Capítulo//17

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Amanda llevaba dos días en Arabia, estaba súper cómoda con esa familia. La trataban como una más, eran unas personas maravillosas y agradables.
Latifa, era una chica muy loca, que le gustaban salir de compras y el chocolate, le gustaba estar con ella.
Su suegra, era un ser magnífico, siempre tomaban el té en el jardín y hablaban de todo.
Con su suegro, bueno, era como un padre. Se preocupaba por ella y la trataba como una hija más.

Con Zayn, tenía una relación buena, dulce y apasionada. Todas las noches, se colaba como un ladrón en su cuarto y la hacia el amor.
Ella rezaba para que nunca le pillaran, pero era imposible decirle que no a ese hombre coqueto.

Amanda, comenzaba sus clases de princesa. Ella estaba contenta porque se echaba algunas risas con su suegra y cuñada, se habían vuelto muy cercanas. A ella le hubiese gustado que su abuela estuviese junto a ella, como siempre lo fueron.
Era la primera vez que se separaban, Siempre andaban juntas y estar lejos de ella, era duro para la joven.

En aquel salón, estaba Amanda con su suegra y cuñada. Se había puesto tres libros en su cabeza, para mantenerse recta y caminar con elegancia. Con los libros sobre su cabeza, empezó a caminar con equilibrio. Tenía que hacer eso varias veces, ya que no era tan fácil. Parecía sencillo, pero no lo era.

—Eso es, otra vuelta, querida. — dijo la mujer.

Amanda así lo hizo, se giró con elegancia sin dejar caer los libros.  Era algo complicado para ella, tenía una semana para aprender lo más básico. Bailar al ritmo de música, con elegancia y estilo. Tenía que aprender a usar los cubiertos, como utiliza una cucharada sin acercarte mucho al plato. Como cortar y pinchar la carne, como comer un postre sin mancharse.
A ella eso le divertía, quería aprender sobre la realeza y ellos estaban dispuestos a enseñarla.

Después de una mañana dura, ella regresó a la habitación para tumbarse un poco. El embarazo la tenía agotada y deseaba todo el tiempo dormir.

Zayn por otra parte, se hallaba en el centro de Arabia, con más hombres a su alrededor. Conversaban animadamente, entre risas. Zayn desde que llegó Amanda a su vida, no miró a otra mujer, no volvió a tener mujeres. Amanda ocupaba su mente todo el tiempo, ella logró lo que tanto Zayn se negaba. Tener una mujer, casarse y tener un hijo. Quería tenerlos, le gustaban los niños, pero no era el momento. Aunque sabiendo que tenía 34 años, ya no era un niño, tenía que formar una familia antes o después.

Esa mujer de ojos verdes, de pelo castaño y alegre como el sol. Llamó la atención del árabe, logró que ese corazón, sintiera por una mujer.

—Zayn, vamos. — su padre, le sacó de sus pensamientos.

—Si, voy a llamar a Amanda y entro. — respondió y su padre asintió.

Zayn, sacó su teléfono del bolsillo de la chaqueta y marcó el teléfono de su amada. El tono empezó a sonar y ella tardó un poco en contestar.

—Hola, amor. — respondió ella con voz adormilada. —¿Qué tal?

—Bien, Habibi. ¿Cómo estás tú?

—Bien, después de pasar toda la mañana aprendiendo a ser princesa, me dejó agotada. Ahora me encuentro en la cama, necesitaba dormir.

—Duerme todo lo que el cuerpo te pida, ya lo sabes. — ella sonrió.

—Si, ¿La reunión que tal?

—Aun no entro, paso ahora. Pero te quise llamar antes de entrar. Quería saber cómo llevabas la mañana, si mi madre fue dura.

—Que va, fue buena. — él sonrió. —Asi que puedes estar tranquilo, que ella me trata de maravilla.

—Perfecto, te tengo que dejar, nos vemos luego. — colgó.

Ella, solo ella, podía sacarle una sonrisa. Jamás otra mujer, hizo lo que Amanda hizo. ¿Quién le iba decir qué ella, iba ser su todo? Nadie, el destino, ya tenía su futuro escrito, Dios, le dio ese destino. Una mujer hermosa, con corazón de oro y bebé que iba a llenar sus vida de regocijo y amor.

Amanda se levantó de la cama, ya que él la había despertado cuando estaba cogiendo el sueño.
Fue hacia el salón y una mujer se encontraba sentada en el aquél sofá, con una copa de vino. Amanda con el ceño fruncido, se acercó a ella.

—Hola, ¿Quién eres? — preguntó amable la joven.

—Eso debería preguntarte yo, jamás te he visto por aquí. — dijo la desconocida.

—Bueno, llevo aquí dos días y no te he visto tampoco. — exclamó con una sonrisa fingida. —Soy Amanda, la prometida de Zayn.

La mujer se había quedado incrédula, Zayn prometido, era como un milagro. Ella era una de sus amantes cuando estaba soltero, pero nadie sabía de sus encuentros sexuales.  Miraba Amanda con envidia y odio, ella quería ser la princesa, quería enamorarlo y apareció una y se lo llevó.

—¿Prometida? — repitió a lo que ella asintió. —Zayn no dijo nada, bueno a nadie.

—Nuestra relación era secreta, no queríamos que nadie supiera nada por la prensa. — respondió. —Pero sigo sin saber quién eres.

—Soy Mireia  Mohammed, la amante de Zayn. — dijo para hacer daño a la joven.

—Ah, ya, eres su calienta sábana. — dijo para borrar esa sonrisa hipócrita de la mujer. —Sé perfectamente que Zayn a tenido amantes, él mismo me lo decía. No hay secretos entre nosotros, querida.

La chica iba a responder, pero unos pasos interrumpió la conversación de las chicas. Ellas miraron y se encontraron con la reina.

—¿Qué haces aquí, Mireia? — dijo la reina poniéndose al lado de su nuera. —Ya sabes lo que Zayn dijo.

—Se perfectamente lo que dijo, pero jamás imaginé que tuviera una prometida. — la reina miró a su nuera con pavor

—Creia ella que me iba a poner celosa, pero la he dejado claro que Zayn me contó mucho sobre sus enredos de sábanas. — la reina sonrió.

—Por mucho que seas su prometida, no te dejaré ser feliz. Él es mío, yo...

—Ten cuidado, Mireia. Estas hablando con la princesa de Arabia y futura reina. — la interrumpió la reina. —La debes respeto, porque sabes lo que te pasaría. Zayn te podría echar de aquí, ella es mi nuera y manda al igual que nosotros.

La joven cogió su bolso y salió.

Amanda sabía que esa mujer iba a traer problemas y dolores de cabeza, pero tenía que confiar en Zayn, él siempre fue sincero con ella y además odia las mentiras.

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Hola, bellas, aquí tenéis otro capítulo.

Espero que os guste.

Decidme, ¿Amanda tiene razón? ¿Esa mujer traerá problemas? Os leo

Besos desde España

Un Bebé Para El Príncipe 1° (Saga Realeza) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora