Una semana había transcurrido desde ese maravilloso día en la vida de Mikasa en el que había dado un primer e importante paso en su carrera profesional. Semana en la que no había recibido noticias tanto de Dimo Reeves, quien aún le debía una cotización, ni tampoco del mismo Levi, a quien no había visto desde ese pasado y tan emocionante viernes. Pensando en esta última ausencia, la mujer suspiró meditando sobre por qué le afectaba tanto el no verlo; quizás ya se había acostumbrado a sus comentarios sarcásticos, o, probablemente, era que la llenaba de emoción el estrujar su propia mente para responder rápidamente con un comentario al mismo nivel de los suyos. Sí, esa era seguramente la respuesta apropiada, era eso lo que la hacía sentir que los pasillos estaban más vacíos o que la soledad hacía eco en su enorme oficina.
Tomando su teléfono, decidió que era momento de hacerle una llamada. Tal vez no era lo mismo que enfrentarse a él cara a cara, pero escuchar sus ácidas contestaciones a través de una bocina debería ser suficiente para animarse un poco. —Hola. —Saludó al escuchar que el teléfono había sido contestado luego de varios segundos.
—¿Qué necesitas? —Preguntó Levi en su tono despreocupado de siempre.
—¿Por qué asumes que necesito algo?
—Porque seguramente no llamas para deleitarte con mi encantadora personalidad. —Dijo con voz grave e inexpresiva.
—¿Y qué tal si esa es la razón? —Cuestionó ella, escudándose con un tono de mofa.
—Diría que mientes porque, pese a ser muy encantadora, esta personalidad mía no funciona muy bien por teléfono.
—Bueno, en defensa de tu encantadora personalidad, tampoco funciona bien cara a cara. —Dijo burlona. —Y no te llamé porque necesito algo, sólo quería saber si habías tenido noticias de Dimo.
—No, y considero que no es conmigo con quien debe comunicarse. Supongo que sabrás de él cuando te llame. Si eso es todo, me voy.
Afligida por la súbita despedida, la muchacha gritó en respuesta: —¡Espera!
—¿Ahora qué?
—Tenía otra pregunta que hacerte relacionada con ese tema... —Dijo, meditando sobre alguna otra ocurrencia que pudiera utilizar para mantenerlo en la línea un poco más.
—Ok, dime.
—Bueno... yo... —Balbuceó con la mente completamente en blanco.
—Mikasa, estoy a punto de entrar a una junta. Así que, si no es nada importante voy a colgar a la cuenta de tres.
—No es que no sea importante es que no sé cómo decirlo... —Respondió, intentando defenderse.
—¿Vas a perder tu empresa?
—No.
—¿Estas secuestrada y necesitas que alguien pague el rescate antes de que te corten un dedo?
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Second Chances
FanfictionEl universo a veces concede segundas oportunidades; para iniciar desde cero, cambiar viejas actitudes, formar una nueva vida, una familia; solucionar errores del pasado o simplemente volver a enamorarse. Una pacto entre amigos, un matrimonio arregla...