Zayn, entraba a su Jet privado, totalmente en silencio y serio. Con ese traje de tres piezas de Armani, color azul marino. Sus escoltas iban detrás de él, mientras que el príncipe, se sentaba en su lado y se abrochaba el cinturón.Zayn, adoraba viajar y conocer lugares nuevos, diferentes culturas. No era un hombre muy estricto en su religión, era un hombre muy abierto. Su madre no llevaba nunca el velo, siempre iba muy arreglada y sin tapar su pelo. Era lo bueno en su familia, que dejaban que la mujer fueran libres, siempre respetando, claro estaba.
El avión, empezó a elevarse. Zayn veía como Arabia quedaba debajo de sus pies, estaba tomando rumbo a las palmas de Gran Canarias.
No era la primera vez que iba, siempre se instalaba en el mismo hotel.—Señor, ¿Desea algo de tomar? — dijo la azafata algo nerviosa, tras la mirada intensa que él la daba.
—No, solo deseo descansar, gracias. — respondió, seriamente y colocándose en el sofá.
Cerró sus ojos, para poder dormir un poco, el viaje era un poco largo y no iba aguantar despierto.
Por otro lado, Amanda estaba en casa. Estaba en aquel jardín de diseño de su abuela. Plantaba tulipanes, las favoritas de su abuela. La señora estaba junto a ella de rodillas en el césped, vestidas de jardineras y un sombrero para el sol.
Amanda fue criada por su abuela desde muy pequeña, cuando su hija murió, ella quedó a cargo de Amanda, su padre se despreocupó de ella.
Para la abuela, era magnífico tenerla, era como tener a su hija de nuevo. Amanda era el mismo retrato de su hija, eran como dos gotas de agua. Tenían incluso, la misma voz.—El fin de semana contigo, son magníficos, abuela. — habló ella, sonriendo y mostrando sus hoyuelos.
—Mi niña, sabes que estar aquí contigo, es vida para mí. — habló. —Pero creo, que debes salir, conocer gente, follar, conocer un hombre.
—Abuela, por favor. — exclamó avergonzada, por la boca tan atrevida de su abuela
—Cariño, ya no somos unas niñas, sobretodo yo. — la miró. —No me gusta que solo te dediques a trabajar y no tener vida, además, sabes que trabajar no te hace falta.
—Lo sé, abuela. Pero quiero hacerlo, no me gusta estar sin hacer nada y lo sabes. Salir de noche, beber, tampoco me gusta.
—Como sigas así, te vas a quedar para vestir santos. — Amanda arrugó su ceño, tras aquello. —Eres hermosa, valiente, trabajadora, independiente, simpática y tienes un carácter de mierda. Cualquier hombre caería a tus pies, siendo tal y como eres, sin que quieran
cambiarte.—Abuela, sabes que soy muy mia, que no van esas cosas. — exclamó con suavidad. —Los hombres vienen y van, pero la familia es para siempre.
—Algun día te faltaré, Amanda. No estaré todo una vida en este mundo, por eso quiero que vivas, que conozcas a gente nueva. No moriré ni mañanas ni pasado, ni en un año, pero nunca se sabe. — Amanda dejó la planta en un lado y cogió a su abuela de la mano.
—Aún falta mucho para que tú me faltes, mucho. Pero vivo, abuela, aunque no lo creas. Se hacer cosas que me gusta, que me hacen reír. Pero tú, eres lo primero en mi vida. — se abrazaron.
Zayn llegó y bajo del jet privado, los reporteros estaban ahí para hacerle fotos y preguntas. Pero los escoltas les alejaba y le hacían camino para que entrara en el coche, el chófer no tardó en arrancar y salir de allí.
Zayn era muy famoso, ya que era el príncipe de Arabia Saudí. Pero era un hombre que le incordiaba que le molestarán y más estando de vacaciones.
Cuando llegó al hotel, el de la puerta le abrió y caminó hasta recepción, donde una mujer, con coleta y algo sería.—Buenos días, alteza. — él arrugó su ceño. —Su habitación ya está preparada, la habitación de siempre.
—Gracias. — la dijo serio.
Fue hacia los ascensores y los botones, colocaban sus maletas para subirlas.
Zayn entro a la habitación VIP, era unas de las habitaciones más elegante, con salón, dos cuartos, dos baños y unas vistas impresionantes de Canarias. La habitación era muy elegante, con ventanas del suelo al techo.
Fue hacia el balcón y la brisa con olor amar, tocó su rostro. Cerró sus ojos y suspiró. Escuchó como los botones entraba a su habitación, para dejar las maletas..
—Señor, ahora subirá la chica que se encarga de organizar todo. — dijo el hombre, con timidez.
—No se preocupe, no tengo prisa. — le sonrió y él salió de la habitación.
Se acercó a minibar y se sirvió una copa de whisky, le dio un trago, cerró los ojos cuando notó el sabor fuerte pasar por su garganta. Pero siguió bebiendo, no le dio mucha importancia lo fuerte que estuviera.
Escuchó unos toques en la puerta, se abrió. una suave y dulce voz, se escuchó desde ahí.
—Señor, Zayn. ¿Se puede pasar? — preguntó y él dio el pase con un movimiento de mano. —Perdone que haya llegado tarde, estaba haciendo algunas cosas con mi abuela.
Zayn fue hacia ella y cuando sus miradas se cruzaron, ambos quedaron petrificados.
El árabe la miraba impactado, sus ojos verdes, su pelo castaño oscuro y largo, su cara era como una muñeca. Su cuerpo, era bonito, se notaba que no hacía deporte, pero tenía un cuerpo hermoso, pero él, no paraba de mirarla.Ella, tampoco podía dejar de mirarlo, su ojos marrones oscuros e intensos, su barba bien cuidada, su pelo negro, su cara, ¡Dios! Su cara era preciosa. Su cuerpo, era fuerte y alto.
Jamás había visto a un hombre tan guapo como él, todo de él, era bonito. Era un maldito Dios griego, pero en versión árabe.
Ella no podía abrir la boca, le temblaba todo el cuerpo y no entendía el porqué.—Co...co... Colocaré sus maletas. — tartamudeó como una tonta, pero al notar que él no contestaba, se alejó para hacer lo que tenía que hacer.
Chocó con el hombre más guapo y frío a la vez, no hablaba y ella tal vez, entendió que no sabía español.
**************
Hola, bellas. Aquí tenéis otro capítulo de Zayn y Amanda, espero que os guste.
Decidme, ¿Os gustó el primer encuentro? ¿Que pasará entre ellos? ¿Él realmente no entiende el español? Os leo
Besos desde España, nos leemos pronto...
Recordad que la historia es larga
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Un Bebé Para El Príncipe 1° (Saga Realeza) EDITANDO
RomansaZayn Assim Asghar, un príncipe de Arabia Saudí. Un hombre familiar, honesto y que odia las mentiras. Tras un viaje a España, conocerá a una mujer. Sin saber que esa mujer, le iba a dar un giro inesperado a su vida. Ella disfruta, ríe, vive. Ella se...