Capítulo//22

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Amanda, seguía durmiendo, estaba tan comoda en aquella cama y llevaba durmiendo desde que Zayn la llevó el día anterior. El embarazo la tenía de aquella forma, tan agotada y con un sueño impresionante. Daba igual las horas que durmiera, seguía teniendo sueño.

Escuchó la puerta abrirse, pero no abrió sus ojos. Unos pasos se oyeron, después sintió a alguien tocar su rostro. Abrió sus ojos y el rostro del hombre de su vida, estaba frente a ella.

—Buenos días, habibi. — la sonrió para después dejarle un beso en la mejilla. —Desde ayer,  que se te pegaron las sábanas.

—Buenos días, amor. — acarició su mejilla. —Estaba tan agusto, que no deseaba levantarme. — tapó su boca para bostezar. —¿Tú cómo has dormido?

—Bien, como un bebé. — la guiñó un ojo. —Pero necesitas levantarte ya, recuerda que hoy es el día.

Ella abrió sus ojos, recondando el día. Se levantó de la cama a toda velocidad, que Zayn de pronto la vio entrando al baño. No le dio tiempo a decir nada, ella había desaparecido como un rayo.
Sonrió levantándose de la cama.

—Superman, te espero abajo para desayunar. — salió de la habitación, para dejarla privacidad. Aunque ya la haya visto, tenían que respetar las normas de la casa.

Zayn apareció en el salón, donde toda la familia les esperaba para desayunar juntos. Doña Alba, estaba hablando muy animada con la ex reina. Ambas había congeniado muy bien, se habían hecho amigas y se cogieron mucha confianza desde el minuto uno.

—¿Mi nieta ya se ha despertado? — preguntó doña Alba cuando Zayn se sentó en la mesa.

—Si, se está duchando. — respondió.

—Nosotras nos iremos a hacer las últimas cosas, la tenemos que arreglar como una princesa, aunque me gusta su estilo. Pero quiero que sea la envidia de muchas, porque mi nuera lo vale. — dijo la reina.

—Me parece perfecto, madre. Yo con padre haré unas cosas, ya que quiero acabarlo antes del baile. — habló Zayn.

Amanda apareció en el salón arreglada, tenía su pelo mojado, pero bien colocado y peinado. Un vestido largo ajustado y unos zapatos de tacón gordo. Caminó hasta ellos y beso la mejilla de su abuela.

—Buenos días, perdonad que me haya levantado tarde. — los presentes, negaron.

—No te disculpes, querida. Es normal en el embarazo, es lo que tiene. — dijo la reina. —Yo he pasado por ello y tu abuela igual. Ese bebé, será la felicidad de la familia.

—Eso está claro, siempre le decía a mi hijo, que quería verle casado y con hijos. — habló el rey. —Pero siempre se negaba, hasta que apareciste tú.

—Gracias. — agradeció. —Estoy feliz con la familia que me tocó y a mí hijo.

—No las des, cariño. — ella sonrió. —Por cierto, como hoy es el día del baile, nos iremos de compras y a un salón de belleza. Esta noche serás las más bella, porque te lo mereces.

—Salida de chicas, si. — alzó la voz, Latifa.

Amanda miró a Zayn y este la guiñó un ojo, Amanda estaba feliz. Hoy era el día y solo quedaban pocas horas, para ser presentada como princesa de Arabia.

—Pues, pasadlo bien. — dijo Zayn, acariciando la mano de Amanda. —Mi padre y yo, estaremos solucionando unas cosas para estar libres está noche.

Cuando desayunaron, las mujeres salieron de la casa y dejaron a los hombres solos.
Hassan les abrió la puerta del coche, Sara fue la última en entrar. La mirada de ellos conectaron de una forma muy especial, Sara apartó la mirada avergonzada, subió al coche dejando a Hassan ahí de pies.
Ese hombre la ponía nerviosa, su mirada sería e intensa. Su gran altura, sus ojos verdes, esa voz ronca y masculina.

Un Bebé Para El Príncipe 1° (Saga Realeza) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora