Capítulo//39

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Zayn y Amanda, se había quedado dormidos en la habitación de doña Alba. Llorando se había quedado juntos, sobre aquella cama.
Había amanecido, no muy bien. Ahora desayunaban aunque Amanda no tuviera apetito, tenía que comer por su bebé.

Tocaron a la puerta y Zayn fue a ver quién era. Cuando abrió, se encontró con un hombre con traje y maletín.

—Buenos días, príncipe. — saludó el hombre. —Soy Joaquín Gómez, el abogado de doña Alba.

—Adelante. — se hizo un lado para que el abogado pudiera entrar.

Cuando entró se encontró con toda la familia real, doña Alba antes de morir, le dijo la vida de su nieta. Amanda le conocía y en cuanto le vio, se levantó para saludarlo.

—Buenos días, señor Gómez. — le dio la mano. —¿Qué hace aquí?

—Me gustaría hablar con ustedes. — respondió. —Doña Alba, antes de morir, hizo un nuevo testamento.

—Claro, siéntese. — dijo Zayn.

Todos fueron al sofá, para escuchar al abogado. El hombre abrió su maletín y sacó unos papeles.

—Antes de morir, doña Alba modificó el testamento como les comenté. — habló. —Me dijo lo que yo ahora mismo, les diré.

—Mi abuela nunca me dijo nada. — dijo Amanda.

—Doña Alba, quiso que esto se supiera después de su fallecimiento. — respondió y todos asintieron. —Comenzaré leyendo el testamento. — carraspeó. —Yo, doña Alba Garrido Caballero. En pleno uso de mis facultades, dejo mi testamento tal como está en el documento. Si hemos llegado hasta aquí y estáis escuchando esto, eso quiere decir que mis dias en la vida, han terminado. Quiero que sigan adelante, que sean felices aunque yo no esté... — todos escuchaban aquello, Amanda soltaba sus lágrimas.  —La casa de Canarias, italiana, pasará a ser de mi única nieta Amanda Caballero, como única dueña. La casa de Argentina y Dinamarca, pasarán a ser de mi bisnieta en el momento que cumpla la mayoría de edad. Desde entonces, Amanda y su marido Zayn Assim Asghar, será dueños. — ellos se miraron. —La casa de Suiza pasarán a manos de la reina y rey Abde y Adila Assim Asghar como dueños de esa propiedad. La casa de Grecia pasará a manos de Sara Gutiérrez. Los hoteles de Europa, pasarán a ser para mí nieta Amanda Caballero y Zayn Assim Asghar, como dueños del 50% de las acciones cada uno. — Zayn cada vez estaba más sorprendido, doña Alba le había dejado el 50% de las acciones a cada uno. —Tal vez no estén de acuerdo, pero este documento está para no ser cambiado ni ser modificado.

—¿Nos ha dejado como dueños de todas los hoteles? — preguntó sin aún creerselo.

—Si, usted tendrá el 50% de las acciones y la señora Amanda, tendrá el otro 50% — respondió. —Tambien me dejó esto. — sacó del maletín unos sobres. —Esta escrito para cada uno de ustedes, ella me dijo que lo leyeran a solas o en compañía.

Estaban en shock, doña Alba había dejado para todos su herencia. Incluso para el bebé, que aún no había nacido. Amanda no la importaba compartir, al contrario, así tendría ayuda con todo.

—Cuando el bebé y tenga un nombre, podrán llamarme para en el futuro poner su nombre en la casa, que su abuela, le ha dejado. — ellos asintieron. —Si son tan amables de firmar el testamento, por favor.

Uno a uno fueron firmado el testamento, lo hicieron por la última voluntad de doña Alba, aunque los reyes no estuviesen de acuerdo. Lo aceptaron por ella... El abogado se despidió y salió de la casa, dejando a la familia.

—¿Por qué doña Alba, nos dejó parte de su herencia. — preguntó la reina confusa. —Sé que fue su última voluntad, pero por Allah.

—Mi abuela, la cogió tanto cariño y se volvieron inseparables, que la dejó esa casa. — respondió Amanda con una sonrisa. —A Zayn le ha hecho dueño del 50% de las acciones, por lo menos tengo ayuda en eso.

—Si, no me esperaba eso. — dijo mirando la carta entre sus manos.

—¿La quieres leer o cuando estés solo? — preguntó ella pasando su mano por la espalda de su marido.

—La leeré cuando esté solo, quiero saber que me ha dejado escrito. — ella asintió y le dejó un beso en la frente.

Zayn se fue a la habitación de su mujer y se encerró, se fue hacia la cama y se sentó. Empezó abrir la carta y empezó a leerla.

—Hola, mi nieto de político. — eso hizo reír a Zayn. —Sé que no nos conocíamos mucho, y tampoco comprenderás porque te dejé esta carta. Pero te quiero como un nieto, nunca lo olvides. Cuando supe que estaba enferma, tenía miedo de dejar a mi nieta sola, no tenía a nadie más. Ella se dedicaba tanto a sus estudios y su trabajo que nunca sacaba tiempo para ella. Pero cuando me dijo que tenía una cita, mi sonrisa fue de alegría. Ella habia conseguido por fin, darle una oportunidad a un hombre. — Zayn sonrió de lado. —Ella lo fue todo para mí y ahora es tuya, Zayn. Mi nieta es tuya y te la doy con todo mi amor. La veo feliz contigo, construyendo su familia y logré lo que tanto quería, que ella no estuviera sola. Ahora puedo irme tranquila, porque ella ya tiene una familia que la quiere y la acepta. Gracias por aparecer en su vida, por darle amor y cariño. Cuídamela, cariño, porque sé que os amáis con todo el corazón. Luchar contra viento y marea, sin rendiros. Aunque nunca te lo hubiera dicho, te quiero y eres un hombre de los que ya no quedan. Se feliz con tu familia. — Zayn soltó unas lágrimas. —Seguramente, estés llorando leyendo esto, que mi pérdida os a roto en mil pedazos. Pero eres mi nieto, aunque no sea de sangre. Yo os cuidaré desde el cielo y seré feliz viendo cómo sois felices. — él limpió sus lagrimas. —Me dolerá mucho, no conocer a mi bisnieta, porque sé que es una niña, tengo esa corazonada. Pero habladle de mi, dile que esta señora... Como me decías tú... Ah si, doña Alba y sus ocurrencias, la va a cuidar. — Zayn rio. —Os quiero mucho...

Atte: doña Alba.

Zayn lloraba mirando aquella carta.

—Prometo cuidarla, cuidar mi familia y cuando nazca nuestra hija, la hablaremos de usted todos lo días. Yo también te quiero mucho, doña Alba y la quiero como una abuela. — susurró mirando esa carta.

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Hola, bellas. Aquí tenéis otro capítulo de Zayn y Amanda, espero que os guste

Decidme, que os pareció este capítulo.

Besos desde España, nos leemos pronto

Un Bebé Para El Príncipe 1° (Saga Realeza) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora