón por la que Louie y yo terminamos en su patio trasero a las tres de la mañana, y le remarqué el evidente hecho de que Louie siempre estaba conmigo, incluso cuando él y yo pasábamos tiempo juntos.

-Realmente temo porque las cosas cambien ¿Sabes? -Dije, mirando un punto fijo en el fondo de la piscina -Mi madre puede estar más pendiente de Louie, pero...no puede evitar las peleas con mi padre. Lo sé porque los conozco, él siempre encuentra una razón para gritarle, y no quiero que Louie presencie eso.

Wyatt se mantuvo callado unos segundos, y cuando volteé a mirarle, me di cuenta de que sus ojos estaban fijos en mí.

Entonces, habló.

-Realmente siento que hayas tenido que pasar por todo eso tú solo -Dijo, y a pesar de sus palabras, en sus ojos no había una gota de lástima. Se sintió como si de algún modo, Wyatt compartiera mi dolor.

-No estuve solo todo el tiempo -Dije, sonriendo levemente -Al final, te tuve a ti.

Wyatt me devolvió la sonrisa.

-No te preocupes, te prometo que encontraré el modo de cuidar de Louie -Prometió, y yo asentí.

-Pero asegúrate de no descuidar tus estudios, ¿Bien? -Pedí, alborotándole el cabello -Mantente entrenando.

-Lo haré, pero no puedes olvidar llamarme. Debe haber un teléfono público en la residencia -Dijo Wyatt, viéndome con expresión mandona -No puedes olvidarlo, me prometiste que seguiríamos hablando incluso si estabas lejos.

Pensaba cumplir mi promesa. Aunque me irritaba no tener un celular.

-Somos amigos, ¿cierto? -Wyatt hizo una mueca debido a que yo me encontraba pellizcándole el cachete -Los amigos cumplen sus promesas.

-Los amigos no pellizcan a sus amigos como si tuvieran cinco años -Dijo, liberándose de mi brazo, algo enfurruñado -A veces creo que tú eres el que no ha crecido del todo.

Largué una carcajada debido a sus palabras.

-Los amigos hacen cosas por sus amigos -Wyatt alzó una ceja, viéndome acusadoramente.

- ¿Qué? ¿Vas a pedirme otro favor? Estás agotando tu cuota de verano, te lo advierto -Me señaló con el dedo, mientras que yo me planteaba la manera correcta de decir lo siguiente.

AsteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora