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La sensación de estar perdido no desapareció cuando llegué a la residencia, ni dos horas más tarde, ni dos días más tarde.

Aún faltaba una semana para que las clases comenzaran, la residencia ni siquiera estaba llena todavía. Por ende, yo solo debía centrarme en intentar llevarme bien con mi compañero de habitación. En mi idioma, llevarme bien significaba ignorarlo olímpicamente. Pero por lo ya visto y comprobado, él no me iba a permitir hacer eso.

- ¿En qué carrera estás? -Preguntó, encestando una mini pelota de baloncesto en la canasta que acababa de colocar en el medio de la habitación.

-Astronomía -Respondí desde mi cama, donde pasaba la mayor parte del día - ¿Qué hay de ti?

-Economía -Dijo, volviendo a encestar.

Desde mi primer día en la residencia, Vic me hizo saber dos cosas, que le gustaba que le llamaran Vic, y que era becado. Esta última hizo que ganara cierto respeto en cuanto a él, yo mejor que nadie sabía lo difícil que era ganar una beca aquí. Además, era extranjero, como yo, y eso me daba cierta familiaridad.

-Esta noche hay una fiesta de fraternidad, he pasado por la residencia de chicas en la mañana y Jenny me ha invitado. ¿Vas a venir? -La fraternidad en la que se encontraban las amigas de la novia de segundo año de Vic tenía dos ventajas (según la explicación que él mismo me había dado)

Número uno: Ninguna de ellas estaba obligada a quedarse en la residencia, pues la casa de la fraternidad les proporcionaba una habitación.
Número dos: Hacían fiestas casi todas las noches.

Cualquiera que conociera a Jenny y a Vic, creería que su plan inicial era venir a Cambridge por ella, sobre todo si sabían que su relación había empezado como una relación a distancia. Pero yo estaba seguro de que ni siquiera el gilipollas más enamorado podría romperse la espalda a este nivel para conseguir una beca tan prestigiosa por una chica.

Yo, por mi parte, estaba en un limbo. A tal nivel que diría que sí a cualquier cosa por el simple hecho de que no sabía lo que me estaban preguntando. Así fue como acabé diciendo que iría a esa fiesta, aunque en el fondo no me apetecía.

Estaba seriamente preocupado de seguir en este mood cuando empezaran las clases, porque no me concentraría en nada. Ya podía imaginarme siendo echado de clase por el profesor porque todos ya se han ido y yo soy el único que no se ha dado cuenta de ese detalle.

Llegué triunfando, no tenía dudas de ello.

- ¿De dónde eres originalmente? -Vic, al parecer, se había cansado de lanzar canastas y se dejó caer en su cama, haciendo los muelles vibrar.

-Saint Cloud -Vic parecía confundido -Minnesota -El entendimiento en su rostro fue casi instantáneo, y me di cuenta de que realmente venía de un punto desconocido en el mapa.

-Yo soy de Georgia -Dijo, volteándose hacia mí -Vivía con mi madre y mi hermana mayor. Ninguna de ellas esperaba que yo consiguiera esta beca. -Asentí, entendiendo la sensación. -Mi hermana es una mesera, ¿sabes?

-Es un trabajo muy digno -Dije, preguntándome por qué demonios estaba contándome su vida con dos días de conocernos.

-Nunca tuvo grandes esperanzas. Mi madre tampoco -Explicó -Creo que me resienten por estar aquí.

A pesar de que no tenía sentido, di por hecho que sí, ese tipo de cosas pasaban. El ser humano era de naturaleza egoísta, así que si tu hermano menor, que nació destinado a ser tan fracasado como tú, se va a estudiar a Inglaterra con una beca súper prestigiosa y todo pagado, sentirás envidia.

Aunque si la situación fuese con Louie, por el contrario, estoy seguro de que estaría tremendamente orgulloso de él, por llegar tan lejos.

Tienes que crecer más, y restregarles en sus caras que pudiste lograr lo que ellas ni siquiera intentaron.

AsteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora